Si en una zona unos restaurantes están llenos y otros no, nadie pone en duda el negocio de la restauración. Pero como en los mercados hay que buscar titulares negativos -o justificar haberse perdido una subida-, si en bolsa tiran unos sectores y otros no, entonces es que la bolsa tiene un problema.
Tampoco le sorprende a nadie que los ingresos y beneficios de los restaurantes que van bien sean, lógicamente, muy superiores a los de los que no van tan bien.
Pero muchos opinadores -que no es lo mismo que inversores o buenos profesionales- señalan que la actual subida bursátil no es sostenible porque la lidera un sector muy concreto (la tecnología).
En realidad esto es, ya de entrada, falso, porque también están subiendo otros sectores (por ejemplo la banca). Pero el análisis de brocha gorda se queda en que hay uno que sube mucho más que el resto. Con el “agravante” de que cada vez representa un porcentaje mayor de la capitalización bursátil.
Pero, incluso pesando la tecnología ya casi un 30% en el S&P 500, si se realiza un análisis económico serio, la conclusión de que estamos ante el principio del fin no se sostiene.
Para empezar, no se han parado a analizar si esa diferencia está justificada por los resultados de las empresas. Se olvidan de que la bolsa es un mercado, donde cotizan la evolución y expectativas de resultados futuros de las empresas que conforman el índice.
Y si resulta que hay unas empresas que ganan mucho más que las demás, entonces esa diferencia está justificada. Y si, además, tienen las mayores expectativas de seguir ganando, entonces esa diferencia está doblemente justificada.
Muchos 'opinadores' señalan que la actual subida bursátil no es sostenible porque la lidera un sector
La realidad, el dato y no el relato, es que las llamadas siete magníficas (Apple, Amazon, Alphabet, Meta, Microsoft, Nvidia y Tesla) son las que más incrementan los beneficios por acción dentro del S&P 500 (Tesla es temporalmente la única excepción). Es más: si no fuera por ellas, el crecimiento reciente de los beneficios por acción sería plano o, en muchos casos, negativo. Es decir, son las que más suben, pero también las que más ganan.
Otra cosa en la que creo que no se fijan los opinadores es en lo que ocurre a su alrededor. Si resulta que todas estas empresas cada vez le quitan más mercado al resto ¿por qué no iban a tener cada vez mayor peso en el índice bursátil?
Los opinadores no se han parado a pensar cuánto negocio publicitario le han quitado Google o Meta a los medios tradicionales. O cuánto negocio musical se ha llevado Apple. O quién tiene la mano fuerte ahora en el mundo del cine -que más bien habría que hablar del mundo de las series-, y que ya no son la Metro ni Columbia. Son Netflix o HBO.
Y si hablamos del comercio minorista, apaga y vámonos: ¿alguien no se ha enterado de que Amazon cada vez se hace con mayor cuota de mercado en el comercio?
Aunque la tecnología supone el 30% en el S&P 500, la conclusión de que estamos ante el principio del fin no se sostiene
Para que te extrañe el crecimiento y mayor peso bursátil de las siete magníficas hay que negarse a ver la realidad. La realidad es que los negocios que se apoyan en la tecnología y la digitalización se están haciendo con la cuota de mercado de otros que no han ido tan rápido, que son demasiado pequeños para esa competición o que no han sabido reaccionar a tiempo.
Para los opinadores, el paradigma de lo incomprensible es la subida de Nvidia. Pero se debe, de nuevo, a que no han investigado cuáles son sus resultados y sus expectativas de negocio. O la realidad empresarial a medio plazo.
Los negocios que se apoyan en la tecnología y la digitalización se están haciendo con la cuota de mercado de otros que no han ido tan rápido
Sus resultados son espectaculares, lo cual justifica que su cotización también haya subido de forma espectacular. Y sus expectativas de negocio podrían compararse a las de Microsoft cuando todas las empresas decidieron introducir ordenadores personales en sus oficinas. Sólo que en esta ocasión se introducirán algoritmos y robots basados en la inteligencia artificial generativa. Y da la casualidad de que los microchips necesarios para hacer esos robots y algoritmos los fabrica, en gran medida, Nvidia.
Otra parte donde creo que falla el razonamiento es que da por hecho que los demás sectores no van a tirar nunca. Esto es, de nuevo, una conclusión que no tiene en cuenta lo que ha ocurrido históricamente en los mercados, ya que está descartando la posibilidad de que en el futuro se produzca un efecto rotación.
Pero la bolsa es cíclica y la fortaleza de determinados sectores sobre otros varía. Nada nuevo bajo el sol. En todo caso lo importante es saber cuándo habrá que rotar. O cuándo se alcanzará efectivamente el nivel de burbuja en la tecnología, lo cual obviamente ocurrirá. Pero para eso tienen que darse más condiciones que el hecho de que “ha subido mucho”.
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.