El pasado mes de diciembre, diferentes países se reunieron en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP28) en Dubái, y acordaron una declaración histórica al fijar por primera vez el objetivo de abandonar los combustibles fósiles.
Esta declaración supone el cambio de dirección para un sistema energético mundial en el que el petróleo, el gas y el carbón han alcanzado nuevos máximos históricos en 2023, una noticia pesimista que contrasta con otra más esperanzadora en torno al incremento de la producción mundial de energía eólica y solar durante 2023 en más de un 50% respecto a la de 2020.
2024 será un año de marcadas tendencias en lo que a energías se refiere, con una consolidación del crecimiento del autoconsumo solar, una mayor reconocimiento político y social hacia la energía nuclear y una tendencia hacia el hidrógeno verde, en un contexto de menores costes eléctricos respecto a los experimentados en 2022. Estas previsiones vienen a confirmar el compromiso global hacia una transición energética hacía las energías verdes ya en marcha, pero en coexistencia con el uso de combustibles fósiles que las complementen para dar respuesta a las necesidades actuales en lo que se refiere a demanda energética.
En lo que respecta a España, 2023 ha supuesto la consolidación definitiva de la industria solar fotovoltaica, y cabe esperar que 2024 normalice un crecimiento estable en el tiempo que permita seguir implantando el autoconsumo solar en nuestro país de manera sostenida y aporte certeza a un sector que ha experimentado grandes fluctuaciones en los últimos años, ocasionando tensiones en las cadenas de suministro y en la incorporación de personal cualificado.
En 2023, los segmentos de residencial e industrial sumaron 1,7GW de nueva potencia instalada, según datos de UNEF, lo que pese a ser un 32% menos que el año anterior, muestra la consolidación del Autoconsumo Fotovoltaico como una opción viable para la generación de energía. En esta línea se sitúan las últimas cifras emitidas por la Agencia Internacional de Energía, que auguran un crecimiento histórico con previsión de instalar 310 GW y sitúan a España a la cabeza de Europa.
El entorno empresarial es ya uno de los más beneficiados del poder de las energías renovables. Cualquier empresa requiere para su éxito de cierta predictibilidad para poder predecir los movimientos del mercado en los que realiza su actividad, sean estos de carácter económico, político o social.
En este sentido, las energías renovables, y en concreto la solar fotovoltaica, desempeñan un papel fundamental para las empresas dado que les permite anticipar a largo plazo sus costes energéticos y el impacto que éstos tendrán en su cuenta de resultados.
Si a esto le añadimos que muchas apuestan ya por la solución PPA (contrato de compraventa de energía) que les permite pagar menos por la energía generada y autoconsumida que la obtenida de la red de distribución, nos encontramos con el caldo de cultivo perfecto para que nuestra industria obtenga una importante ventaja competitiva respecto a su competencia externa, cada vez más pujante en ciertos sectores.
Sin embargo, aunque España tiene múltiples ventajas para ser un país pionero en generación de energía limpia, aún quedan muchos retos por superar como son la falta de abastecimiento, el impulso profesional para aumentar la oferta de trabajadores cualificados o el empuje a las limitaciones normativas para el Autoconsumo Colectivo y las Comunidades Energéticas.
Si superamos estos retos, para los que ya nos encontramos en el camino, España pondrá a nuestra disposición un recurso de incalculable valor para crear un país mejor para todos que impulse la creación de riqueza y empleo, que sea respetuoso con el medio ambiente y con las personas y que sea un ejemplo para el resto de los países del mundo.
***Remigio Abad, CEO de Greenvolt Next España.