El martes el FMI volvía a revisar sus previsiones para España en 2024. Según esa institución PIB crecerá el 2,9%; es la enésima vez que lo hace este año. Siempre al alza y siempre con prudencia. Por tato, la cifra real superará el 3%. La mayor de los países desarrollados

Para el Gobierno una cifra de la que puede presumir (¡la economía española va como una moto!). También la posibilidad de recaudar más impuestos de los previstos a principio de año al no deflactar los tramos del IRPF, ni el porcentaje del IVA, aumentados por la inflación. 

La explicación de este crecimiento está: en los casi 100 millones de turistas, que este año pagarán con precios inflacionarios; la menor dependencia de las energías fósiles, porque la renovable está en alza en este país, de ahí la mejora de la balanza comercial; la exportación con precios competitivos y servicios complejos -los servicios no turísticos sobrepasan los 100.000 millones de euros hasta agosto-. 

Hoy la economía de servicios se han mostrado más dinámica que la de productos y España es un país de servicios. A ello se añade: una clase emprendedora activa y con un gran nivel de formación;  casi un millón de migrantes que han llegado los últimos años para prosperar; los miles de millones de los fondos Next Generation que van a regar esta economía; y una reordenación espontánea de sectores, como el agroalimentario.

¿Hay aspectos negativos en ese crecimiento? Sí.

Hoy la economía de servicios se han mostrado más dinámica que la de productos y España es un país de servicios

El endeudamiento público, ha crecido hasta 1,62 billones en agosto de este año. Si bien es cierto que la bajada de tipos de interés del BCE puede aliviar un poco el “servicio de la deuda”. También da la impresión que este gobierno piensa endosarle el pago del esa deuda a generaciones posteriores. Lo que pase entonces le trae al pairo.

La estructura minifundista del tejido empresarial; con un 90% de pymes y micropymes. Muchas de ellas con dificultades de crecimiento por su débil infraestructura financiera; su productividad es baja.

El nivel de desempleo que no logra bajar del 11%; es estructural. El más alto de la zona euro. A la vez, faltan especialistas en sectores punteros de la economía donde la digitalización y la IA van a ser claves.

La pirámide demográfica está casi invertida. Eso, tarde o temprano, tendrá sus consecuencias. No solo en pensiones (la gran espada sobre la cabeza de los españoles). También en la necesidad de un “Pacto de Estado” de migraciones.

Otro problema es el exceso de participación del sector público en ese crecimiento; casi un 40% en los cinco últimos años. Política Keynesiana que, según la teoría, puede acabar en inflaciones galopantes, aunque ahora eso es discutible. 

El nivel de desempleo que no logra bajar del 11%; es estructural. El más alto de la zona euro

Mientras, la Unión Europea parece incapaz de encarrilar los desmanes de las cuentas públicas de sus países y Alemania y Francia, nuestros principales clientes se resienten. La recesión de la locomotora europea parece ser un hecho.

A pesar del crecimiento, y esa pirámide de población, la vivienda se ha convertido en una de los problemas de los españoles. Particularmente para los jóvenes. Aunque, de momento, hay una paz social envidiable (las manifestaciones callejeras son pacíficas y encauzadas).

Pero la situación política está enrarecida. El Gobierno muestra síntomas de autoritarismo y falta de diálogo con la oposición mayoritaria. A la vez que su coalición parlamentaria es débil en manos de partidos o muy minoritarios o independentistas.

Estamos encima de un barril de pólvora política con una mecha encendida. Todo está prendido con alfileres. Basta que uno de ellos se desprenda para que el castillo de naipes caiga.

De momento el “gran prestidigitador” Sánchez ha mantenido los bolos en el aire y, como esos muñecos con una base redonda, cada vez que salta cae de pie. Se tambalean pero queda de pie ¿Hasta cuándo?

Además, Sánchez teme que, si le bajan del pedestal, tenga que decir como Cesar: ¿Tu también Bruto? Cuando le apuñalen (políticamente) por la espalda muchos de los que ahora le jalean. Por eso se agarra al poder y, cada vez que se publican encuestas en su contra, se afianza más su decisión de permanecer.

** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.