De acuerdo con información publicada el pasado 4 de Junio por el Wall Street Journal, los inversores más sofisticados, es decir “hedge funds” y grandes “traders” especulativos, apuestan como nunca que bajará el índice S&P 500. Literalmente: desde 2007 nunca habían apostado tanto a la baja.
Para quienes no conozcan los mercados, en las bolsas -y en cualquier otro activo- se puede apostar tanto por que suban como por que bajen. Cualquier inversor puede ganar dinero en ambos sentidos.
Pero hoy este teóricamente smart money (dinero listo) no es tan listo como parece, puesto que llevan con esa posición desde hace varios meses y pierden dinero cada vez que sube el S&P 500. Y el índice lleva en el año una subida del 11,50%.
De hecho, y tal y como publicamos en nuestra newsletter “Los Cuadernos del mercado” el pasado mes de noviembre, el ratio 'Put/Call', es decir, el que mide la relación entre posiciones bajistas ('put') y alcistas ('call') ya estaba en máximos por aquellas fechas.
Pero no acaba ahí la cosa. Según publicamos en Marzo, la encuesta realizada por Bank of America entre los más importantes gestores del país reflejaba que el 65% consideraba que la subida que se había vivido en la bolsa era una simple reacción técnica dentro de un mercado bajista. Desde entonces, el S&P 500 ha añadió otro 6,25% de rentabilidad adicional.
En los mercados, el consenso es muchas veces más un indicador contrario que un indicador a seguir
Y para acabar de rizar el rizo, y tal y como publicamos en enero, sólo tres de los 18 analistas más importantes de Estados Unidos consideraban que el S&P 500 acabaría el año por encima de donde está ahora. Podrían acertar a fin de año, pero, de momento la gran mayoría se ha quedado por debajo de la realidad.
De todos estos datos podemos sacar importantes conclusiones. Unas generales e intemporales y otras de gran utilidad de cara al rabioso corto plazo.
La primera es que, en los mercados, el consenso es muchas veces más un indicador contrario que un indicador a seguir. Si la mayoría de los analistas o gestores acertaran con más frecuencia de la que se equivocan, la mayoría serían ricos. Y obviamente no es el caso. Como en todas las profesiones, hay gente muy buena, pero también hay gente muy mala o simplemente mediocre. Elegir bien es tan importante como en cualquier otro servicio.
Y no es la primera vez. Si hacemos un análisis histórico, los datos anteriores son mucho más frecuentes de lo que nadie pueda imaginar. Sin ir más lejos, la gran mayoría de analistas, gestores y asesores era profundamente bajista en el año 2010 y posteriores, perdiéndose la espectacular subida que han tenido las bolsas desde entonces.
El que ha invertido en el S&P 500 es porque confiaba en las expectativas de las empresas tecnológicas
Alguien argumentará que, en el caso de este año, el S&P 500 se apoya en los grandes valores tecnológicos. Y que si los quitamos, el índice no ha subido tanto.
Es el argumento más pobre que uno se pueda imaginar. Evidentemente, el que ha invertido en el S&P 500 es porque confiaba en las expectativas de las empresas tecnológicas, dado que suponen casi el 50% del índice. Sería como decir que si quitamos las empresas industriales, químicas, farmacéuticas o la banca del EuroStoxx 50, el índice realmente no ha subido. Recuerda al diálogo de ‘La vida de Brian’ sobre que los romanos no habían aportado nada al mundo… exceptuando acueductos, carreteras, ciencia, legislación, etcétera, etcétera.
Y por cierto, hablando del EuroStoxx 50: ha subido todavía más que el S&P 500, así que la excusa de que solo suben las tecnológicas no tiene mucho sentido, dado el poco peso de las mismas en los índices europeos. Simplemente están subiendo las bolsas y lógicamente suben unas más que otras y unos sectores más que otros. Es lo que ha pasado toda la vida.
Los datos presentados también nos dan una magnífica información de cara al corto plazo, porque cada punto porcentual que sube el S&P 500 obliga a comprar acciones o futuros sobre índices a quienes están “cortos”, es decir, apostando por que baje el índice.
Cada vez que sube el S&P 500 habrá bajistas que tendrán que comprar para proteger su posición
Sería un poco largo de explicar, así que tendrán que creerme: para cerrar una posición corta hay que comprar primero ese valor que no se tiene (por eso se habla también de “vender a crédito”). Eso el inversor no lo ve cuando compra un ETF inverso al S&P 500, pero es lo que hay detrás.
Y lo que nos importa como inversores es que cada vez que sube el S&P 500 habrá bajistas que tendrán que comprar para proteger su posición. De hecho, según un estudio de Citi que también publicamos en “Los Cuadernos”, a partir de los 4.100 puntos casi todas las posiciones cortas que había entraban en pérdidas. Y eso actúa como una bola de nieve. A favor del índice y contra los bajistas.
Si cambia la dirección de lo que hizo daño al mercado en 2022 -la inflación- también cambia la dirección del mercado
Como puede verse, ni el dinero “listo” es tan listo ni los inversores sofisticados tan sofisticados. O a lo mejor son demasiado sofisticados para ver cosas tan simples como que si cambia la dirección de lo que hizo daño al mercado en 2022 -la inflación- también cambia la dirección del mercado.
Y que si llega una nueva fase de la revolución digital -la inteligencia artificial-, mejoran las expectativas de la tecnología. Y que si esa nueva fase tiene visos de ser muy positiva para la productividad de las empresas en general puede afectar positivamente a todo el mercado.
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.