El Parlamento madrileño celebraba este jueves una sesión de control al Gobierno sin ningún punto especial en el orden del día, pero tuvo un invitado VIP en la tribuna: Santiago Abascal.
La presencia del presidente de Vox en una jornada ordinaria en la que, además, están restringidas las visitas a todo aquel que no sea miembro de la Cámara, desató especulaciones de todo tipo.
Desde el entorno del presidente de Vox aseguran que simplemente fue "a escuchar" la intervención de su portavoz madrileña, Rocío Monasterio. Sin embargo, el presidente de Vox aprovechó aquella visita para conversar y dejarse ver durante unos minutos con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Los entornos de Abascal y de Ayuso enmarcan la charla "fugaz" en un pasillo del Parlamento como un "encuentro casual", "de un minuto", "un saludo" entre dos personas que compartieron siglas y que siguen manteniendo amistad.
Casual o buscado, el diálogo entre Ayuso y Abascal no pasó desapercibido para cercanos ni para extraños, ya que se produjo justo cuando los socios del Gobierno PP-Cs desconfían más que nunca el uno del otro.
Desde que Inés Arrimadas cambió el guion de Ciudadanos y se posicionó al lado del Ejecutivo de Pedro Sánchez brindándole su apoyo a la última prórroga del estado de alarma, todas las miradas se posaron en Madrid. Se empezó a plantear si el portavoz naranja y vicepresidente del Gobierno madrileño, Ignacio Aguado, sería capaz de apoyar una moción de censura con el PSOE de Ángel Gabilondo para echar a Ayuso.
"Éxito"
Las especulaciones sobre una posible moción de censura pactada entre PSOE y Cs llegaron tan lejos que el presidente del PP, Pablo Casado y la presidenta de Cs, Inés Arrimadas, se reunieron telemáticamente para escenificar unidad. "Las fórmulas de los gobiernos de coalición PP-Cs son un éxito", dijeron en un comunicado conjunto.
La visita de Abascal a la Asamblea de Madrid y su encuentro con la presidenta ha provocado el efecto contrario: que ahora sean los de Ciudadanos los que especulen con un posible acercamiento del PP a Vox que les obligue a ellos a romper con los conservadores.
El mensaje que Rocío Monasterio puso después de aquella jornada encendió todas las alarmas: "Ante la deslealtad de Ciudadanos al Gobierno de la Comunidad de Madrid y su traición a los madrileños, ofrecemos nuestro apoyo a la presidenta Ayuso para exigir al Gobierno que deje de castigar a una región de España. Protejamos Madrid de los socialcomunistas y sus socios".
Resultados
Ayuso consiguió retener la Real Casa de Correos con los 30 escaños que sacó, los 26 de Ciudadanos y el apoyo externo de Vox, que entró por primera vez en la Asamblea de Madrid con 12 escaños. El PSOE obtuvo el mejor resultado, 36 diputados, pero no sumaba con los 20 de Más Madrid que entonces lideraba Íñigo Errejón y los 7 sillones que obtuvo Podemos.
Con la crisis del coronavirus, PP y Cs ya no esconden sus diferencias hasta tal punto que la presidenta Ayuso ha ordenado una investigación en la Consejería de Asuntos Sociales que dirigen los naranjas para depurar responsabilidades por publicar "por error" un contrato "fake" con el empresario que le alquila el apartahotel en el que vive desde que dio positivo en coronavirus.
Las primeras encuestas publicadas en pleno estado de alarma respaldan la gestión del PP tanto en el Ayuntamiento de Madrid como en la Comunidad, y los madrileños premian la gestión del alcalde José Luis Martínez-Almeida y de la presidenta Ayuso. Los pronósticos aventuran además un descalabro electoral para Ciudadanos, tanto en la capital como en la región.
Estos datos están provocando también todo tipo de movimientos a izquierda y a derecha. Nueve meses después de la cita electoral y en medio de la mayor crisis sanitaria de la historia reciente, prácticamente todos los actores políticos de Madrid pronostican ya que la legislatura terminará "mucho antes" de lo que ordena la Ley electoral: mayo de 2023.