“My spirits are low, in the depths of despair” Neil Peart.
La inflación no es una casualidad ni una calamidad, es una política. Los estados disparan el gasto público y la deuda, que es emitir moneda, y el banco central disfraza el agujero, erosionando el poder adquisitivo de la moneda que emiten y con la que se pagan los salarios. La inflación es un impuesto escondido y, en el caso de España, el Gobierno se ha aprovechado de ella al máximo.
La inflación disfraza la deuda y las ratios de consumo público. Cómo se mide la deuda “sobre PIB nominal”, cuanta más inflación, mejor. Sube la deuda en más de 450.000 millones y “baja” la ratio por el denominador inflado. Te roban por los dos lados.
El Gobierno de Sánchez, además, ha utilizado la inflación para subir los impuestos a todos negándose a deflactar la carga tributaria al aumento del IPC. Y eso que el IPC ya es, en sí mismo, una manera de medir la inflación más que cuestionable.
El informe del Instituto Juan de Mariana, el impacto de la inflación sobre las familias españolas, ofrece datos muy preocupantes y abre el necesario debate sobre la voracidad del estado en periodos de dificultad para todos.
El Gobierno de Sánchez, además, ha utilizado la inflación para subir los impuestos a todos negándose a deflactar la carga tributaria al aumento del IPC
Bajo la presidencia de Pedro Sánchez, de julio de 2018 a febrero de 2025, la inflación acumula un incremento del 21,3% y, en el caso de los alimentos, del 37,9%. Es la mayor escalada de precios de las tres últimas décadas y consecuencia directa de las políticas inflacionistas que han invadido la eurozona en los últimos cinco años.
Sánchez le dijo a Rajoy en sede parlamentaria que “usted le sale muy caro a los españoles” cuando el IPC era del 1%. Pues bien, el IPC acumulado durante el mandato de Rajoy fue de 7,2 puntos porcentuales, lo que supone casi un 70% menos que durante el mandato de Sánchez, según datos del INE y del informa mencionado. La tasa de incremento de los precios se ha triplicado con Sánchez. El IPC promedio del mandato de Rajoy fue el 0,9%. Con Sánchez ha sido el triple.
Si miramos los salarios con Sánchez, han perdido poder adquisitivo ajustando el efecto de la inflación y de los impuestos.
En el mandato de Sánchez los salarios reales solo han subido un 2%. Sin embargo, al incluir la subida encubierta de impuestos por la decisión de no deflactar el Impuesto sobre la Renta o las cotizaciones sociales, el efecto final es de empobrecimiento generalizado.
La decisión del Gobierno de Sánchez de no deflactar los impuestos ha llevado a que el trabajador medio haya perdido 1.410 euros de poder adquisitivo solo por el efecto del IRPF y los impuestos al trabajo. Si incluimos el mismo factor en el IVA el empobrecimiento es mucho mayor.
Bajo la presidencia de Pedro Sánchez, de julio de 2018 a febrero de 2025, la inflación acumula un incremento del 21,3% y, en el caso de los alimentos, del 37,9%
El efecto directo de la inflación y no deflactar los impuestos han supuesto un impuesto del 123% sobre la mejora salarial nominal.
Bienvenidos al neokeynesianismo. El Gobierno te quita más del 100% de lo que te compensan por la inflación.
El empobrecimiento de los españoles es evidente. España ha caído al puesto 15 del ranking de renta per cápita de la UE y tiene un resultado crítico en 10 de los 17 indicadores socioeconómicos analizados por la Comisión Europea, puesto que somos el tercer país con mayor riesgo de pobreza, el segundo con mayor cifra de niños en peligro de exclusión social, el segundo con mayor tasa de abandono escolar o el quinto donde menos impacto tienen las transferencias sociales.
La última Encuesta sobre Condiciones de Vida confirma esta situación y apunta, además, que la tasa de pobreza (carencia material severa) ha crecido del 7,7 al 8,3% entre 2019 y 2024, con datos de Eurostat publicados en el informe del Instituto Juan de Mariana.
A eso hay que añadir que España tiene la mayor tasa de paro de la Unión Europea y la OCDE y eso que el paro oficial no refleja la realidad del desempleo por el maquillaje estadístico aprobado en la reforma laboral. El paro real en España llega a los 3,9 millones de personas mientras el Gobierno da una cifra oficial de 2,5 millones.
La inflación es, además, un impuesto muy agresivo contra los pobres. Los españoles pertenecientes al segmento del 20% de menor renta, gastaron en 2024 1.804 euros más para comprar el equivalente a 1.096 euros menos de bienes y servicios. Gastan más para comprar menos.
Además, la inflación ha reducido en 127.000 millones de euros el poder adquisitivo de los depósitos acumulados en las entidades financieras. En un país donde la mayoría de los ciudadanos tienen sus ahorros en depósitos, equivale a un deterioro de patrimonio superior al 25% si consideramos las comisiones.
El socialismo siempre hace lo mismo. Dopar el PIB con gasto público y deuda, más contratación pública e inmigración pagada con deuda y, lentamente, empobrecer a todos. El objetivo es evidente. Con ello crea una sociedad dependiente, rehén y sumisa que tenga que aceptar las migajas que paga el estado “social” en una moneda que cada vez vale menos.
Los españoles somos más pobres en términos absolutos y comparados con nuestros comparables. Esa es la herencia de un socialismo que será difícil de revertir, porque la Unión Europea está tomando posiciones para que lo único que puedas elegir en las elecciones sea socialismo de izquierdas o socialismo de derechas.