El Ibex 35 ronda entre los 11.400-11.800 puntos, cuando no hace mucho cotizó por debajo de los 8.000. El dinero fluye al mercado bursátil y no solo en España. Hay avidez por parte de los inversores, institucionales y particulares, para “colocar” la liquidez que circula en el mundo en proyectos rentables y a largo plazo.

Además, despejada la incógnita de las elecciones americanas es esperable un repunte de las cotizaciones, aunque hayan bajado el miércoles. La estabilidad siempre es buena para el dinero. De manera que parece que es un buen momento para “salir” a bolsa.

Por otra parte, el mercado bursátil es adecuado a proyectos empresariales que piensen en el medio y largo plazo. La financiación bancaria y los fondos están demasiado expuestos a los vaivenes de los ciclos cortos de la economía como para fiar inversiones a largo plazo a esas fuentes de financiación.

En poco tiempo hemos pasado de tipos de interés reales negativos y abundancia de oferta de dinero a subidas de los tipos básicos de los bancos centrales, alguno, como la Reserva Federal, por encima del 5%. Por contra, ahora vuelven las expectativas de reducción del coste del dinero. Parece que la inflación está controlada, pero la experiencia cercana es que cualquier “cisne negro” puede reavivarla.

En consecuencia, las empresas que juegan a proyectos como las infraestructuras deben equilibrar su financiación. Poco “apalancamiento financiero”, que tanto defienden los profesores expertos en esa materia en las escuelas de negocios, y más fondos propios y capital.

En poco tiempo hemos pasado de tipos de interés reales negativos y abundancia de oferta de dinero a subidas de los tipos básicos de los bancos centrales

Por eso, el caso de Cox, me parece ejemplo paradigmático para “salir a bolsa” ahora; algo escaso en los últimos tiempos. 

Cox está dedicada a proyectos que combinan el “agua” (desoladoras a nivel internacional) con la “energía”; tanto en régimen de construcción, como de explotación y distribución; propio o en concesión. Es decir infraestructuras necesarias para el futuro del mundo con fuertes inversiones y rentabilidad a largo plazo.

En consecuencia confluyen el buen momento del mercado bursátil, con las características adecuadas del tipo de empresa para acudir a él.

Ahora bien, aunque ambos factores encajen, una “salida a bolsa” exige ciertas condiciones. Tan importante es el “por qué”, como el “cómo”.

Para que tenga éxito una “salida a bolsa” hay que conseguir la confianza de dos stakeholders fundamentales: los organismos reguladores (la CNMV en el caso de España) y los inversores.

¿Que pide la CNMV? Hoy en día: garantías de “Buena Gobernanza”. Garantía que Cox ofrece tanto en sus documentos oficiales, como por la composición de su órgano de gobierno: el Consejo de Administración. La oferta de Cox en ese tema es que sólo habrá dos consejeros dominicales en él, Enrique Riquelme (fundador) y Alberto Zardoya, actuales accionistas, que ponen parte de su patrimonial al servicio del proyecto. El resto son independientes de acreditada carrera y experiencia. 

¿Que piden los inversores, los institucionales y los minoritarios dispersos? Seguridad y solvencia. Para ello, además de esa presencia de profesionales independientes de prestigio en el Consejo, se han buscado inversores institucionales con experiencia que acompañen con capital.

Cox tiene la promesa de suscripción de un tercio de la ampliación de capital por parte de capital árabe (marroquí y catarí) y europeo que esperaban la aprobación del folleto de emisión para confirmarlo. Aprobación que se produjo el 5 de este mes por la CNMV. Folleto en el que, con transparencia, se exponen la ventajas y riesgos de la operación.

Cox tiene la promesa de suscripción de un tercio de la ampliación de capital por parte de capital árabe (marroquí y catarí) y europeo que esperaban la aprobación del folleto de emisión para confirmarlo

Conclusión, parece que la operación ha sido planeada combinando varios factores: confluencia de dinero al mercado; adecuación de la estructura financiera de la empresa a los capitales bursátiles; estructura de los órganos de gobierno en la línea de lo recomendado; compañeros de capital con experiencia en el negocio, …

Todo en dos sectores de futuro: la producción de agua potable, el oro liquido en un mundo cada vez más sediento, y las energías limpias. Sectores  además de complementarios, sinérgicos. Las desoladoras, que Cox construye y gestiona en distintos territorios, consumen mucha energía. Combinar ambos sectores puede ser un acierto.

Será muy interesante seguir su futura evolución en el mercado continuo.