MAFO, Zapatero, Sánchez y Escrivá.

MAFO, Zapatero, Sánchez y Escrivá. José Ramón Pérez / Arte EE EE

Economía

Del Gobierno al Banco de España: Sánchez impone a Escrivá tras atacar a Zapatero por nombrar a MAFO en 2006

El PP no presentará candidatos a subgobernador para no legitimar la "colonización" de otra institución por el Ejecutivo.

3 septiembre, 2024 02:22
Roberto Ordúñez Fernando Garea

Pedro Sánchez parece estar a punto de cometer el mismo "error" que el cometido por José Luis Rodríguez Zapatero con la que fue una de sus decisiones más polémicas: nombrar a Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO) como gobernador del Banco de España.

Una decisión que adoptó tres meses después de cesarlo como secretario de Estado de Hacienda. Un movimiento por el que Sánchez atacó a Zapatero allá por 2014. Sin embargo, hoy, una década después, la designación del todavía ministro José Luis Escrivá para el mismo cargo parece inminente.

Fuentes conocedoras de la negociación entre el PSOE y el PP insisten en que el Ejecutivo está empeñado en que sea el actual titular de Transformación Digital y Función Pública quien lidere el Banco de España, ya que desde hace meses es su única propuesta. Un empeño que, en última instancia, imposibilita el acuerdo con los populares.

El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero (i) y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero (i) y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Rober Solsona Europa Press

Y aunque desde el Ejecutivo aseguran que siguen hablando con los de Feijóo, el acuerdo es casi una quimera. Además, la situación está en tiempo de descuento. El Gobierno ya ha puesto fecha a la presentación del próximo líder del ente: será este miércoles cuando Carlos Cuerpo dará cuenta de la elección del candidato ante la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados.

El empeño del Ejecutivo en que sólo pueda ser Escrivá el nuevo gobernador no deja de sorprender. Hace ahora diez años, Pedro Sánchez aseguró que "nombrar a Fernández Ordóñez no fue un acierto de Zapatero". No obstante, lo que dijo el entonces candidato socialista es que había que poner al frente de los organismos supervisores "a personas cualificadas".

En cualquier caso, la estrategia del Gobierno en su negociación con el PP es sencilla: o José Luis Escrivá o José Luis Escrivá. Los socialistas —el encargado de la negociación es Félix Bolaños— no quieren dar su brazo a torcer, según afirman fuentes conocedoras.

El PSOE quiere evitar el desgaste con sus socios en caso de llegar a un acuerdo con los populares, tal y como sucedió con la renovación del CGPJ.

La intención de los de Sánchez era que los populares avalaran el nombramiento de Escrivá eligiendo ellos al próximo subgobernador. Sin embargo, el PP no presentará candidatos para este cargo en aras de no legitimar la 'colonización' de otra institución del Estado por parte del Gobierno.

"Defendemos las instituciones y su credibilidad. No estamos negociando nombres, si no perfiles. Era una oportunidad de que el Gobierno mantuviera la tradición de buscar el consenso, pero desde hace meses no hay avances porque no aceptan que Escrivá no puede ser", señalan las fuentes consultadas. "¿Cómo va a analizar la reforma de las pensiones que él mismo ha elaborado?", se preguntan en la calle Génova. 

Desde el Partido Socialista no entienden la actitud del PP. Sobre todo porque fueron los populares quienes eligieron a Escrivá para presidir la AIReF en 2014. Aseguran, además, que su candidato conoce a la perfección el Banco de España, donde ha sido subdirector del departamento de Estudios Monetarios y Financieros y jefe de la Unidad de Investigación Monetaria.

Además, el ministro también tiene experiencia en el Banco Central Europeo, donde ha sido jefe de la división de política monetaria. Un puesto que le da conocimientos sobrados, explican, para abordar una de sus principales tareas: participar en los debates sobre la evolución de los tipos de interés en la eurozona.

En las filas del Gobierno insisten en que no es la primera vez que se adopta una decisión así en Europa. Recuerdan que Austria acaba de elegir a su ministro de Economía, Martin Kocher. Defienden también que en Gracia, Malta o Portugal los gobernadores del Banco Central han sido en algún momento ministros de Economía o han formado parte del Gobierno.

Por tanto, parece que la decisión de elegir a Escrivá como nuevo gobernador está tomada. Aunque de aquí al miércoles, cuando Carlos Cuerpo, ministro de Economía, comparezca en el Congreso para informar de la elección, puede haber cambios de última hora si el Ejecutivo da un giro a su postura.

El caso MAFO

En 2006, con Pedro Solbes como responsable de las finanzas y España en la Champions League de las economías del mundo (sic), Zapatero decidió poner al frente del Banco de España a alguien que hasta hacía tres meses había formado parte de su Gobierno. Así, MAFO, como se le conocía en los círculos políticos y económicos, llegó a la institución en un momento crucial, poco antes del estallido de la crisis financiera de 2008.

Aunque con una destacada carrera, Fernández Ordóñez no sólo era un conocido militante socialista, sino que había formado parte de las administraciones de Felipe González —como secretario de Estado de Economía y Comercio— y Zapatero —como secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos—. De ahí que el Partido Popular criticara en su momento el "alto perfil político" del candidato.

MAFO llegó en un momento de bonanza económica —el PIB español creció un 4,1% en 2006—, pero la situación no duraría mucho. España no fue el único país que sufrió la Gran Recesión, pero sí uno donde fue especialmente dura por el estallido de su particular burbuja inmobiliaria. Y los expertos coinciden en señalar que MAFO no supo ver a tiempo las señales de alerta.

Uno de los principales fallos que se le atribuyen es su incapacidad para frenar el crecimiento del crédito y la sobreexposición de los bancos y cajas de ahorro al sector inmobiliario. Pese a los indicios de alarma en otros países, el Banco de España no tomó medidas decisivas para regular el mercado ni para forzar a las entidades financieras a sanear sus balances.

Cuando la crisis estalló en 2008, con el colapso de Lehman Brothers en Estados Unidos como catalizador, el impacto en España fue devastador. El mercado inmobiliario se desplomó, los precios de la vivienda cayeron drásticamente y muchas familias quedaron atrapadas con hipotecas imposibles de pagar. Las entidades financieras, que habían acumulado enormes carteras de activos tóxicos, comenzaron a tambalearse.

Durante este periodo, MAFO fue criticado por no haber exigido con mayor firmeza a las cajas de ahorro que reconocieran sus pérdidas y recapitalizaran sus balances. En lugar de ello, se permitió que muchas entidades continuaran operando como si no existiera una crisis, retrasando la reestructuración del sistema financiero español.

Fernández Ordóñez durante su comparecencia en la Comisión de Investigación sobre la crisis financiera en el Congreso de los Diputados.

Fernández Ordóñez durante su comparecencia en la Comisión de Investigación sobre la crisis financiera en el Congreso de los Diputados. Europa Press

En 2011, la situación de las cajas de ahorro era insostenible y el gobierno de Zapatero, junto con MAFO, promovió su bancarización. Sin embargo, para entonces, el daño ya estaba hecho, y el sistema financiero español requeriría de un rescate europeo que llegó en 2012.

Las críticas a Fernández Ordóñez se centran en su pasividad y falta de visión para prever y mitigar la crisis. Además, se ha señalado que su cercanía con el Gobierno de Zapatero pudo haber influido en su toma de decisiones, priorizando la estabilidad política a corto plazo sobre la necesidad de aplicar correcciones que habrían acabado con el ciclo de expansión económica.

Así, el legado de MAFO está marcado por la percepción de que, bajo su liderazgo, el Banco de España no supo actuar con la independencia y la firmeza necesarias para evitar que la crisis financiera tuviera un impacto tan severo.

Dentro de la casa es recordado también por no haber hecho caso a los informes técnicos y del Servicio de Estudios. Tanto sobre la situación de la banca en general como de la economía española en particular. Tras su salida del supervisor, la credibilidad de la institución quedó seriamente dañada. Algo que no logró recuperar definitivamente hasta el mandato del ya exgobernador, Hernández de Cos. 

Pedro Sánchez y José Luis Escrivá.

Pedro Sánchez y José Luis Escrivá. Eva Ercolanese / Europa Press

Casi 20 años después, las mismas reticencias que se expusieron con Fernández Ordóñez se aplican a José Luis Escrivá. En este caso se trata de un independiente, en tanto que no milita en el PSOE, pero lleva en el Gobierno de Pedro Sánchez desde 2020, cuando asumió la cartera de Inclusión y Seguridad Social.

Antes, el albaceteño había sido presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) a propuesta del PP. Su carrera la inició en el Banco de España y, después, formaría parte del Banco Central Europeo. Además, fue director de Análisis en BBVA. Su currículum, por tanto, no es el problema.

El inconveniente que señala el Partido Popular, la banca y hasta la propia plantilla del regulador es la gran cercanía al Gobierno. En el caso de MAFO, apenas pasaron tres meses desde su salida del Ejecutivo hasta que ocupó el despacho principal del Banco de España, aunque en ese lapso ejerció, como paso previo, de consejero y miembro de la comisión ejecutiva del supervisor. Pero si se materializa el nombramiento de Escrivá, el cambió será de un día para otro.