Cuando el río de la banca suena algo de agua lleva
Es muy probable que esta crisis bancaria se quede en mini crisis y en aviso a reguladores. Y no para que regulen más, sino para que hagan su trabajo. Y también en un aviso a los bancos centrales de que la economía real no lo aguanta todo.
Pero una cosa es que se haya evitado que la sangre llegue al río y otra muy distinta que la crisis no tenga consecuencias.
La más importante es el efecto que puede tener sobre la disponibilidad de crédito, tanto para empresas como para particulares. Y como afecta esto a la inflación y, en consecuencia, a la evolución futura de los mercados financieros.
Recapitulemos: lo que hizo bajar las bolsas y el precio de los bonos a lo largo de 2022 fue la subida de los tipos de interés, consecuencia a su vez del incremento de la inflación.
Recordarán como las malas noticias económicas se recibían - y se reciben - con alborozo, porque generaban la esperanza de que la Reserva Federal de los EEUU se “tranquilizaría” y dejaría de subir los tipos de interés. O que al menos lo hiciera con moderación.
Lo que ha hecho bajar las bolsas y el precio de los bonos en 2022 ha sido la subida de tipos de interés.
Pero luego, a cada buen dato de empleo, el mercado perdía toda esperanza, puesto que el propio presidente de la Fed había dejado muy claro que quería que aumentara el paro. En su opinión es imposible controlar la inflación si no se controlan los costes salariales. Y con un 3,8 % de paro eso resulta muy difícil.
La crisis bancaria viene a cambiar esta situación. Porque no sabemos en qué medida, pero sí sabemos que va a tener un efecto desinflacionista.
Conviene aclarar que “desinflación” es un concepto diferente a deflación. Desinflación hace referencia a un proceso en el que el IPC se “desinfla”, es decir, que va a bajando de nivel, venga de donde venga, mientras que deflación hace referencia a un largo periodo de inflación negativa. Una cosa es que el IPC pase del 9 % al 6 % - desinflación – y otra que se mantenga seis meses en el -1 % (deflación).
Aclarado esto, volvamos al caso que nos ocupa. De los bancos norteamericanos ha salido más de un billón de dólares (un trillón, en terminología anglosajona) que estaban en depósitos y cuentas corrientes. La mayoría ha salido de los bancos pequeños y medianos, pero también es negativo el saldo en los grandes.
De los bancos norteamericanos ha salido más de un billón de dólares que estaban en depósitos y cuentas corrientes.
En el caso de los pequeños y medianos el dinero se ha ido a bancos grandes -que dan sensación de mayor seguridad por ser sistémicos- y a fondos monetarios. En el caso de los bancos grandes, el dinero se ha ido sobre todo a fondos monetarios, para aprovechar la alta rentabilidad y seguridad que ofrecen letras del tesoro y pagarés de empresas de alta calidad crediticia.
Si los bancos reciben menos depósitos de empresas y particulares, dispondrán de menos dinero para prestar. Y recientemente hemos conocido que en las últimas dos semanas se ha producido la mayor salida en un periodo similar desde el año 1975.
En nuestra newsletter “Los Cuadernos del Mercado” hemos tratado de establecer cuál sería la subida de tipos equivalente a una restricción del crédito de esta magnitud, y hemos llegado a la conclusión de que, como mínimo, sería un 0, 25 % si no se mantiene mucho tiempo, y que podría llegar al 0, 50 % si dura varios meses.
Así que tenemos una subida de tipos efectiva del 5,50 % o más en algo más de un año, la mayor y con mayor pendiente desde los años 80.
Si los bancos reciben menos depósitos de empresas y particulares, dispondrán de menos dinero para prestar.
Si subir tipos de interés es la medicina contra la inflación, esta es de caballo.
Además, si Powell quería paro, paro va a tener, porque si se reduce el crédito a familias y empresas, se reducen el consumo y la inversión. Por no hablar del miedo que les entra en el cuerpo a los empresarios ante una situación de este tipo. Y con miedo en el cuerpo los empresarios moderan sus ímpetus expansionistas y contratan menos gente. Eso los que no ponen la venda antes que la herida y deciden reducir plantilla, por si acaso. Más paro y menor consumo: otra medicina potente contra la inflación.
Si la inflación ha sido lo que ha estado moviendo los mercados, porque a su vez es lo que ha movido todas las actuaciones de la Reserva Federal, es fácil intuir hasta qué punto puede afectarles la restricción del crédito y sus efectos colaterales. Y no solo a los mercados en general, sino a todo tipo de activos, sectores, países y estilos de gestión.
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.