¿Cómo afrontar el atasco hipotecario que se viene?
Aún no he conocido a nadie que disfrute de un atasco. Es cierto que sí he conocido a quiénes lo enfrentan con paciencia; también otros que lo aceptan sin frustración, pero hasta ahora, no he encontrado a quien lo considere una experiencia agradable y menos si vas dirección a la playa un caluroso domingo.
Hay momentos en los que conducir bajo un sol implacable, calando los nocivos gases de unos tubos de escape solamente callados por unos insufribles cláxones, se convierte en una situación especialmente desagradable. Me refiero a esos episodios de colapso total: esos atascos donde lo más doloroso no es ver todo detenido a tu alrededor, sino ser testigo de cómo el resto avanza mientras tú permaneces inmóvil.
En esos momentos, cuando lo único que esperas es que regrese la señal del móvil para librarte del molesto programa de radio matutino, aparece un tren de alta velocidad deslizándose a toda prisa por tu derecha, sereno y fresco. Lleva a sus pasajeros rumbo a unas espectaculares playas que todavía desconoces en cuestión de minutos. Entonces te preguntas, inevitablemente, por qué elegiste quedarte atrapado en el atasco.
La escena refleja fielmente el estado actual del sistema hipotecario español. Muchos seguimos atascados en esa autopista tradicional que dejó de ser moderna con el cambio de siglo a la hora de encontrar y contratar una hipoteca, avanzando lentamente entre trámites engorrosos y procesos tediosos, sin darnos cuenta de que existen nuevas alternativas mucho más ágiles y con un mayor nivel de exigencia en la búsqueda de una hipoteca competitiva.
Este tren vuela a la velocidad de la luz, así como lo hacen sus tickets, cada vez más demandados entre quienes quieren un asiento en primera clase. Mientras seguimos atrapados entre coches, encajonados y sin posibilidad de avanzar, aproximadamente 2 de cada 10 viajeros hipotecados suben a un tren que, puntero en tecnología, los lleva directos a la puerta de su nuevo hogar con la eficiencia y tranquilidad de haber elegido bien y entre todas las opciones disponibles.
Muchos seguimos atascados en esa autopista tradicional que dejó de ser moderna con el cambio de siglo a la hora de encontrar y contratar una hipoteca
En 2006, España firmaba 5.326 hipotecas al día, gestionadas por unas 43.000 oficinas bancarias, cada una tramitando unas 2,6 hipotecas al mes. Hoy, en 2024, se firman 1.534 hipotecas diarias y contamos con 18.000 sucursales, lo que supone 1,8 hipotecas al mes por oficina. A pesar del menor volumen, este sistema bancario es inelástico con costes fijos relevantes, sigue siendo ineficiente y preocupante porque en momentos como el actual que tras la bajada de tipos realizada por el BCE la demanda se está acelerando y podría anticipar situación de colapso en las oficinas.
Seguimos anclados a un modelo tradicional que ya no responde a nuestras necesidades. El proceso para obtener una hipoteca sigue siendo una maraña burocrática con una compleja coordinación entre múltiples actores. Seguimos optando por ruta lenta de toda la vida, más larga y congestionada, sabiendo que podemos elegir el camino que Google Maps nos propone, más rápido y libre de obstáculos que nos lleve, a la velocidad de ese tren, hacia la casa de nuestros sueños.
En otros países, han modernizado su “red de transporte” hipotecario. En Reino Unido, los bancos delegan hasta el 80% de las transacciones a prescriptores especializados, permitiendo una mayor eficiencia y flexibilidad en el proceso. Alemania e Italia también han adoptado este modelo, gestionando el 60% y el 40% de las hipotecas a través de intermediarios, respectivamente. Estos prescriptores actúan como esos trenes modernos que transportan a más personas de manera eficiente y sin demoras, haciendo el camino hacia la vivienda propia mucho más accesible y sin complicaciones.
En nuestro país, cada vez son más empresas que están subiendo la marcha. Con tecnología avanzada, compañías como la nuestra procesan miles de hipotecas al mes, evitando los altos costes fijos y las limitaciones de la rigidez de una red de oficinas físicas tradicionales: el trayecto comienza desde casa. Esto agiliza el proceso y ofrece a los clientes una experiencia más transparente y cómoda. La tecnología avanzada conecta de manera eficiente a todos los actores involucrados, eliminando trámites innecesarios y reduciendo tiempos. Cada vez son más trenes los que parten desde distintas estaciones financieras, quienes sin tener todavía la capacidad de adaptar sus vías a la alta velocidad que demanda el mercado, están adaptando su tecnología con el apoyo de las APIs y el resto de herramientas que compañías como Trioteca ponen a su disposición.
El mundo cambia a la velocidad de nuestras expectativas. Queremos rapidez, claridad y procesos sin fricciones, y no podemos seguir confiando en un sistema que colapsa en momentos de alta demanda. La integración de soluciones tecnológicas en el sector es una evolución necesaria que los bancos ya están adaptando con rapidez. No sigamos atrapados, salgamos del atasco. Subamos a un tren que ya existe y que nos asegura un recorrido claro, conciso y seguro.
*** Ricard Garriga es CEO y cofundador de Trioteca.