"Me siento como la Preysler", bromea Rafael Olmedo, despertando una sonora carcajada de este periodista. Tiene algo de razón. En estas fechas, Rafael y su marido están más solicitados por los medios de comunicación que la buena de Isabel. ¿Por qué? Por la impresionante iluminación navideña de 13.500 bombillas y tiras de led que han montado en su ático de Carabanchel. Hay vecinos que lo comparan hasta con Cortylandia. Eso sí, todavía no les han llamado para anunciar Ferrero Rocher.
La historia de este enorme despliegue de luces comienza en 2017. "Desde siempre habíamos querido tener una casa en Navidad súper iluminada", explica Rafael. "Empezamos a ver vídeos de las famosas casas que hay en Estados Unidos, en Nueva York y todo esto".
"Empezamos poniendo una guirnalda pequeñita, una cosita sencillita, nada, cuatro lucecitas iluminadas y cada año nos íbamos picando más". Han llegado las navidades de 2023, y Rafael y José Luis se han vuelto a superar. Su casa ahora parece el faro de Alejandría, iluminando desde las alturas el cielo de Carabanchel con el espíritu navideño. "Unos dicen que es impresionante, otros que es maravilloso y otros nos llaman horteras", bromea este vecino, nacido en Antequera (Málaga) hace 42 años.
"Este año tenemos espectáculo de luz y de sonido los fines de semana. Tenemos el parque [de debajo de su casa] lleno. Y la gente además nos para por la calle. Nos dicen: 'Oye, me encanta. Seguid así'; 'Por favor, que siga el barrio como está, que nos gusta mucho, que alegráis el barrio'. A un gran porcentaje les gusta lo que hacemos".
Pero la decoración no se limita al exterior. El salón, pese a su pequeño tamaño, está presidido por un árbol de Navidad igual de luminoso que la terraza. Una tira de espumillón recorre todo el techo. Hasta el retrete tiene una funda de Papa Noel. Hoy en día, hasta las ideas más locas se encuentran por Aliexpress.
—Tardamos como mes y medio en montarlo todo, porque solo podemos trabajar en esto los fines de semana.
—¿Discutís mucho en el proceso?
—Muchísimo. No te puedes imaginar lo que podemos discutir. Daros cuenta de que, aunque las luces están todas etiquetadas, hay que recogerlas de una forma especial porque la gente se cree que las enrollas así en una bola y hala. El año que viene, cuando te toca sacar las luces, empiezas a discutir. Nosotros ya tenemos la práctica, pero aún así discutes, claro. "Ponte ahí", "espera allí", "me caigo de la escalera", "sujétame"...
Pero al final, todo lo hacen con el cariño que se tienen entre ellos, y que tienen a la propia Navidad. Ambos miembros de la pareja provienen de familias católicas, donde esta celebración tiene una gran importancia. De hecho, junto a la televisión, exponen un pequeño belén tradicional, con el Niño, San José y la Virgen. El resto de la casa tiene ese factor más "pagano", en sus propias palabras.
"Es la pregunta estrella. ¿Cuánto consume todo lo que se ve desde la desde fuera? El consumo total que tiene todo el sistema de iluminación exterior no alcanza el kilovatio. Un kilovatio diario cuesta, si calculamos la media, entre 15 y 20 céntimos, pues eso es lo que gastamos".
"Es todo sistema de luz led, está homologado, certificado. La instalación está hecha bien, y no es que esté vista por un electricista, pero sí que hemos cogido todas las normas de seguridad que tenemos que cumplir. El grado de protección es IP67, que es que le puede caer agua, no se puede sumergir, pero sí le puede salpicar o caer agua, polvo, etcétera. Todos los cables soportan tanto el frío como el calor. Entonces todo está controlado".
En total, la factura navideña solo asciende a 20 euros más de lo que suelen pagar un enero normal. Un precio que les parece barato por tener la casa mejor iluminada de Carabanchel, por puro amor al arte. ¿Que el centro está impracticable por la cantidad de gente? Pues en el número 19 de la calle Diario la Nación hay un espectáculo digno de ser contemplado.