Pocas semanas antes de lograr su mayoría absoluta, José Luis Martínez-Almeida deslizó una idea: a la Plaza de Colón había que "darle una vuelta más pronto que tarde". En los siguientes meses no se dieron más detalles. No había planos sobre la mesa. Tampoco 'renders' que imaginasen el futuro de este gran punto de encuentro de la capital. Pero el comentario del alcalde de Madrid no se guardó en un cajón.
El Ayuntamiento trabajará de la mano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid para convocar un concurso internacional de ideas para una posible remodelación de la plaza. "No podemos hablar de plazos todavía", indican desde el Área de Obras y Equipamientos. Los concursos son un paso habitual en este tipo de obras. La actual reforma de Sol nació de un proceso similar celebrado en 2014.
Colón también es un enclave estratégico para la ciudad. No sólo porque a menudo acoge actos políticos y sociales, sino porque allí confluyen el Paseo de la Castellana, Recoletos, Génova, Serrano y Goya. La plaza alberga también los Jardines del Descubrimiento, la bandera de España más grande del país y el monumento dedicado al hallazgo de América. Bajo los jardines se encuentra el teatro Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa. A su vez, en medio de la rotonda, se erige sobre un pedestal de 21 metros la escultura a Cristóbal Colón.
La estatua de Suñol
El origen de la plaza, tal y como se la conoce, se remonta a los últimos años del siglo XIX. Fue una reforma en 1977 la que le dio el aspecto que tiene hoy. Desde entonces, ha sufrido diferentes obras, el movimiento de su monumento más emblemático, la colocación de otros nuevos... Pero jamás una nueva transformación integral.
El Paseo de la Castellana debe su nombre a la antigua fuente Castellana que mandó ornar Fernando VII sobre los terrenos que hoy ocupa Colón. Antes, a ese enclave se le conocía en los mapas como Puerta de Recoletos y, después, como Portillo de Recoletos. La primera propuesta para dedicar un monumento al descubridor surgió en 1862, cuando se aprobó instalar una estatua de bronce frente a la Casa de la Moneda. La iniciativa no prosperó, aunque se retomó años más tarde a través de un concurso nacional.
La estatua, labrada por el escultor catalán Jerónimo Suñol, se inauguró simbólicamente el 12 de octubre de 1892. Según recuerda Europa Press, las obras costaron 215.640 pesetas, incluida la verja que lo cercaba.
La gran reforma
Corrían los años 70. La presión del tráfico cercaba al área de Colón. El Ayuntamiento vio necesario reformar la zona, construir los jardines del Descubrimiento y mover la estatua a la esquina de la calle Jorge Juan con Castellana. El conjunto fue inaugurado en 1977 en un acto al que acudieron los Reyes, el presidente Adolfo Suárez y el entonces alcalde de la capital, Juan de Arespacochaga.
El concurso de ideas que convocó el Ayuntamiento para la reordenación de Colón dejó una curiosa anécdota para el recuerdo. Según Somos Diario, el arquitecto Juan Navarro Baldeweg quiso instalar un enorme huevo traslúcido entre las Torres de Colón, entonces en construcción. En su interior, una luz roja brillaría más o menos en función del tráfico. La idea no cuajó. El Consistorio también desechó el resto de propuestas presentadas en el concurso y acabó confiando en los técnicos municipales.
Baile de monumentos
Durante las siguientes décadas, Colón no protagonizó grandes cambios. Desde 2002 ondea en los jardines la descomunal banderola de España -294 metros cuadrados y 35 kilos de peso sobre un mástil de 50 metros-. A un puñado de metros de la rojigualda se colocó en 2014 una estatua en honor al almirante Blas de Lezo.
Respecto a las obras acometidas, destacan dos: unas en 2006 para resolver las filtraciones del jardín en el centro cultural y el enorme gasto de agua para su mantenimiento; y las de Alberto Ruiz-Gallardón en 2009 para favorecer "una convivencia entre el peatón, el transporte público y el tráfico".
Con Gallardón como primer edil (2003-2011), la estatua de Colón volvió a su emplazamiento original, en plena rotonda, en 2009. Con estas actuaciones también se duplicó el ancho de la acera entre Prim y Colón y se instalaron 75 bancos, 170 farolas y 14 marquesinas de autobús. La disposición de la plaza, sin embargo, respetó a la original de los años 70.
Gallardón vendió estas obras como la culminación de una parte de la reforma del eje Prado-Recoletos. La realidad es que la remodelación total de este tramo histórico para la capital nunca llegó a culminarse. Antes de Gallardón lo había intentado Álvarez del Manzano; y después del exministro, Ana Botella. Todas las propuestas acabaron diluyéndose. Almeida también sueña con abordar en su segundo mandato este viejo sueño del PP.
Las Torres Blancas y Julia
Más allá del futuro concurso de ideas, en los próximos meses sí que podrían materializarse dos cambios en el entorno de Colón. Por un lado, se espera que en el último cuatrimestre termine la reforma y rehabilitación de las Torres Colón. Por otro, la escultura 'Julia', obra del escultor Jaume Plensa y que preside la plaza desde 2018, desaparecerá de este lugar si el Ayuntamiento no prorroga su estancia un año más.