La resiliencia de las familias ante la subida de los tipos
Las familias españolas han afrontado el actual ciclo de subidas de tipos de interés bastante mejor que en otros episodios debido a la fortaleza del mercado laboral y a la mejora de la renta bruta nominal. Todo ello a pesar del repunte de la inflación, lo que ha permitido un ligero avance del poder adquisitivo en el primer semestre de 2023 respecto a los niveles prepandemia.
Además, una evolución moderada del consumo ha supuesto un repunte de la tasa de ahorro que ha sido generalizado en todos los estratos de renta, aunque más intenso en los de mayores ingresos.
No obstante, las subidas de tipos de interés han aumentado la presión financiera sobre los hogares con deudas vinculadas al euríbor. En particular, los hogares con hipoteca pagaban el pasado mes de octubre un tipo de interés del 3,6% de media frente al 1,1% de finales de 2021, según el Banco de España (BdE).
Una evolución moderada del consumo ha supuesto un aumento de la tasa de ahorro en todos los sectores de renta
Esta subida de 250 puntos básicos (pbs) de los tipos hipotecarios medios es bastante inferior a los 450 pbs de los tipos oficiales, y ello se ha debido a la preferencia mayoritaria en los últimos años por las hipotecas a tipo fijo, que ha llevado a que actualmente supongan algo más del 30% del stock total y por el efecto diferido en la repreciación de las hipotecas a tipo de interés variable.
Para el conjunto de familias con deuda hipotecaria, la carga financiera habría aumentado en términos medios, según estimaciones del BdE, en 2,8 puntos porcentuales en el periodo mencionado, situándose en aproximadamente un 23% de su renta, que se ha visto amortiguada por la mejora de las rentas nominales.
También, el indicador de accesibilidad a la vivienda del BdE -que mide la carga financiera en el primer año de contratación de una hipoteca- ha mostrado un empeoramiento al pasar de un aproximadamente 30% de la renta del hogar mediano al finalizar 2021 al 38,9% del pasado mes de junio. En ese mes el precio de la vivienda, y sobre todo los tipos de interés, han contribuido a su deterioro. En todo caso, este indicador sigue siendo inferior al 54,7% alcanzado en septiembre de 2008 en el inicio de la crisis financiera.
El mejor indicador de que las familias están resistiendo mejor que en otros ciclos se puede comprobar en la evolución de la morosidad hipotecaria, que se mantiene contenida en niveles bajos (12,4 miles de millones €, el 2,5%), y con un ligero aumento de 442 millones en el segundo trimestre del presente año.
La carga financiera de las familias habría aumentado en 2,8 puntos porcentuales hasta el 23% de su renta, según el Banco de España
A ello, también ha contribuido positivamente el celo, prudencia y rigurosidad con que el sistema bancario ha concedido las nuevas hipotecas en la última década, junto a la promoción de las hipotecas a tipo fijo.
Y si tenemos en cuenta que las familias que más suelen incumplir sus obligaciones de pago ante eventos adversos son las que se endeudaron en los últimos cinco años por el impacto de la carga de intereses, tenemos una de las causas de la resistencia de la mora hipotecaria. A esto habría que unir el nuevo Código de Buenas Prácticas, que permite refinanciar a los hogares más impactados por la inflación y los tipos de interés.
Desde el inicio de la subida de tipos de interés en julio de 2022, las familias han ajustado sus deudas hipotecarias reduciendo su endeudamiento en 20,4 mm € (-3,9%), consecuencia de un aumento de las amortizaciones del 45% respecto a los niveles medios prepandemia.
Este dato ha sobrepasado a las nuevas hipotecas, que retroceden el 17% respecto a 2022, pero que todavía se sitúan un 27% por encima de los niveles de 2019. Este aumento de las amortizaciones tiene su origen en la subida de tipos de interés y proviene principalmente del ahorro acumulado desde la pandemia, permitiendo a las familias aliviar su carga financiera hipotecaria.
La transmisión de la subida de tipos a las cargas financieras de los hogares todavía no se ha completado, teniendo en cuenta la última subida de tipos oficiales de septiembre hasta el 4,50%. Aun así, las expectativas de mercado sobre el cambio de ciclo de tipos señalan que el euríbor, tras alcanzar su máximo en octubre (4,16%), se encuentra en descenso y ya en las últimas semanas de diciembre se ha situado en el 3,75%, lo que supondrá, de mantenerse las tendencias, un ligero alivio para aquellas familias que tengan que renovar a lo largo de 2024 su hipoteca respecto a los máximos.
En cualquier caso, los tipos de interés no se espera que vuelvan a niveles cero o negativos, por lo que las familias endeudadas a tipo variable tendrán que asimilar que la carga financiera no regresará a los niveles previos a junio de 2022.
En definitiva, a pesar de que las cargas financieras han crecido por la presión de los tipos de interés, el creciente peso de las hipotecas a tipo fijo, la fortaleza del mercado laboral, el control de la inflación, la subida de rentas nominales y la acumulación de ahorro por la Covid-19, son elementos que han contribuido positivamente a la resiliencia de las familias en este ciclo de subidas de interés.
A todo eso se pueden añadir las fortalezas desde el lado de la oferta, como son el rigor y prudencia de la banca, y su compromiso con la sociedad a través del Código de Buenas Prácticas.
***José Félix Izquierdo forma parte de BBVA Research.