Los mercados cada día me recuerdan más a la física, donde lo intuitivo no siempre es lo correcto. Pese a lo que diga la intuición, Einstein demostró hace tiempo que el espacio y el tiempo eran relativos. Literalmente. Y si ya nos metemos en el terreno de la física cuántica, entonces apaga y vámonos: muchas de nuestras ideas preconcebidas se demuestran totalmente erróneas.
Para ganar en los mercados hay que saber pensar de forma contra intuitiva y basada en la experiencia. Aunque estés posicionado en el activo adecuado, si baja más de un 20% la intuición anima a vender y buscar protección. Pero la experiencia, la estadística y en definitiva, la observación científica, demuestran que, en la gran mayoría de las ocasiones, es un error. Insisto: si estás posicionado en el activo adecuado.
En estos momentos hay mucha gente que, de forma intuitiva, está vendiendo sus fondos de renta variable europea y comprando fondos de renta fija. "Tengo miedo, así que me quito de en medio a cualquier precio". Estamos ante un caso especialmente evidente de error por intuición.
Si en lugar de a seis días vista miramos a seis meses, nos encontraremos un escenario en el que la inflación ha pasado de problema "temporal" a problema de, como mínimo, medio plazo. El propio BCE estima que este año la inflación será del 5,1%, del 2,1% en 2023 y del 1,9% en 2024. Sin embargo, el tipo de interés del bono alemán con vencimiento a tres años es negativo –concretamente del -0,20%- y el del bono español da un mísero 0,11%.
Para ganar en los mercados hay que saber pensar de forma contra intuitiva y basada en la experiencia
Es decir, quienes están ahora mismo comprando fondos de renta fija, que de media suelen tener duraciones –vencimiento medio- en el entorno de los tres años, están "comprando" un cupón del "cero coma" o negativo, cuando el propio BCE espera los niveles de inflación tan elevados que hemos mencionado antes.
La trampa es de libro. Si los tipos de interés de los bonos se mantienen bajos es exclusivamente porque el miedo genera compra de bonos en búsqueda de refugio y por las compras que sigue realizando el BCE. Cuando decaigan ambas cosas, el precio de los bonos habrá perdido todo su apoyo y se derrumbará como un castillo de naipes, tal y como ya estaba ocurriendo antes de la guerra.
Me dirán ustedes que la guerra será larga y que, por lo tanto, el BCE tardará mucho en ponerse a trabajar, es decir, a dejar de comprar bonos -inyectar liquidez mediante la compra de bonos es inflacionista- y por supuesto a subir los tipos de interés para adaptarlos a los niveles de inflación que el propio BCE estima que vamos a tener.
A eso yo le respondería, en primer lugar, que no está tan claro que la guerra, al menos en su "formato" actual, vaya a ser tan larga. Ni siquiera a Putin, que parece que todo le de igual, le conviene una guerra tan larga y tan cara, donde cada día que pase llegarán más ataúdes de jóvenes rusos.
Además, aunque los europeos hayan sido tan incompetentes que no tenían un plan B energético, irán buscando fórmulas para poder aplicar sanciones al petróleo y al gas ruso sin arruinarse, lo cual sería el golpe de gracia para Putin. Y cuanto más tiempo pasa, más probabilidades de que los europeos espabilen. Y Putin lo sabe.
Por otra parte, dentro de tres o seis meses es muy probable es que lo que tengamos es una guerra distinta, una guerra de guerrillas, y ese tipo de guerra no tiene tanto impacto mediático. Y esta sociedad y, por supuesto, sus mercados financieros se mueven por impulsos mediáticos. Tanto de los medios de comunicación como de las redes sociales, impulsos que son cada día más cortos. Y tampoco podemos descartar que se llegue a un alto al fuego y algún tipo de negociación.
No está tan claro que la guerra, al menos en su "formato" actual, vaya a ser tan larga
La guerra podría finalizar o cambiar de forma, pero lo que va a permanecer es la inflación. Y le va a recordar a Christine Lagarde que sus ambiciones políticas van a depender de cómo finalice su presidencia del BCE. Y que como siga "pasando" de la inflación, esta se le va a ir de las manos.
En otras palabras: tan pronto pierda protagonismo Ucrania en los titulares y las redes sociales, Lagarde cogerá el pico y la pala y tratará de recuperar a marchas forzadas el tiempo perdido. Y en el idioma del BCE coger pico y pala es finalizar las compras de bonos y subir los tipos de interés. Les puedo asegurar que no querrán tener fondos de renta fija cuando eso ocurra.
Lo peor de quienes están comprando fondos de renta fija para protegerse es que, por una vez en la vida, tienen la famosa bola de cristal. Están viendo lo que está pasando en Estados Unidos, donde el problema de fondo –la inflación- es el mismo, pero les preocupa menos lo que ocurre en Ucrania. Cuando aquí deje de preocupar lo de Ucrania estaremos como están ahora en EEUU.
En realidad lo peor no es esto: lo peor es que existen alternativas razonablemente rentables y conservadoras a los fondos de renta fija. Y para quien no es conservador me permito recordarle que cuando vende fondos de renta variable europea está cambiando un dividendo medio en el entorno del 3% o incluso 4% por fondos de renta fija cuyos bonos ofrecen un cupón del "cero coma" por ciento o negativo. Y para ver esto ni siquiera hay que hacer el esfuerzo de ser contra intuitivo.
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.