"¿Con qué otra voz, además de la del orador, la historia, testigo del tiempo, luz de la verdad, vida de la memoria, maestra de la vida, heraldo de la antigüedad, está comprometida con la inmortalidad?". Quizás inspirado en esta conocida cita de Ciceron, el primer ministro británico, Boris Johnson, explicaba hace unos días que: "el Imperio Romano cayó en gran parte como resultado de la inmigración descontrolada" y que “el imperio ya no pudo controlar sus fronteras, la gente entró por el este y entramos en una edad oscura que duró mucho tiempo. La razón por la que digo esto es porque puede volver a pasar".
Estas explicaciones tienen poco de inocente, y mucho que ver con el 'brexit'. Últimamente todos los países desarrollados tienen problemas económicos, pero desabastecimiento de alimentos sólo Gran Bretaña. Y entiéndase por Gran Bretaña exactamente eso, la isla, no todo el Reino Unido, que incluye a Irlanda del Norte, que sí está dentro de la Unión Aduanera Comunitaria, y que, "sorprendentemente" no está teniendo estos problemas de desabastecimiento. En general, la retórica del 'brexit' ha pasado de lo que se iba a ganar y ahorrar el Reino Unido por no enviar fondos a Europa, a "lo podremos soportar".
La última carta del 'brexit' es el control migratorio. Pero es precisamente la falta de trabajadores la que está creando más problemas en la logística y la distribución. Muchos camioneros de países de la Unión Europea ya no trabajan en el Reino Unido, pese a que han tenido que subir salarios, precisamente a causa del 'brexit' y los controles migratorios. Esto está dando lugar a inflación, y sobre todo a subidas de salarios que cronifican la inflación. Por eso, en esta situación crítica, el primer Banco Central que se está planteando subir tipos de interés es precisamente el Banco de Inglaterra.
Irlanda del Norte está dentro de la Unión Aduanera Comunitaria y sorprendentemente no está teniendo estos problemas de desabastecimiento
Aunque los británicos, incluso en una isla, a lo mejor no sepan controlar la inmigración, ¿es cierto que la inmigración descontrolada fue en gran parte la causante de la caída del Imperio Romano? ¿Y eso podría volver a pasar? Pues, respecto de la primera pregunta, hay una diferencia sutil con respecto a Gran Bretaña, o incluso, si lo prefieren a Europa. Si está pensando en las invasiones bárbaras como causantes de la caída del Imperio Romano, entonces el lector tiene claro que fueron invasiones armadas, algo que nada tiene que ver con la inmigración actual en Europa, controlada o no. ¿Fue Atila el azote de Dios o un inmigrante descontrolado?
Por supuesto, como ha resaltado en un artículo la conocida historiadora Mary Beard, el concepto actual de inmigrante era desconocido para los romanos que, en general tenían fronteras porosas. Pero, además, lo que cayó fue el Imperio Romano de Occidente tras una sucesión de derrotas militares, Bizancio continuó subsistiendo durante casi 1.000 años más. Es cierto que en los últimos siglos el imperio romano de Oriente era poco más que una ciudad, Constatinopla, pero en época de Justiniano, el Imperio ocupaba buena parte de la extensión de lo que había sido el Imperio Romano antes de la 'caída' en el 476.
De hecho, Boris Johnson está siguiendo una tesis, según los historiadores actuales, anticuada, la del célebre historiador británico del siglo XVIII, Edward Gibbon. Esta tesis de la "decadencia" romana, influenciada en parte por el cristianismo, es también la que Isaac Asimov traslada al futuro en la conocida saga de ciencia-ficción, Fundación, especialmente en la segunda novela de la Saga, Fundación e Imperio.
Pero las derrotas antes los bárbaros, en buena medida lo son por causas militares: la primacía de la caballería acorazada sobre la infantería, que se prolongaría durante toda la Edad Media y que sólo retrocedería a partir del siglo XVI con el comienzo de la utilización de las armas de fuego. Probablemente, el único general romano que lo entendió fue Belisario, el gran general de Justiniano, el último de los imperiales.
Pero incluso así, la última gran victoria romana en Occidente, la de los Campos Cataláunicos frente a los hunos, fue a cargo de bárbaros, inmigrantes, radicados en el Imperio, y comandados por un bárbaro, el duque Aecio. Eso sí, un hombre armado a caballo es mucho más caro de mantener que un soldado de infantería. Son precisamente esas razones económicas, incluyendo epidemias y la ausencia de suficiente mano de obra esclava, las que están detrás de la caída de Roma y de la llegada de la "oscuridad", es decir en términos de Boris Johnson, la Edad Media.
Son precisamente esas razones económicas, incluyendo epidemias y la ausencia de suficiente mano de obra esclava, las que están detrás de la caída de Roma
Por otra parte, incluso con derrotas militares, la civilización romana se mantuvo hasta que la expansión musulmana dividió el Mar Mediterráneo en dos orillas irreconciliables. La tesis del historiador belga del pasado siglo Henri Pirenne es que el profeta Mahoma tiene mucho más que ver que los bárbaros en el fin de la civilización romana.
Esta tesis también ha pasado a la ciencia-ficción, con títulos como la ucronía Roma Eterna de Robert Silverberg, o, sobre todo, Dune de Frank Herbert, una de las grandes novelas sobre la ecología, el misticismo, la geopolítica y la Yihad.
Por cierto, la adaptación de la primera parte de la novela que realiza Villeneuve es más que recomendable y muy fiel a la novela. Sin embargo, la serie de Apple TV basada en Fundación se aparta en buena medida del relato de Asimov. Algunas obras maestras de la ciencia-ficción beben de las fuentes de la historia.
En fin, las declaraciones de Boris Johnson pertenecen al género de la ciencia-ficción, no al de la historia. Ni el Reino Unido es un imperio, como el romano, ni los inmigrantes estaban invadiendo las Islas Británicas como en su día hicieron las legiones romanas, aprovechando la libertad de circulación de personas dentro de la Unión Europea. Y en todo esto, afortunadamente, las cuestiones preponderantes no son las militares.
En fin, si el Reino Unido está entrando en una época oscura, al menos en su comercio, no es por la inmigración descontrolada llegada del Este, sino por las malas decisiones económicas y sociales, empezando por el 'brexit'.
Que la prosperidad de las naciones está en el trabajo de sus habitantes, y que la libertad de comercio, y no las barreras arancelarias y la burocracia, traen progreso y bienestar lo decía otro británico del siglo XVIII, el economista (y comisario de Aduanas) escocés Adam Smith. El aislacionismo y las restricciones al comercio nunca han sido una historia de éxito. Pero ésa no es la historia que predican los apóstoles del 'brexit', ni de otros procesos de separación y ruptura. Los resultados están a la vista, en las estanterías de los supermercados.
*** Francisco de la Torre Díaz es inspector de Hacienda y economista.
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