Llevo ganadas unas cuantas porras sobre la duración de esta legislatura. Mi última apuesta es que no hay disolución antes de otoño de 2025 y, aun así, me la jugaría a otoño de 2026. Pero, como estudié estadística, prefiero apuntar a algo más seguro.
Mi cálculo no tiene nada de científico. Si hacemos caso a la “ciencia política”, el presidente Sánchez debería disolver las Cortes estas navidades. Hay razones para ello.
El Gobierno ha tenido que urdir una extraña coalición para aprobar una reforma fiscal chapucera. Lo que ha demostrado su debilidad parlamentaria. Además, es muy probable que le ocurra lo mismo en la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado para 2025.
Aunque pudiera aprobar esas cuentas, lo sería a cambio de la incongruencia. Tiene que aunar los votos de la derecha más recalcitrante, nacionalista e independentista, capitalista y partidaria del mercado, con la izquierda antisistema, en parte independentista y en parte jacobina. Un lío de intereses e ideologías incompatibles entre sí. Por tanto, ese Presupuesto para 2025 sólo puede ser un bodrio, si es que se aprueba.
Gobernar exige una cierta congruencia entre las políticas económicas, sociales, territoriales, relativas al interior y al exterior. Sin esa congruencia, el Estado no tiene rumbo y se mueve a golpe de improvisación.
Sea o no verdad, la imagen de corrupción planea sobre sus estructuras partidarias y de gobierno.
Encima, sea o no verdad, la imagen de corrupción planea sobre sus estructuras partidarias y de gobierno. En esos casos es bueno replegar filas, sanear estructuras y reciclar la imagen de la organización y los dirigentes.
El PSOE es fundamental en la democracia española. Es más, algunos expertos lo califican de “partido del régimen”. Sin el PSOE la democracia española carecería de uno de sus puntales. No se puede perder. Su regeneración es necesaria para el futuro de la democracia.
De manera que a la economía de la democracia española le vendría bien esa regeneración.
Entonces, ¿por qué no se disuelven las Cortes Generales y se convocan elecciones?
Porque la nueva economía electoral no lo aconseja a los que manejan el gobierno. Sin el poder, Sánchez es muy vulnerable. Ahora mantiene los hilos de la justicia, incluyendo el Tribunal Constitucional. También RTVE, un poderoso aparato de propaganda y la posibilidad de poner en otros resortes del poder económico, social y mediático a miembros del establishment socialista.
Cuantos menos votos den las encuestas a los que están en el poder, más se resistirán a disolver las cortes.
Eso no es una crítica; es una descripción. Probablemente ocurriría lo mismo después de algunos años de otro presidente o partido. Son parte de las reglas no escritas del juego. Ha ocurrido, ocurre y ocurrirá. La gran ventaja de la democracia es que gracias a las votaciones cualquier situación parecida es reversible.
Esa nueva economía electoral dice que, cuantos menos votos den las encuestas a los que están en el poder, más se resistirán a disolver las cortes. Se defienden como gatos panza arriba.
Por tanto, la última encuesta publicada en este medio, que daba mayoría absoluta a una combinación PP-Vox, es la razón por la qué en el próximo congreso del PSOE, como se decía antes, va a ser a la “búlgara”: casi unanimidades en las votaciones. Todos buscan la protección de la legislatura. Muchos porque ven peligrar su estatus actual y algunos porque se ven ante los tribunales, vulnerables sin el poder que ahora ostentan.
Así que mi porra se va afianzando conforme pasan acontecimientos y encuestas. Por así decirlo, cuanto peor le salen al bloque pro Sánchez, más necesario ven mantener la legislatura.
Es una de las paradojas de este momento de la democracia española: "Menos votos en las encuestas electorales es igual a más duración para la legislatura".
Este fin de semana, en el Congreso del PSOE, agrupados sus participantes bajo las alas protectoras del presidente Sánchez son la imagen de un grupo acorralado por sus propios errores y ambiciones. Temblorosos por perder sus sillas, los congresistas miran con cara de susto hacia “el superviviente Sánchez”. Mientras, él les dice: “Tranquilos que cuanto peor nos den las encuestas, menos probabilidades de que yo disuelva las cámaras legislativas, lo dice mi manual”.
Por eso tiene la reelección segura, les asegura su supervivencia un par de años más ¿Le van a dejar de votar? ¿Lo haría usted en sus circunstancias?
** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.