Los vecinos de los barrios de Latina han vuelto a cortar la A-5 este domingo para reclamar el soterramiento de la autopista. Se trata de una medida que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, prometió hace cuatro años en su carrera por la alcaldía. Actualmente, se trata de una promesa incumplida.
Durante algo menos de dos horas, varios centenares de personas han marchado por dos de los tres carriles de la carretera de Extremadura para visibilizar el ruido y los problemas de salud que provoca esta autopista a los vecinos del distrito Latina. Es el segundo corte que hacen este año, tras la manifestación del pasado 29 de enero.
Esta calle-autovía divide los barrios del distrito y las 20 conexiones peatonales subterráneas son, según los manifestantes, poco útiles al ser lugares inseguros, sucios y mal iluminados. Calculan que la contaminación y los ruidos afectan a más de 50.000 personas que residen en Lucero, Batán, Campamento, Aluche, Cuatro Vientos y Las Águilas.
“El actual alcalde nos prometió que iba a dar una solución al paseo de Extremadura. Ha estado estos cuatro años diciendo que sí, y alargando cada vez más los plazos”, protesta Andrés Piñeiro, portavoz de la asociación de vecinos de Campamento.
“El septiembre pasado dijeron que la Operación Campamento iba a salir adelante y que no podían hacer el soterramiento. Que había que esperar a ver qué pasaba con esta operación”. La Operación Campamento es el proyecto urbanístico que abarca 1,5 millones de metros cuadrados, de los que más de un millón son edificables, en el barrio del mismo nombre.
“Termina la legislatura y dicen que no, que tienen que esperar. No podemos esperar. Esto es un problema de salud pública de primer orden. Estamos respirando un aire insano y con un ruido por encima de lo permitido por la normativa. Estamos hablando del derecho a la salud. Desde mi punto de vista, el derecho a la salud prima por encima del derecho a moverse en un vehículo privado”.
El radar de tramo
Durante el mandato de Manuela Carmena, se instaló en los primeros kilómetros de la A-5 un radar de tramo que reducía la velocidad a 70 kilómetros por hora. Durante sus primeros años de vida fue uno de los radares que más multas ponía de toda España.
Con esto, se pretendió reducir la velocidad de los vehículos y, por ende, las emisiones y los ruidos. Sin embargo, fue una medida descafeinada para los vecinos que sufren la autopista todos los días.
“Fue un parchecito. Este radar de tramo llega hasta Batán y yo soy de Campamento. Nosotros notamos que, una vez que pasan el radar de tramo, los coches aceleran. Al los barrios de Campamento y de Aluche no nos beneficia en nada este radar de tramo”, explica Piñeiro.
“Muchos vecinos cambiaron el voto al Partido Popular. Se hizo una campaña de publicidad brutal por los buzones del barrio. Mucha gente votó a Almeida por la promesa del soterramiento. Ahora se sienten estafados”, afirma Arturo Sáez, portavoz de la asociación de vecinos de Batán. “Ahora ya no van a votar a Almeida. Nos ha mentido”.
En plena campaña electoral, la batalla del soterramiento de la A-5 ha sido abordada por la oposición en el Consistorio. La manifestación ha contado con la presencia de Eduardo Rubiño, diputado de la Asamblea de Madrid por Más Madrid.
"Los ciudadanos están pidiendo algo elemental que es vivir sin humos, sin ruido, sin esa brecha que corta el paso", ha declarado el diputado regional, que considera que Almeida se ha "instalado en la inacción" y ha sido "incapaz de sacar adelante un proyecto para mejorar la vida de este barrio". Rubiño ha asegurado que si su compañera Rita Maestre llega a alcaldesa, la A-5 será soterrada y la zona reformada.
“Todos los partidos se han comprometido a solucionarlo. Unos los ligan a la Operación Campamento, otros hablan de soterramiento, otros de vía urbana. Nosotros, el día siguiente a las elecciones y gobierne quien gobierne, les pediremos una reunión para tratar esto”, afirma Sáez.
—¿Arturo, crees que algún día verás la A-5 soterrada?
—Hombre, por eso estoy aquí. Lo tenemos que conseguir.