El nuevo año comenzó con buenas noticias, tras el preocupante final de 2022. En el conjunto del mundo, en enero el número de nuevos casos ascendió a 9,9 millones. No sólo se trata de un descenso de casi la mitad (-42%) de los 17,1 millones de casos de diciembre, sino que se rompe la barrera de los dos dígitos, en millones de casos, por primera vez desde septiembre de 2020, cuando la pandemia estaba en plena aceleración.
Desde esa fecha, en que se alcanzaron los 8,9 millones de casos, en todos y cada uno de los meses posteriores se han registrado, como mínimo, 11 millones de nuevos contagios, hasta llegar a enero de 2023, en que se rompe la barrera psicológica de los 10 millones. Este descenso es "increíble" en un doble sentido: primero, el optimista, porque quiebra una tendencia ascendente de casos de una forma bastante brusca, no tan suave como otras desaceleraciones.
El otro sentido del término "increíble" es que, desgraciadamente, la calidad de los datos es más que dudosa. No sólo por el conocido y evidente caso de China, que apenas reporta oficialmente 73.000 casos, cuando algunas informaciones señalan que el 75% de la población (1.500 millones de habitantes) se ha contagiado en apenas mes y medio (otra cifra también increíble, pero por el otro extremo). En la lista de la dudosa veracidad tenemos que incluir, otra vez, a la India, con solamente 3.220 casos reportados este mes, el de España, con 51.000 casos, Portugal con 5.970 contagios o Turquía con 0 casos.
¿Alguien puede creer que Turquía ha erradicado la Covid-19? Tuve ocasión de hacer escala en Estambul en el mes de enero, y nunca nos pidieron ni un certificado de vacunación a la llegada, ni un test PCR o de antígenos. Y casi nadie llevaba mascarilla en el avión, pues no era obligatorio. Y tampoco en las terminales del aeropuerto, pese a la masificación del que es uno de los principales hubs en el transporte aéreo desde Europa hacia Asia y África.
En el Gráfico 1 se recoge este presunto descenso en el número de infecciones a nivel mundial, medida por los nuevos casos diarios, y en el que hemos pasado de los 553.000 de diciembre a 319.000 casos en enero.
Además, en las últimas semanas de enero, el frenazo ha sido particularmente intenso. El número de casos ha pasado de unos 500.000 al día a principios de mes a los 200.000 a finales. Ello augura que el mes de febrero continuará el descenso en el ritmo de contagios mundiales. Esta ha podido ser una de las razones por las que la Organización Mundial estuvo a punto de declarar "el final de la pandemia". Pero, finalmente, el Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional (RSI) acordó, en una reunión celebrada el 27 de enero, continuar considerando al Covid-19 como “una emergencia de salud pública de importancia internacional", aunque el comité reconoció que la pandemia puede estar acercándose a “un punto de inflexión”.
Los motivos que hacen dudar a la OMS sobre la ansiada fecha en la que se pegue el "carpetazo" final a la pandemia pueden ser múltiples. Por un lado, desconfiar en la calidad de los datos, sobre todo en los países señalados y muchos otros, en los que el testeo brilla por su ausencia, no sólo entre la gente joven (menor de 60 años), sino entre los del grupo de mayor edad que no presenten síntomas, o que sean leves.
El segundo puede ser que, hace justo un año, en febrero de 2002, ya se había anunciado que la pandemia iba a terminar en primavera, con la llegada del buen tiempo en el hemisferio norte, el avance de la vacunación y la inmunidad natural por la explosión de casos debido a la variante Ómicron. Y el tercero, probablemente el más importante, que el número de muertes en el mundo no sólo no ha descendido, sino que ha aumentado en el mes de enero.
En enero de 2023 se han registrado 63.000 fallecimientos por Covid. Se trata de un aumento con respecto al mes precedente, en que hubo 58.000 fallecidos. Y un incremento muy significativo con respecto a noviembre, en el que se contabilizaron unos 48.000. Ya hemos aprendido que las cifras de fallecidos tienen un retraso de 2-4 semanas con respecto a la cifra de contagios. Pero, cuando la cifra de casos está distorsionada, es muy difícil hacer inferencia sobre la posible evolución de la mortalidad en los próximos meses.
En el Gráfico 2 presento las cifras de nuevas muertes diarias por Covid-19 en el mundo. Estas cifras ponen en evidencia la calidad de los datos de contagios a los que me refería antes. El número de muertes ha aumentado en enero, pese al gran descenso de casos. De hecho, la tasa de letalidad se ha disparado hasta el 0,63%, desde el 0,34% del mes anterior. Una cifra que ya era alta con respecto a los meses anteriores. Por ejemplo, en julio se encontraba en 0,21% y en agosto en 0,29%.
Este sorprendente repunte de la tasa de letalidad (porcentaje de personas infectadas que fallecen) sólo puede explicarse de dos formas. La primera, que la variante de Ómicron, la XBB.1.5, conocida mediáticamente como "kraken", ha resultado ser más letal de lo que se esperaba. De hecho, como ya mencionábamos en el anterior informe mensual, en diciembre la tasa de letalidad en EEUU, origen de la variante, fue del 0,66%, el doble de la letalidad mundial en ese mes, aunque hay que tener en cuenta el relativamente bajo nivel de vacunación en dicho país, inferior al 70% de la población. La segunda opción, que considero más probable, es que el denominador de la tasa de letalidad, el número de contagios, está tremendamente sesgado a la baja, por los motivos expuestos anteriormente.
En lo que se refiere a la evolución semanal del número de muertes a lo largo de enero, la única buena noticia es que parece que se detecta una cierta desaceleración en la última parte del mes, tal y como señala el Gráfico 2. Aunque hemos subido a los 2.000 muertos al día, desde los 1.900 de diciembre, el perfil dentro del mes es más positivo: arrancó enero con 2.000 muertos al día, subió hasta 2.500 a mediados de mes y finalizó en torno a los 1.600 diarios. En cualquier caso, se trata de una cifra muy elevada para considerar que ya estamos en una fase "endémica" o de "gripalización".
En lo que concierne al proceso de vacunación, no hay novedades. El ritmo diario de administración de dosis en el mundo se sigue frenando, tal y como recoge el Gráfico 3. La falta de tensionamiento social, pese a los datos de mortalidad ya analizados, explica esta atonía en el apetito por la vacuna.
Y ello pese a que el margen de mejora sigue siendo elevado, tal y como recoge el Gráfico 4, en el que presento el porcentaje de población vacunada con la pauta completa (según el protocolo inicial, sin incluir las vacunas de refuerzo).
El estancamiento en el ritmo de vacunación es generalizado, tanto en EEUU como en la UE y en Asia. En el total mundial el porcentaje de vacunados con pauta completa apenas ha avanzado, hasta el 63,8% del total de la población. Esto son sólo cuatro décimas más que el mes pasado, en que sólo mejoró en otras cuatro décimas. China está cerca de alcanzar el 90%, Portugal y España están en el 86,6 y 85,6%, respectivamente, una décima más que el mes pasado. Por su parte, la UE está estancada en el 73% y los EEUU en el 69%. Seguimos lejos de conseguir el 70% de la población con pauta completa.
De nuevo, como en meses anteriores, con esta tripleta de datos: nuevos casos diarios, nuevas muertes por día y porcentaje de vacunación con pauta completa, seguimos sin poder afirmar que la "pandemia ha terminado", aunque quizás podamos hacerlo en los próximos meses.
La incidencia en enero
Como ya es habitual en estos informes mensuales, presento, para un panel de países seleccionados, y que se repiten cada mes, la evolución de los nuevos casos registrados en octubre y los comparo con los meses anteriores. Como siempre, utilizo un código de color en el que el verde indica que el país ha mejorado con respecto al mes anterior. El rojo, que ha empeorado y el negro que se mantiene estable. Los datos se presentan en la Tabla 1.
Como señalábamos en la introducción, las nuevas infecciones han mejorado en el total mundial de forma notable hasta los 9,9 millones de nuevos casos, casi la mitad del mes anterior. Y eso hace que el color verde vuelva a ser dominante en la tabla, salvo para dos países de la muestra: Grecia y México. De esos casi 10 millones mundiales, más de 4 se concentran en dos países: Japón y Corea del Sur, que han bajado la incidencia, aunque a un ritmo menor que la media mundial. Europa, excluyendo Rusia y Turquía, ha protagonizado el descenso mundial, con 2,5 millones de casos menos que en diciembre (-62%). Más adelante veremos el detalle de los principales países europeos, aunque esta vez la mejoría es generalizada, salvo el caso de Grecia. En algunos países nórdicos, como Noruega o Finlandia, el Covid-19 está prácticamente erradicado. Y algo parecido ocurre con Portugal, aunque con más dudas sobre la calidad estadística de sus datos. No sucede lo mismo con EEUU, que apenas ha reducido sus contagios un 7% en este mes, frente al -40% de media mundial.
Como hecho curioso, EEUU ha superado a Europa en el número de nuevos casos, algo que no ocurría desde el verano de 2021, y que no ha sido muy habitual durante la pandemia (apenas en 4 ocasiones). Ello parece indicar que el gigante americano tiene un problema con su bajo nivel de vacunación, además de con su nueva variante de Ómicron. América Latina ha mejorado de forma desigual. México ha sido de los pocos países de la región que ha empeorado en enero (+32%), quizás por la influencia de EEUU, mientras que Brasil, Argentina y Colombia han mejorado de forma notable (entre -55% y -65%). En Asia el descenso ha sido algo más tibio, un -25% en Japón y un -43% en Corea del Sur, mientras que Vietnam también parece haber terminado con la pandemia (-86% y apenas 1.200 casos en un país de 100 millones de habitantes). También ha sido llamativa la mejoría de Oceanía, con dos países asociados al modelo “Covid cero” presentando resultados espectaculares: Australia (-64%) y Nueva Zelanda (-57%).
La incidencia en Europa
En Europa, la mejoría de la pandemia se ha visto acompañada de un deterioro en la calidad de los datos, exceptuando Francia, que sigue reportando puntualmente datos diarios. Alemania los ha dejado de publicar en fines de semana e Italia lo hace con mucho retraso. España sólo publica una vez por semana y el Reino Unido a veces ni eso. En el Gráfico 5, como es habitual, presento la evolución del número de nuevos casos mensuales acumulados en los 5 grandes países europeos en enero.
Tal y como recoge la tabla inferior, de los grandes países europeos el que más ha mejorado ha sido Francia. Y es una mejoría creíble, dada la calidad de sus datos. Ha reducido su número de contagios en un 86%, lo que la sitúa por debajo de Alemania e Italia, pese a que estas también han recortado mucho la incidencia (-53% y -62%, ambas mejor que la media mundial). Curiosamente, los países menos fiables estadísticamente hablando, Reino Unido y España, son los que menos han mejorado en enero (-49% y -34%, respectivamente. En lo que se refiere al perfil temporal, Alemania y Reino Unido empeoran la última semana del mes con respecto a la anterior, y lo hacen de forma significativa (+24 y +21%, respectivamente), aunque es prematuro anticipar un cambio de tendencia.
La mortalidad en España
No podía terminar este informe mensual sin hacer una mención a los fallecidos en España en este mes. Como en todos los meses, a ellos y a sus familiares y amigos está dedicado, como no puede ser de otra forma, este artículo. El resumen de la mortalidad de la pandemia, mes a mes y agrupados en olas, se recoge en la Tabla 2.
Las buenas noticias en el descenso en el número de casos se ven empañadas por el notable aumento en el número de fallecimientos: 1.445 en enero, 47 por día, son cifras que no veíamos desde el mes de agosto. El número de fallecidos en accidentes de tráfico en todo el año 2022 es inferior al número de fallecidos por Covid-19 en un único mes. Una cifra que nos debe hacer reflexionar.
Si calculamos la tasa de letalidad, fallecidos por número de casos, estaríamos en 2,84%, una cifra disparatada frente a la media mundial (0,63%), y eso que dicha media estaba sesgada por el número de casos. Una vez más, las cifras de contagios en España no tienen nada que ver con la realidad. Para recuperar las tasas de letalidad habituales en países de nuestro entorno y con niveles de vacunación similares o inferiores al nuestro, habría que multiplicar el número de casos por 10, es decir, hasta los 500.000 en enero. Pese a estos datos preocupantes se sigue afirmando que "la pandemia ha terminado". Ojalá fuera así. La pandemia terminará cuando el número de casos y muertes globales, se reduzca drásticamente. Mientras tanto, nosotros deberíamos mantener la vigilancia y la prudencia.
Secuenciar el virus para asegurarnos de que no hay nuevas variantes. Recuperar el hábito del testeo y publicar las cifras sin maquillaje. Recomendar, aunque no sean obligatorias, el uso de mascarillas en espacios cerrados o poco ventilados. Repartir anti virales a la población más vulnerable y evitar la autocomplacencia. Deberíamos fijarnos en Francia o en los países nórdicos. Al menos, en lo que se refiere a sus estadísticas.