Una planta nuclear.

Una planta nuclear. Pixabay

Opinión Blue Mondays

El renacimiento de la energía nuclear

Publicada
Actualizada

En 2024 la temática que más ha perdurado ha sido la de estar invertido en estrategias con un fuerte componente de momento. Específicamente, estar largo en tecnología y en compañías orientadas a semiconductores con alta exposición a la inteligencia artificial.

Curiosamente, lo que más se revaloriza en el año son las materias primas, pero a nivel sectorial su rendimiento está muy por debajo de las estrategias Growth. Cacao, zumo de naranja, café, plata y oro, ofrecen rendimientos anuales superiores al 30%. Hay que descender unos cuantos peldaños para encontrar los índices de renta variable. Es ahí donde el Nikkei 225 (+18,6% anual) y el S&P 500 (+18% anual) brillan mirando muy de lejos la evolución de las materias primas. 

Dentro de materiales, las acciones de las empresas de energía nuclear han hecho máximos históricos esta misma semana al calor de noticias que anuncian que Amazon y Google han alcanzado acuerdos históricos de suministro de energía mediante el uso de reactores modulares pequeños (SMR) en Estados Unidos.

Curiosamente, lo que más se revaloriza en el año son las materias primas, pero a nivel sectorial su rendimiento está muy por debajo de las estrategias Growth.

Compañías como Oklo Inc o NuScale Power aumentaron un 99% y un 37% respectivamente, mientras que otras compañías también relacionadas con la energía nuclear, como Cameco o BWX Technologies, alcanzaron máximos históricos durante la semana. El ETF VanEck Uranium & Nuclear sube un 59,4% en lo que va de año.

Los acuerdos que se han ido conociendo últimamente confirman el renacimiento de la energía nuclear cuando se creían cosa del pasado.

El despliegue de hasta una docena de reactores de próxima generación para proporcionar electricidad con bajas emisiones de carbono para alimentar los centros de datos de inteligencia artificial de Amazon y Google, coronan el esfuerzo de cambio por una fuente de energía altamente incomprendida.

La proliferación de centros de datos y la IA están impulsando un crecimiento histórico en la demanda de energía en Estados Unidos, socavando los esfuerzos por reducir la dependencia de los combustibles fósiles y descarbonizarse.

Los acuerdos que se han ido conociendo últimamente confirman el renacimiento de la energía nuclear cuando se creían cosa del pasado.

Prueba de que los temores generados por Fukushima en 2011 han quedado enterrados es que el mes pasado Constellation Energy Group, compañía que opera la mayor flota de reactores convencionales en Estados Unidos, firmó un megacontrato de suministro de energía por 20 años con Microsoft, que permitirá la reapertura de la planta nuclear de Three Mile Island, en Pensilvania. Conviene recordar que precisamente en este estado se produjo el accidente nuclear más grave de la historia de Estados Unidos.

Las decisiones de las grandes megacaps de la economía americana de invertir en pequeños reactores reflejan su necesidad de obtener electricidad fiable, rentable y limpia para alimentar la creciente necesidad de abastecimiento. Solo en el primer semestre de 2024, las empresas anunciaron la construcción de nuevos centros por un total de casi 24 GW, más del triple que en el mismo período del año pasado, según Wood Mackenzie.

No es un tema exclusivo de suministro y mucho menos de una supuesta conciencia limpia por reducir emisiones, se trata de competencia y desarrollo. No en vano, Rusia y China han venido desarrollando silenciosamente desde hace años inversiones mediante el despliegue de reactores modulares pequeños. 

Una vez más se demuestra que el radicalismo es eficaz para la política, pero completamente inútil para la economía. La misma Alemania que enarboló la bandera "antinuclear", se está replanteando muy seriamente la vuelta a esta forma de generación de energía. 

Muchos desconocen que España es rica en uranio y que dispone de una de las reservas de alta calidad más importante y rentables de Europa, además de un despliegue de centrales que su pico más alto llegó a suponer casi un 40% de la generación. Dar marcha atrás en los planes de desmantelamiento y el refuerzo de esta fuente de energía limpia y no contaminante, serían una gran noticia para la economía española a pesar de la demagogia imperante y, sobre todo, de la ignorancia.