Antes de que termine la legislatura en 2027, José Luis Martínez-Almeida habrá endurecido las sanciones a los botellones y a otros actos vandálicos en Madrid. "¡Tolerancia cero contra los comportamientos antisociales!", exclamó el martes desde el atril del salón de plenos del Palacio de Cibeles. Fue ahí, durante el debate sobre el estado de la ciudad, donde el regidor detalló que el Ayuntamiento dará este año los primeros pasos para elaborar la nueva Ordenanza de Convivencia y contra los Comportamientos Antisociales. La regulación también pone en el foco a los "actos incívicos de los propietarios de perros y otras mascotas".
La idea de lanzar esta normativa no era nueva. El alcalde la incluyó en su programa electoral para las elecciones municipales de 2023. La novedad, en este caso, está en los plazos. A finales de septiembre se abrirá el proceso de consulta pública para el nuevo texto. El objetivo es que entre en vigor "a lo largo de la segunda mitad del mandato", explican fuentes del Área de Vicealcaldía, Portavoz, Seguridad y Emergencias, responsable de la futura Ordenanza.
Durante su discurso del martes, el primer edil recordó que llegó en 2019 a la Alcaldía denunciando la "dejación de funciones" de Manuela Carmena en este tipo de comportamientos. "Se toleraba y se incitaba a la ocupación ilegal, la venta ilegal y otra serie de comportamientos antisociales", señaló.
Cabe recordar que durante su primer mandato (cuando el PP gobernó en coalición con Ciudadanos), Almeida ya abordó, en parte, este asunto. Lo hizo a través de la Ordenanza de Limpieza de los Espacios Públicos, Gestión de Residuos y Economía Circular. Esta norma reguló por "primera vez" el abandono de la basura que dejaban los botellones en las calles. Se pasó de los 400 a los 2.001 euros de multa como máximo. Desde entonces, el grafitero reincidente se juega hasta 6.000 euros de castigo. Cibeles también puso en marcha a finales de 2023 la patrulla antigrafiti de la Policía Municipal.
La nueva regulación en la que trabaja la Corporación municipal está en pañales. Desde el Área insisten en que todavía es pronto para dar nada por sentado. En cualquier caso, con la ordenanza se pretende "mejorar" la convivencia en la capital y "detectar comportamientos que la alteren". Es una "respuesta urgente a las conductas y actos vandálicos que son fuente de conflicto de convivencia entre los vecinos". Entre los mecanismos que canalizarán esta herramienta también se encuentra el endurecimiento de las sanciones.
Como ejemplos de estas actitudes, las mismas fuentes enumeran el botellón, el uso inadecuado del espacio público y las conductas y actuaciones que perjudiquen el patrimonio urbano. También entran en este saco los actos incívicos de los propietarios de perros y otras mascotas.
"La mejor garantía de un buen Madrid es que el conjunto de la sociedad tenga la tranquilidad de saber que aquí no se van a tolerar de ninguna manera los comportamientos antisociales", zanjó el alcalde en Cibeles al hablar de esta medida.