En los mercados son pocos los que ganan mucho, porque eso implica ser capaz de ir contra la mayoría. No digo que haya que hacerlo siempre, pero sí que hay momentos en los que hay que saber hacerlo.
Cualquiera que lleve cierto tiempo invirtiendo, habrá comprobado que, en los grandes movimientos de mercado, la mayoría casi siempre se equivoca. Las grandes crisis solo fueron previstas por gente que se cuenta con los dedos de una mano. O resultaron totalmente imprevistas.
Se vio en 2022, cuando éramos literalmente dos o tres los que decíamos que la famosa burbuja donde estaba era en la renta fija, no en la variable. También se ha visto en septiembre de 2022, cuando había récord de posiciones cortas en el S&P 500 y desde entonces ha subido un 21%. De hecho, probablemente lo estamos empezando a ver ahora en el mercado de bonos, donde nunca había habido tanta gente apostando a que caiga el precio (“cortos” en bonos). Y eso solo por hablar de situaciones recientes.
En los grandes movimientos de mercado, la mayoría casi siempre se equivoca
Hablando de reciente, el otro día tuvimos el dato de creación de empleo en Estados Unidos y, donde se esperaba que se crearan 180.000 puestos de trabajo, se crearon 150.000. Recordemos que en plena euforia de gasto público post Covid, se llegaron a crear medio millón.
La cifra actual está dentro de la media histórica (incluso por debajo). Y previamente se confirmaba que, en lugar de 210.000 peticiones de subsidio de desempleo, habían sido 217.000. En otras palabras, el empleo, que es lo que más le preocupa a la Reserva Federal de cara a la inflación, y que es por lo tanto uno de los principales motivos para subir los tipos de interés, se está debilitando.
Obviamente ese récord de posiciones cortas sobre los bonos está apostando a que la inflación siga subiendo, porque no tiene ninguna lógica vender bonos estadounidenses -que dan una rentabilidad cercana al 5 %- si la inflación va a seguir bajando.
El problema para los “cortos” es que los últimos datos mantienen la tendencia a la baja de la inflación, tanto de la general como de la subyacente.
Los últimos datos mantienen la tendencia a la baja de la inflación, tanto de la general como de la subyacente
También pensaba la mayoría que Estados Unidos entraría en recesión, lo cual no deja de ser curioso, porque los economistas deberían saber que con una inyección de gasto público tan brutal como la que ha realizado la administración Biden, es muy difícil que haya una recesión. O que sea profunda (por no hablar del furor de gasto de los estadounidenses, que han salido de los confinamientos queriendo comprarlo todo). Así que, donde iba a haber recesión, tenemos un crecimiento esperado en el entorno del 3% (Goldman Sachs habla incluso del 4 %).
Así que, contrariamente a lo que pensaba la mayoría, no hay recesión, la inflación sigue bajando, la creación de empleo se modera hasta niveles que alejan el temor a un repunte de la inflación salarial, baja el precio del petróleo y la Fed ha dejado de subir los tipos de interés.
Y todo esto coincide con el advenimiento de la inteligencia artificial generativa, que, en nuestra opinión, es tan importante como cualquiera de las tres fases anteriores de la revolución digital (Silicon Valley, Internet y el iPhone). Y ya sabemos que bien le sienta la revolución digital a las bolsas estadounidenses.
Así que la pregunta es evidente ¿y si en lugar del escenario pesimista que dibujan las redes sociales, los medios y la mayoría de analistas, lo que va y llega es Ricitos de Oro?
Se denomina economía Ricitos de oro a aquella que combina pleno empleo y crecimiento con una inflación en torno al 3%
Los estadounidenses denominan economía Ricitos de oro (Goldilocks economy) a aquella que combina pleno empleo -pero sin llegar a ser inflacionista-, inflación ligeramente por debajo del 3% y crecimiento positivo sin ser tan fuerte como para resultar inflacionista.
Hay que reconocer que las cifras actuales se parecen más a eso que a la estanflación (estancamiento más inflación) que anuncian la gran mayoría de analistas y gestores y que han hecho que muchos inversores se hayan mantenido fuera del mercado.
Vamos, que si no lo “arregla” una expansión del conflicto en Oriente Medio -lo cual obviamente es un riesgo que no podemos ni debemos descartar- , podríamos estar ante otro error histórico de la mayoría. Y este quedaría en los libros, dado el récord histórico de apuestas contra el mercado que hay ahora mismo.
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.