A raíz del anuncio de una posible fusión entre el BBVA y el Banco Sabadell, en los últimos días se ha publicado diversos artículos en los medios de comunicación en los que se ofrece un baile de cifras a partir del cual se valora el impacto que tendría esa fusión sobre la concentración del mercado, aspecto que tiene enorme interés desde el punto de vista de la competencia.
El objetivo de mi tribuna es arrojar algo más de luz sobre este tema utilizando la información más reciente disponible referida a finales de 2023.
Para valorar el impacto de la fusión sobre la concentración del mercado hay que centrar el análisis en el negocio que las entidades de depósito tienen en España, utilizando para ello los estados financieros individuales y no los consolidados, dado que estos últimos incluyen el negocio de las filiales de los bancos españoles en el exterior.
Las tres patronales bancarias ofrecen en sus páginas web los balances de todos y cada uno de los bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito, es decir, de las entidades de depósito. Y con esos datos, se pueden construir dos indicadores de concentración: la cuota de mercado de las principales entidades (CRi, siendo lo habitual centrarse en i=3 o 5) y el llamado índice de Herfindahl (HHI), que se construyendo como la suma de las cuotas de mercado al cuadrado de todas las entidades de depósito.
Este último indicador es más riguroso porque 1) tiene en cuenta a todas las entidades (y no solo a las “i” primeras); y 2) porque no tiene el problema que tiene el CRi de que en ocasiones ofrece distintos resultados según el “i” que se utilice. Así, es posible que el CR3 de un mercado sea menor que otro, y que en cambio sea mayor con el CR5.
Para valorar el impacto de la fusión sobre la concentración del mercado hay que centrar el análisis en el negocio que las entidades de depósito tienen en España.
Dadas las ventajas que presenta el HHI frente al CRi como indicador de concentración, se utiliza como referencia a la hora de valorar el nivel de concentración de un mercado y el impacto de una fusión según el aumento del índice.
Así, lo habitual es establecer que un mercado es moderadamente concentrado si el HHI se sitúa entre 1.000 y 1.800 puntos, y altamente concentrado a partir de ese umbral, siendo 10.000 el valor máximo que corresponde a un monopolio (cuota de mercado de 100%, que al cuadrado, es 10.000). Si el HHI supera el valor de los 1.800 puntos y/o aumenta más de 200 puntos, cualquier movimiento de fusión-absorción debería analizarse de forma exhaustiva.
Utilizando los estados individuales de 2023, y tras calcular esos indicadores de concentración, algunos aspectos a destacar son los siguientes:
En términos del total del activo, el BBVA tiene una cuota de mercado del 16,9%, siendo la tercera entidad del país, por detrás del Santander (26,1%) y Caixabank (17,2%). El Sabadell es el cuarto, con una cuota del 6,2%. Por tanto, el CR3 es del 60,3% y el CR5 del 70,2% (Bankinter es el quinto con una cuota del 3,8%).
De consumarse la fusión, el CR3 aumenta al 66,5% y el CR5 al 73,6%, con una cuota conjunta BBVA-Sabadell del 23,1% y 671.000 millones de euros de activo. En este caso, la nueva entidad sería la segunda en tamaño, cerca del Santander.
En el caso del indicador HHI, la situación a finales de 2023 arroja un resultado de 1.359 puntos. De materializarse la fusión, el HHI sería de 1.569. Aunque el mercado sigue siendo moderadamente concentrado, el aumento de 210 puntos es muy intenso.
En el mercado de los créditos a la clientela (por tanto, distintos de bancos centrales y entidades de crédito), los resultados son parecidos: un CR3 del 57,8% y un CR5 del 69,9%, siendo BBVA y el Sabadell el tercer y cuarto banco del país, respectivamente, con cuotas del 15,3% y 7,3%.
Con la fusión, el CR3 aumenta al 65,1% y el CR5 al 73,2%. El nuevo banco fusionado sería el primero en tamaño (336.000 millones de euros), con una cuota del 22,6% que superaría al 21,6% de Caixabank y el 20,8% del Santander. El HHI pasaría de 1.258 a 1.482 puntos, con un aumento también intenso de la concentración (224 puntos).
En los depósitos de la clientela, BBVA y Sabadell son el tercero y cuarto del ranking, con una cuota conjunta del 21,2% (14,5% y 6,7%, respectivamente), siendo el Santander y Caixabank los bancos con mayor cuota de mercado (21,6% y 21%).
Con la fusión, el CR3 aumentaría del 57,1% al 63,9% y el CR5 del 68,2% al 76,5%. En el caso del HHI, pasaría de 1.241 a 1.435 puntos. Por tanto, también en el mercado de los depósitos, la fusión tendría un elevado impacto en la concentración (aumento de 195 puntos en el HHI).
El nuevo banco fusionado sería el primero en tamaño en el mercado de los créditos a la clientela (336.000 millones de euros), con una cuota del 22,6% que superaría al 21,6% de Caixabank y el 20,8% del Santander.
En base a esta información a nivel agregado (toda España), la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia debe analizar detalladamente la fusión ya que supone un intenso aumento de la concentración. El propio BBVA en su propuesta de fusión reconoce que debe contar con el visto bueno de la autoridad de la competencia.
El análisis descenderá a productos y ámbitos geográficos concretos, ya que en muchas ocasiones el mercado relevante para juzgar la competencia no es el nacional, sino más local.
Y si hay indicios de que los niveles de concentración sean excesivos, se impondrán restricciones, como así ocurrió en la absorción de Bankia por Caixabank. Ese análisis llega a nivel de código postal, poniendo el foco en aquellos casos en los que el nuevo banco sea el único que quede en el mercado (monopolio), garantizando que se mantengan en el tiempo las condiciones que se fijaban a los clientes y no dejar el área desprovista de servicios financieros.
Estoy convencido de que la fusión aporta valor al juntar a dos de las principales entidades del país, con fuerte presencia internacional, y con buenos niveles de eficiencia, rentabilidad y solvencia. La ganancia de escala que conlleva la fusión permite competir en mejores condiciones en el terreno internacional, complementando su actual diversificación geográfica. En el terreno doméstico, se da un paso más en la concentración del sector, cuyas consecuencias hay que evaluar para evitar que afecten a la competencia.
***Joaquín Maudos es catedrático de economía de la Universidad de Valencia, director adjunto del Ivie y colaborador del CUNEF.