La retención de talento se ha convertido en los últimos años en un asunto crucial en todas las empresas, ya que cada empleado busca diferentes aspectos en su lugar de trabajo según sus necesidades, valores y expectativas personales y profesionales. En este punto, la inteligencia emocional (IE), entendida como la capacidad de reconocer, comprender y gestionar nuestras propias emociones y las de los demás, juega un papel fundamental.
La aplicación de la inteligencia emocional en el entorno laboral permite mejorar no solo la retención del talento, sino que aumenta la productividad y la satisfacción laboral, fomentando un ambiente de trabajo positivo.
Las estrategias que las empresas pueden aplicar para implementar la IE y lograr una mayor retención del talento están relacionadas con:
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La mejora de la comunicación mediante una escucha activa por parte de sus líderes, mostrando empatía y comprensión hacia las preocupaciones de todos los empleados. Esto fortalece la confianza y la relación entre el empleado y la organización. Además, la retroalimentación constructiva es motivadora, evitando en todo momento dejar espacio a la crítica.
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El desarrollo y el reconocimiento, donde los líderes con alta IE identifican y apoyan las oportunidades de desarrollo profesional de sus empleados, aumentando así la satisfacción y, sobre todo, el compromiso. La inteligencia emocional permite a los líderes reconocer y valorar las contribuciones de los empleados de manera sincera, lo que incrementa el sentido y el orgullo de pertenencia.
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La construcción de relaciones sólidas basadas en la empatía y comprensión, fomentando un ambiente de apoyo mutuo y, sobre todo, el trabajo en equipo, ya que la inteligencia emocional facilita la colaboración efectiva y la cooperación, haciendo que todos los empleados se sientan valorados.
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La cultura de empresa positiva, alineando los valores y la misión de la empresa e involucrando a los empleados en la toma de decisiones y teniendo en cuenta sus opiniones, provocando un aumento del compromiso y la lealtad hacia la empresa.
Un ambiente de trabajo saludable donde se puedan identificar los signos de estrés y se resuelvan los conflictos de manera efectiva.
Un ambiente de trabajo positivo no solo depende de los líderes, sino que requiere de la participación de todos los miembros del equipo. Debemos recordar que las acciones, actitudes y comportamiento diarios de cada miembro en un equipo influyen significativamente en la dinámica de este. Es crucial que cada persona mantenga una actitud optimista, practique la escucha activa, colabore y resuelva conflictos con empatía. Todo esto impulsa el compromiso con la cultura de la empresa y permite un mayor desarrollo profesional y personal.
El desafío en estos momentos es medir la inteligencia emocional en la organización, ya que implica evaluar tanto las habilidades individuales de los empleados como la cultura organizacional en su conjunto. Existen una serie de métodos y herramientas que pueden ayudar a obtener una visión completa del nivel de inteligencia emocional en una organización. Algunas de ellas son:
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Encuestas y cuestionarios. A nivel individual una herramienta de evaluación como el EQ-i 2.0 permite medir las habilidades de inteligencia emocional de los empleados. A nivel colectivo, las encuestas de clima laboral con enfoque en la comunicación, la resolución de conflictos y el manejo del estrés.
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Entrevistas individuales y grupos focales. Permiten discutir la inteligencia emocional en la empresa y recopilar datos cualitativos relevantes.
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Evaluación del liderazgo y dinámicas de equipo que permiten observar y evaluar el comportamiento tanto de los líderes como de los equipos identificando niveles de colaboración y apoyo mutuo.
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Indicadores de rendimiento como la satisfacción laboral, la rotación de personal, la productividad y el rendimiento.
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Feedback mediante las evaluaciones de desempeño utilizando un feedback 360 grados para tener una visión completa de las habilidades emocionales de los empleados.
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Fomentar una cultura de feedback continuo.
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Analizar indicadores de bienestar como el ausentismo y el presentismo.
Los líderes en las organizaciones tienen un reto significativo, implementar los planes de acción asociados con la inteligencia emocional, ya que permiten no solo mejorar la retención del talento sino asegurar un crecimiento sostenible en las organizaciones.
*** Paloma García, profesora de Afi Escuela