El desarrollo de un gasoducto para conectar la península Ibérica con Francia y Alemania no tiene racional de mercado y su racional se basaría exclusivamente en la seguridad de suministro europea, por tanto, sería la UE quien debería tomar esa decisión junto con los estados miembros para llevar a cabo el proyecto con fondos europeos.
Actualmente la capacidad de interconexión entre España y Francia son 7 bcm al año y con el gasoducto propuesto pasaríamos a doblar dicha capacidad hasta alcanzar los 14 bcm. De esta forma, Europa se beneficiaría de los más de 60 bcm al año de capacidad existente en las plantas de regasificación de la península Ibérica.
Podría pensarse en la conveniencia o no de desarrollar esta infraestructura dada la incertidumbre que supone una posible normalización de las relaciones con Rusia que acabarían con la necesidad del proyecto. Pero, por otro lado, debido a la descarbonización, podría haber reticencias en ciertos sectores a desarrollar una infraestructura de gas natural.
Hasta la construcción del gasoducto, la contribución de los ciudadanos europeos a la hora de modificar sus hábitos de consumo van a ser relevantes
Aunque las relaciones con Rusia se normalizaran, el objetivo de la UE de acuerdo al RePower EU es de reducir la dependencia del gas ruso en dos tercios no más tarde de 2027 por lo que el proyecto seguiría vigente y contribuiría a lograr este objetivo europeo.
Precisamente por estos motivos, se está proponiendo una infraestructura de gas natural, pero hydrogen ready que en cualquier momento podría transportar hidrogeno verde. De esta forma, la misma infraestructura seria válida para la exportación de hidrógeno verde desde España al resto de Europa aprovechando así el alto potencial de energías renovable con el que cuenta la península Ibérica.
De tomarse la decisión de construirlo en este momento, el gasoducto estaría disponible para principios de 2026. Es decir, no ayudaría de ninguna manera a corto plazo, pero si mandaría un mensaje importante a Rusia de que se están dando los pasos para dejar de depender del gas Ruso de una manera acelerada.
Se está proponiendo una infraestructura de gas natural, pero hydrogen ready que en cualquier momento podría transportar hidrogeno verde
Hasta entonces, la contribución de los ciudadanos europeos a la hora de modificar sus hábitos de consumo van a ser relevantes. Bajando los termostatos uno o dos grados, duchas en vez de baños son medidas que aunque parezcan triviales, ayudarán a reducir el consumo de gas y ese paso lo podemos dar de manera inmediata.
*** Steven Taylor, director de EKON Strategy Consulting.