Los mercados alternativos florecen tras la pandemia
El año 2020 puso fin a una época de relativa calma en los mercados. Terminó con un tiempo en el que los inversores miraban al horizonte y veían con cierta visibilidad lo que estaba por venir, ya que había pocos cambios: inflación baja, si es que la había; tipos de interés en mínimos; políticas de los bancos centrales acomodaticias.
Este escenario era muy positivo para las soluciones de financiación tradicionales, ya que las políticas de los bancos centrales eran favorables con el crédito, que ha estado disponible de forma amplia y asequible.
Sin embargo, esta claridad empezó a nublarse con la llegada de la pandemia. La irrupción del coronavirus sacudió los mercados y desencadenó las caídas más intensas registradas en la historia reciente, salvo en algunos sectores como el tecnológico.
Desde entonces, se ha vivido una historia llena de sobresaltos en la que los confinamientos, las variantes y la transición hacia la nueva normalidad han ido afectando a una recuperación que, aunque también ha sido intensa, ha sido volátil debido a la incertidumbre constante y a la irrupción de nuevos riesgos.
Parecía que estos nubarrones se despejaban y que ya podríamos avanzar de nuevo sobre un terreno con más visibilidad, pero los problemas en las cadenas de suministros globales se trasladaron a la inflación, que parecía destinada a movilizar a los bancos centrales hacia un nuevo escenario post pandémico. Pero tampoco. Han llegado otros igualmente inciertos que no harán sino agrandar el impacto negativo de la inflación y, por ende, de los tipos de interés.
Pero las compañías buscan crecer y, especialmente aquellas que han sufrido un mayor impacto por la pandemia, necesitan recuperarse. Sin embargo, ahora las reglas del juego ya no son las mismas; el grifo de la financiación sin coste se ha cerrado, y en un entorno con tipos crecientes, el coste de financiación hace que la elección entre deuda o capital no sea tan obvia.
El grifo de la financiación sin coste se ha cerrado y la elección entre deuda o capital no sea tan obvia
Ante esa disyuntiva y anticipando los nubarrones que se veían en el horizonte, muchas compañías en estos dos últimos años han puesto la mirada en el largo plazo y han puesto en valor el papel que ejercen los mercados de renta variable como fuente de financiación.
Algunas de ellas, como las más emergentes o con un perfil de riesgo mayor, lo han hecho porque tienen un acceso a la deuda más restringido y los mercados alternativos de renta variable se erigen como la solución a sus problemas. Y otras muchas, que aun teniendo más opciones para elegir, han mirado más allá y han buscado aprovechar una ventana de oportunidad que les confiere mayor amplitud de miras para financiar su estrategia sin cortapisas.
De hecho, el número de nuevas cotizadas se ha disparado en los últimos dos años, especialmente en 2021, a nivel global.
En el caso concreto de Euronext, el número de empresas españolas que empezó a cotizar en alguna de sus plataformas durante 2021 ascendió a 16, por las once del año anterior.
De estas 16 firmas, 15 lo han hecho en un mercado alternativo, ya sea el Growth o el Access. Conviene destacar que la pandemia llegó en un momento en el que el número de empresas españolas en Euronext se situaba en 13, por lo que las 36 compañías con las que arrancó este 2022, que multiplican por más de dos los números de hace tan solo dos años, demuestran la capacidad que han tenido estas plataformas para seguir respondiendo a las necesidades de empresas en crecimiento.
Estas compañías han podido (y podrán) de esta forma disfrutar de flujos de financiación constantes. Esto se hace ahora más relevante incluso en un entorno en el que el crédito se encarece y, como en anteriores crisis, puede llegar a restringirse.
Han encontrado el capital que necesitan para seguir protagonizando grandes historias de éxito, al mismo tiempo que se han dado a conocer ante una base inversora más amplia e internacional.
Además, contar con ese perfil más transparente y sofisticado, facilitará el acceso al crédito y otras fuentes de financiación alternativa, reforzando así su perfil y allanando el camino para consolidar historias de crecimiento sin sufrir el impacto de factores externos avanzando con mayor solidez cuando los nubarrones se desvanezcan y la esperada normalidad -vieja o nueva- vuelva a reinar en los mercados.
*** Susana de Antonio, responsable de Euronext en España.