¿Cuándo acabará la crisis energética mundial?
En medio de las crecientes presiones geopolíticas, disminución de la oferta, así como capacidad de producción reducida, los precios tanto del petróleo como del gas natural siguen al alza. Para resolver la situación, los países occidentales decidieron incrementar las inversiones en fuentes de energía renovable. Así, la semana pasada el presidente de EEUU ha autorizado el uso de la Ley de Producción de Defensa (DPA) para acelerar la producción nacional de tecnologías de energía limpia.
El problema es que conseguir la meta sin incurrir en las transacciones con Rusia no será nada fácil, especialmente en el caso de la energía nuclear. Antes que nada, es necesario mencionar que Rusia posee prácticamente la mitad de la capacidad mundial de enriquecimiento de uranio para producir combustible nuclear.
El 40% de la energía nuclear europea, por el otro lado, depende del uranio suministrado por Rusia o por sus "aliados cercanos" Kazajistán y Uzbekistán. En Estados Unidos, la mitad de las centrales nucleares se alimentan de importaciones de estos tres países.
Si Rusia deja de suministrar uranio enriquecido a las empresas de servicios públicos de EEUU, la primera economía mundial podría sufrir problemas en el funcionamiento de los reactores. Esto, a su vez, podría provocar el cierre de los reactores, y dado que la energía nuclear representa más del 20% de la capacidad de generación en algunas partes del país, los precios de la electricidad se dispararían aún más.
¿Qué alternativas hay? El año pasado, se publicó la noticia de que la única planta de reconversión de Estados Unidos, Metropolis Works, se preparaba para reiniciar su actividad y cumplir 40 años de vida. Además, la Administración Biden está presionando a los legisladores para que apoyen un plan de 4.300 millones de dólares para invertir en la industria del uranio de Estados Unidos. Como resultado, empresas como Centrus Energy Corp. (LEU) podrían ganar.
***Igor Kuchma es analista de Trading View