Madrid tiene un gran callejero.

Madrid tiene un gran callejero. Istock

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Esta es la calle más corta de Madrid: tiene menos de 15 metros y no es la que todo el mundo piensa

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Madrid es una ciudad llena de secretos y curiosidades, con una gran historia que se refleja en sus calles. Sin embargo, entre los muchos enigmas que esconde la capital, hay uno particularmente curioso: su calle más corta.

Un título que muchos asocian erróneamente con la conocida Calle Rompelanzas, ubicada en el Centro, cerca de la Puerta del Sol. Y es que aunque esta es una de las más breves con sus 27 metros de longitud, en realidad, el verdadero récord es para otra.

Una pequeña travesía ubicada en el barrio de Palacio que podría pasar desapercibida para muchos, y que sin embargo, su tamaño y su historia la convierten en un lugar único dentro del entramado de las calles madrileñas.

Las originales calles de Madrid.

Las originales calles de Madrid. Istock

Explorar el callejero de una ciudad es una actividad muy divertida, que ofrece la oportunidad de descubrir aspectos tan diversos como este. La calle más corta de Madrid es la Travesía del Biombo, con tan solo 14,25 metros de longitud, esta diminuta calle se sitúa en el barrio de mayor extensión de los seis que componen el distrito Centro, y conecta la Plaza de San Nicolás con la Calle del Biombo.

Un curioso lugar que tal y como explican desde el Ayuntamiento, consta en el callejero municipal desde el 11 de enero de 1835, y guarda un inesperado origen histórico.

¿De dónde viene su nombre?

El nombre de "Biombo" se refiere a una estructura oriental usada para dividir espacios. Se dice que el convento de Constantinopla, que existió en la zona antes de su destrucción, tenía una parte de su muro trasero que recordaba la forma de un biombo.

El convento se encontraba entre varias calles, como la Calle Mayor y la Calle de San Nicolás, pero fue derribado en el siglo XIX, dejando atrás la pequeña travesía que hoy lleva ese nombre.

Antiguamente, la Travesía del Biombo servía como punto de conexión entre la Calle de Luzón y la Calle de San Nicolás, antes de que se habilitara una salida hacia la Calle Calderón de la Barca, un pequeño tramo que ya es parte de la historia de la ciudad.

A pesar de que Madrid es conocida por sus grandes y emblemáticas avenidas, como la Gran Vía o la icónica Calle Alcalá, la Travesía del Biombo nos recuerda que, en ocasiones, son los rincones más discretos los que albergan las historias más inesperadas.