“Hablar con mente abierta con gente creíble en desacuerdo contigo es la forma más rápida de aprender” (Ray Dalio).
Ray Dalio ha sido siempre uno de mis pocos ídolos. No se trata solamente de uno de los mejores inversores del mundo, sino también de un pensador profundo muy brillante. A todo el mundo le recomiendo su obra Principles, donde él expresa su enfoque de la vida y el management, y que, según él, cualquiera puede utilizar para mejorar su situación. Sus “principios” son formas de afrontar con éxito la realidad para conseguir lo que queremos en la vida.
En la columna de hoy, voy a tratar de resumir dos informes suyos interesantísimos: The Changing World Order y The Great Power Index 2024. No es fácil porque conjuntamente contienen unas 300 páginas.
En este primer gráfico, podemos comprobar quiénes han sido las primeras potencias mundiales desde el año 1.500: China se acerca peligrosamente a Estados Unidos.
Las superpotencias suelen caracterizarse por estos aspectos en cada una de las tres etapas que experimentan:
- Ascenso: liderazgo fuerte, inventiva, educación, cultura fuerte, buena asignación de recursos, buena competitividad, fuerte crecimiento de los ingresos, mercados y centros financieros fuertes.
- Auge: menor productividad, demasiada extensión, pérdida de competitividad, brechas de riqueza.
- Decadencia: grandes deudas, impresión de dinero, conflicto interno, pérdida de moneda de reserva, liderazgo débil, guerra civil/revolución.
En esta tabla, podemos observar qué tan sólidos o débiles son los diferentes indicadores en cada una de las etapas del ciclo:
Esta infografía refleja, para cada una de las 24 principales potencias, sus niveles de fortaleza medidos por una serie de indicadores que muestran diferentes tipos de ella (por ejemplo, PIB, participación en el comercio mundial, niveles de educación, fortaleza militar). Además, se indica la fortaleza per cápita, que indica la eficiencia de un país en relación con su población. España figura en el puesto 16 empatada con Holanda, Italia e Indonesia (siendo entre estas cuatro la segunda en términos per cápita, sólo superada por Holanda):
Esta tabla señala, además de la fortaleza comentada anteriormente, los niveles de salud (por ejemplo, esperanza de vida, tasa de mortalidad infantil, enfermedades crónicas), los niveles de felicidad (por ejemplo, felicidad y satisfacción con la vida según encuestas, tasa de suicidio, disfrute diario declarado) y las perspectivas de crecimiento económico real durante los próximos 10 años.
En salud, sólo nos superan Singapur, Japón y Suiza. En felicidad, no salimos tan bien parados (intuyo que el desempleo y los estancados salarios hacen mella aquí) y somos de los peores en crecimiento económico esperado:
Estados Unidos es una potencia fuerte (la número uno en la actualidad) en gradual declive. Como se muestra en la tabla siguiente, las principales fortalezas son sus fuertes mercados de capitales y centros financieros, su potente ejército, su alto nivel de educación, su condición de moneda de reserva, su innovación y tecnología, su alto rendimiento económico, su importancia para el comercio mundial, su asignación eficaz de mano de obra y capital y su riqueza en recursos naturales. Sus debilidades son su desfavorable posición económica futura relativa y sus grandes conflictos internos:
China es una potencia fuerte (la segunda hoy en día) en rápido ascenso, aunque en los últimos tres años su trayectoria ha sido plana. Las fortalezas claves que la colocan en esta posición son su infraestructura e inversión, su importancia para el comercio global, su innovación/tecnología, su alto nivel de educación, su alto rendimiento económico, la autosuficiencia y la fuerte ética laboral de su gente, y su fuerte ejército:
España no es una potencia global significativa (se encuentra en el tercio inferior de los países analizados) y tiene una trayectoria plana. Como se observa en la tabla siguiente, las principales debilidades que la colocan en esta posición son su posición económica y financiera desfavorable, su asignación relativamente deficiente de mano de obra y capital, la ética laboral y la baja autosuficiencia de su gente, que son inferiores a la media, y sus malos resultados en innovación y tecnología. Los ocho principales indicadores de poder son algo débiles hoy en día y, en conjunto, han experimentado movimientos laterales en los últimos 20 años:
Me despido con una reflexión reciente del propio Ray Dalio: “La capacidad de ganar dinero, ahorrarlo e invertirlo en capital (es decir, el capitalismo) es un eficaz motivador de las personas y un asignador de recursos que eleva el nivel de vida. Pero el capitalismo también es una fuente de desigualdades de riqueza y oportunidades que son injustas, pueden ser contraproducentes, son altamente cíclicas y pueden ser desestabilizadoras. El mayor desafío para los políticos es diseñar un sistema económico capitalista que eleve la productividad y el nivel de vida sin empeorar las desigualdades y las inestabilidades”.