Frente a los altos tipos de interés y la inflación, los ahorros de los estadounidenses han alcanzado mínimos de varios años. Sin duda, no es la mejor noticia para el mercado y la economía.
Aunque la situación no parece catastrófica por el momento, a largo plazo repercutirá sin duda en el poder adquisitivo y, por consiguiente, en los resultados de las empresas, así como en el mercado bursátil.
Europa, por cierto, no está en la mejor situación, aunque los locales están más acostumbrados a recortar gastos en tiempos inestables. Además, ahora no ven requisitos previos para una crisis mayor.
Sin embargo, según las previsiones de Bloomberg, el efecto retardado del aumento de los costes de endeudamiento alcanzará su punto álgido en 2024, lo que provocará una reducción del PIB del 3,8%.
La retirada de las medidas de apoyo y la dinámica de los precios de la energía podrían elevar esta cifra hasta el 5%. El par EURUSD también se verá afectado.
El efecto retardado del aumento de los costes de endeudamiento alcanzará su punto álgido en 2024
El problema es que, debido a la elevada carga de la deuda y a las restricciones presupuestarias, es poco probable que el BCE acuda al rescate con dinero helicóptero.
De lo contrario, se salvará la economía, pero a costa de las generaciones futuras.
Las perspectivas de un pronto recorte de tipos también siguen siendo poco halagüeñas. La inflación, aunque en descenso, sigue por debajo del objetivo del 2%. Si no se vence ahora al monstruo, podría volver.
En resumen, nueve subidas de los tipos de interés no pasarán desapercibidas y es posible que tarde o temprano se forme un nubarrón. La cuestión principal es si el regulador está preparado para tal escenario.
En cuanto a los inversores minoristas, deben estar preparados para tiempos volátiles. La relativa calma actual en el mercado no significa un futuro tranquilo, y la subida del índice DXY es prueba de ello.
***Igor Kuchma es analista de Trading View.