¿Cómo querrá ser recordado Jerome Powell?
Al final la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) tenía que romper algo. Que fácil se ven las cosas desde el despacho del académico o desde la torre de marfil de la Fed, pero que difíciles son en el mundo real.
Nadie pone en duda que la Reserva Federal tenía que subir los tipos de interés para reducir la inflación. Y que tenía que subirlos mucho. En todo caso se les criticaba por lo mucho que tardaron en darse cuenta. Luego, cual mal alumno, tuvieron que ponerse a subirlos deprisa y corriendo, a ver si no se notaba que no habían preparado bien la lección. Y cruzando los dedos para que la economía estadounidense aguantara el tirón.
Hasta ahora la economía estadounidense ha aguantado muy bien. Pero todo tiene un límite. Y donde primero se nota es en los eslabones débiles de la cadena, normalmente, las empresas más pequeñas.
Nadie pone en duda que la Reserva Federal tenía que subir los tipos de interés para reducir la inflación. Y que tenía que subirlos mucho
En esta ocasión las primeras en caer – insisto, las primeras - han sido esas startups tecnológicas cuyos empleados suben a la red vídeos sobre lo guay que es trabajar en ellas, lo poco que trabajan, lo mucho que ganan y lo bien que se lo pasan. Y con estas compañías han caído los bancos que habían concentrado todos sus riesgos en ellas (¿dónde estaban los reguladores?).
Si el problema se limitará a un par de bancos cripto-woke, no sería un problema. Más bien un proceso de sana limpieza del sistema. El problema es que estamos ante una llamada de atención. Si Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal, se la toma en serio el problema se quedará en nada, porque la salud actual de los bancos estadounidenses es buena. Pero si ignora el aviso puede empeorar la salud de muchas empresas del país y, con ellas, la de todos los bancos. Y no solo la de los bancos woke.
Si Powell ignora el aviso puede empeorar la salud de muchas empresas del país y, con ellas, la de todos los bancos
La Fed es la parte más importante del problema y por lo tanto de la solución. Janet Yellen -secretaria del Tesoro, equivalente a nuestro ministerio de economía - puede tapar una vía de agua (con en el fondo de garantía de depósitos), pero solo Powell puede detener una inundación.
Las medidas que ha tomado -junto con el fondo de garantía de depósitos- son adecuadas, pero no van al núcleo del problema, que es cuántas subidas de tipos más puede aguantar la economía estadounidense. Recordemos que los tipos de interés han aumentado un 4,5% en un año, la subida más rápida desde los años 80.
Tampoco pasaría nada por decir que vas a subir los tipos levemente una vez más, pero que luego te gustaría tomarte una pausa para ver qué tal van funcionando las subidas anteriores. Pero no, Powell tenía que declarar en sede parlamentaria que en lo que a él respecta no hay límite. El mundo real le ha recordado que si lo hay.
Porque, además, las subidas de tipos de la Fed y el lenguaje agresivo han provocado una fuerte subida del tipo de interés de los bonos, en los que los bancos tienen la liquidez que necesitan para atender a la salida de depósitos (el precio de los bonos se mueve de forma inversamente proporcional a las subidas de los tipos de interés que se producen en el mercado).
Así que en el momento que tienen que vender bonos para atender las peticiones de dinero, afloran cuantiosas pérdidas, que no aflorarían si pueden esperar al vencimiento.
Si entramos en esa dinámica, la Reserva Federal se va a encontrar con un problema mucho más serio que si la inflación es un 1% o un 2% por ciento mayor o menor a corto plazo: se va a encontrar con lo que los anglosajones llaman un bank run, es decir, depositantes que necesitan su dinero y bancos que afloran pérdidas para poder atender esas demandas, lo que va generando a su vez miedo en otros depositantes que no lo necesitan, pero que, por si acaso lo retiran. Es la mayor pesadilla a la que puede enfrentarse un banco central. Y cualquier economía.
Lo más triste es que la inflación ya estaba bajando en Estados Unidos. Ya no era necesaria tanta agresividad. El IPC ha estado por encima del 9%, pero ya está en el 6% y va camino del 5%. La subyacente tarda un tiempo en unirse a la tendencia de la inflación general, pero eso debería saberlo perfectamente Jerome Powell.
Además, todos los indicadores adelantados señalaban a un enfriamiento de la economía que tarde o temprano enfriaría también el empleo y, con él, la inflación. Es más, me atrevo a afirmar que a partir de ahora el empleo va a caer de forma significativa.
El IPC de EEUU ha estado por encima del 9%, pero ya está en el 6% y va camino del 5%
¿Cómo creen que se les queda el cuerpo a los directivos de las empresas viendo estas noticias sobre la capacidad de los bancos para atender las demandas de liquidez? ¿Será el suyo el siguiente? Les entra un miedo que lo primero que hacen es detener cualquier programa de contratación de personal. Eso si no empiezan a despedir gente, por si acaso. Si para Powell lo importante era que aumente el paro, después de este susto puede darlo por hecho. Y no les quiero decir si de susto pasa a pánico.
Hará bien Powell en tomar buena nota de lo que ha ocurrido con los bancos woke. Y no para que deje que la inflación haga lo que quiera, sino para hacer las cosas con un poco de cuidado. Y para no dejarse presionar tanto por lo que digan economistas con escaso contacto con la realidad, que no pierden nada si se produce un descalabro en el sistema financiero.
Los indicadores adelantados señalan a un enfriamiento de la economía que tarde o temprano enfriaría el empleo y, con él, la inflación
A Powell le ha llegado el momento de decidir si quiere ser recordado como un banquero central que consiguió controlar la inflación sin romper nada -aunque le llevara tiempo hacerlo- o como el señor Jean-Claude Trichet, ese banquero central que subió los tipos de interés en Europa justo antes del inicio de una recesión, con consecuencias de las que nadie se quiere acordar (ni tampoco de él).
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.