Cuando se producen correcciones, la mayoría de los inversores con posiciones activas se focalizan en rezar (para que la corrección dure lo menos posible). O que el mercado no caiga demasiado. El denominador común es la reacción emocional. Son pocos los que aprovechan para tomar fríamente buena nota de la información que aporta la corrección de cara al futuro.
Se entiende por corrección aquella bajada que no es un cambio de tendencia. Cuando por ejemplo el S&P 500 pierde un 5% tras haber subido un 30% previamente, entonces estamos hablando de una corrección. Ahora bien, si esa caída hubiese superado el 20% se consideraría que estamos ante un cambio de tendencia.
A día de hoy, lo que tenemos en los mercados es una corrección, ya sea en el S&P 500, en el Euro Stoxx 50 o en el Nikkei 225, que son los principales índices mundiales. También es importante el CSI 300 (China), pero ese lleva otro ritmo. De hecho, no ha participado en esta corrección.
Lo que tenemos en los mercados es una corrección, ya sea en el S&P 500, en el Euro Stoxx 50 o en el Nikkei 225
Si pensamos que estamos ante una corrección, el comportamiento de cada del índice nos sirve para comparar el atractivo que tiene cada uno de ellos para los inversores. Se mide su capacidad de resistencia e interés de los inversores por incorporarse al mismo. Pero no comparándolos con sectores o índices defensivos, que lógicamente lo hacen mejor en las correcciones, sino con los otros índices que habían subido de forma significativa previamente. Con los que están en tendencia alcista.
También es importante comparar churras con churras y merinas con merinas. Si un índice ha subido mucho más que los demás también es lógico que tenga una corrección superior. Las volatilidades tienen que ser comparables.
Es importante comparar churras con churras y merinas con merinas
Pero la mayor utilidad que tienen las correcciones es que, si pensamos que estamos en un mercado alcista, aprovechar la corrección es como tirar a balón parado. Si la tendencia de fondo es alcista, entonces sabemos que tarde o temprano la inversión será ganadora. Simplemente estamos comprando con un descuento. En términos futbolísticos sería como tirar una falta o un saque de esquina, donde aumentan las probabilidades de meter gol.
Observarán que no incluyo el penalti. Para eso tendríamos que estar seguros al 90% de que sólo se trata de una corrección, y eso no se sabe nunca. Recuerden que invertir no es tener una bola de cristal, invertir es realizar un (buen) cálculo de probabilidades en función de la información disponible.
Si pensamos que estamos en un mercado alcista, aprovechar la corrección es como tirar a balón parado
Otra información muy interesante que nos dan las correcciones se basa en el volumen de negociación, que siempre es una variable importante. Cuando una tendencia va acompañada de un fuerte volumen de negociación y el resultado de todas esas operaciones es al alza, lo que nos está diciendo el mercado es que claramente hay más compradores que vendedores en el periodo considerado.
Exactamente lo mismo referido a las correcciones, aunque este dato hay que “periodificarlo”, porque los vendedores suelen actuar primero y de forma mucho más emocional que los compradores. Hay que partir de la base de que, durante la corrección, el volumen de ventas será muy superior al de compra. El vendedor está pensando en salir “como sea”, porque se ha asustado -o le han asustado-, mientras que el comprador está esperando pacientemente a ver con qué descuento puede comprar.
El dato del volumen de compra -y esto es una opinión personal- es especialmente importante cuando la corrección ya se ha superado o está camino de ser superada. Es cuando nos informa de cuánta gente está deseando entrar, pero prefiere que el primer euro lo gane otro.
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.