Inteligencia artificial

Inteligencia artificial Invertia

Opinión

Inteligencia artificial en transición

Kevin Thozet
Publicada

Dos años después de la eclosión de la Inteligencia Artificial (IA), nuevos actores están redefiniendo las posibilidades y las narrativas del mercado.

Fuentes: Carmignac, Bloomberg, febrero de 2025.

Hace ahora casi dos años, los mercados mundiales de renta variable experimentaron un frenesí con la IA, lo que dio nuevo impulso al sector tecnológico y generó entusiasmo en el mercado en torno a los llamados siete magníficos estadounidenses.

Una combinación de tres factores ha impulsado este entusiasmo de los inversores. En primer lugar, la demanda de una potencia informática formidable. En segundo lugar, solo un puñado de empresas son capaces de proporcionar esta potencia informática. Y, por último, estas empresas dependen en gran medida de una tarjeta gráfica GPU producida exclusivamente por Nvidia.

Esta situación excepcional ha llevado a realizar una revisión al alza del 300% de las perspectivas de crecimiento de Nvidia (curva negra en el gráfico), ya que se prevé que las ventas de la empresa se dupliquen en dos años y se tripliquen en cinco.

Al mismo tiempo, las perspectivas de las empresas del sector menos directamente implicadas en el suministro de las herramientas para esta nueva fiebre del oro (la potencia de cálculo) se han estancado. La aparición de nuevos actores podría ahora alterar el status quo.

La aparición de nuevos actores, como DeepSeek y Mistral AI, que han recibido cobertura mediática, y otros, como Qwen 2.5 —de la china Alibaba— y la canadiense Cohere, más discretos, y cuyos costes asociados son muy inferiores a los de los modelos dominantes, podría desequilibrar el mencionado tríptico en beneficio de otros.

Las perspectivas de las empresas del sector menos directamente implicadas en el suministro de las herramientas para esta nueva fiebre del oro (la potencia de cálculo) se han estancado

Puede que se esté abriendo la puerta para invertir en nuevos participantes, pero incluso para los ya establecidos, la disrupción es una buena noticia.

La caída de los costes de desarrollo de modelos de IA supondrá un aumento de las tasas de adopción futuras y, por tanto, un aumento de las ganancias de productividad vinculadas a la IA. Con solo entre el 25 y el 35 % de las empresas que utilizan IA, hay un margen significativo de mejora si el precio baja. Esta «democratización» de la IA también podría garantizar una fuerte demanda de potencia informática que beneficiaría a muchos actores, tanto consolidados como nuevos.

¿Es posible que la IA se vuelva tan común como para convertirse en una materia prima? La pregunta merece la pena, dado que este cambio tendría, sin duda, un impacto significativo en las valoraciones relativas de los fabricantes de IA frente a los usuarios de IA y los proveedores de aplicaciones.

Al mismo tiempo, el «fenómeno Deepseek», que hizo pensar en la posibilidad de una IA barata y que necesite un uso menos intensivo de energía, podría haber cambiado la percepción de la hegemonía de la IA estadounidense sin competencia extranjera y haber contribuido a que se pueda «volver a invertir» en tecnología china.

Los avances en IA y la percepción que se tiene de ellos pueden tener efectos de gran alcance sobre la rentabilidad futura de nuestras inversiones. Actuemos con... inteligencia.

*** Kevin Thozet es miembro del comité de inversión.