El PP de Madrid anunció el lunes los principales nombres de sus listas para el 28-M. La maniobra de Díaz Ayuso salta a la vista: se rodea de su 'núcleo duro' y desaparecen los afines a Pablo Casado. Dos de ellos -Carlos Izquierdo y David Pérez- pasan a la propuesta municipal de José Luis Martínez-Almeida. Entre los movimientos de una lista y de la otra, resisten, sin embargo, tres nombres. Tres personas que se han ganado la fama de polémicas, pero que cuentan con la confianza de sus jefes.
Es el caso de Borja Carabante, concejal de Movilidad de Martínez-Almeida, que repite en la lista municipal tras una legislatura en la que ha lidiado con varios frentes -Bicimad, soterramiento de la A-5...-. Mientras, en el Ejecutivo autonómico, Ayuso vuelve a contar con Enrique Ossorio y Javier Fernández-Lasquetty.
En la lista de la baronesa popular hay más sorpresas, como el fichaje de Patricia Reyes, ex de Ciudadanos y actual directora general de Igualdad en la Comunidad. También en la del Ayuntamiento, donde aparece la 'ayusista' Marta Rivera de la Cruz como número 3 de Almeida y se despeja el futuro inmediato de Andrea Levy, que concurrió en 2019 como número 2 del alcalde y que, de cara al 28-M, lo hará en el 13.
Carabante: Bicimad y la A-5
Carabante ocupa el puesto número 4 de la lista de José Luis Martínez-Almeida y, por tanto, baja uno respecto a la lista de 2019. El primer edil blinda así a una persona de su máxima confianza -llegaron a hacer juntos el Camino de Santiago en 2021- y una de las que más poder tiene dentro del Ayuntamiento de Madrid. Como concejal de Movilidad y Medio Ambiente, Carabante se encarga de la limpieza de la capital, del tráfico o de la calidad del aire. También es el responsable último de la Empresa Municipal de Transporte (EMT).
En estos cuatro años, la gestión de Carabante ha estado marcada por diferentes frentes. El último tiene que ver, precisamente, con la EMT y el estreno del nuevo Bicimad a principios de marzo. El ambicioso plan del Ayuntamiento para renovar el sistema público de bicicletas eléctricas no empezó bien. La convivencia del sistema viejo con el nuevo provocó problemas y caos entre sus usuarios ante la falta de bicicletas disponibles.
Carabante reaccionó. Lanzó un plan de choque para solventar las incidencias registradas, dotar al servicio de más bicicletas y reducir el periodo de convivencia entre los dos modelos. La polémica, sin embargo, se ha producido en pleno periodo preelectoral. Continúan las quejas de los usuarios, aunque Almeida defiende que "poco a poco" se está mejorando.
La gran promesa electoral de Almeida en 2019 también ha afectado a la imagen de su mano derecha. Hace cuatro años, el entonces candidato del PP prometió soterrar el tráfico de la carretera de Extremadura, una reivindicación de los vecinos de Latina. Tanto Gallardón como Carmena lo intentaron y fracasaron. Las obras de Almeida siguen, por ahora, sin ejecutarse. Su puesta en marcha, según el Ayuntamiento, depende de que se llegue a un acuerdo con la Operación Campamento.
Entre tanto, la Fiscalía contra la Corrupción abrió diligencias de investigación, que no supone imputación alguna, en torno al alcalde de Madrid y Carabante por la adjudicación del contrato para la redacción del soterramiento de la A-5.
La Fiscalía incoó diligencias tras una denuncia presentada por el Grupo Mixto, que acusan al primer edil y su mano derecha de prevaricación, tráfico de influencias, cohecho y asociación ilícita en relación con la adjudicación de dicho contrato con la empresa Esteyco y Subterra Ingeniería, donde trabajaba como directivo el hermano de Carabante. El responsable de Movilidad insiste en que "no hay nada ilegal" en el contrato, en cuya adjudicación se abstuvo.
Más allá de estas dos controversias, Carabante se ha enfrentado esta legislatura a las quejas por la falta de limpieza de los espacios públicos. En julio de 2021, el regidor llegó a admitir que era necesario "mejorar la frecuencia" de la recogida de basuras, una tarea que coordina la concejalía de su compañero.
La limpieza fue, según la encuesta municipal sobre 'calidad de vida', la segunda mayor preocupación de los madrileños en 2022. El concejal fue quien puso en marcha los nuevos contratos de recogida de basuras o limpieza de las calles, elevando hasta un 70% el gasto municipal en este asunto respecto a legislaturas pasadas, según Somos Madrid.
Ossorio, los pobres y el bono social
Enrique Ossorio, vicepresidente de la Comunidad de Madrid, irá tercero en la lista de Díaz Ayuso. Seguirá dentro del 'núcleo duro' de la dirigente regional pese a las polémicas que le han puesto, en más de una ocasión, en el foco mediático.
Ossorio llegó al equipo de Ayuso en 2019 para hacerse cargo de la consejería de Educación. Contaba con un amplio currículum en el PP madrileño: fue portavoz del Grupo con Cifuentes y consejero de Economía con Ignacio González. Como responsable de Educación, Ossorio ha capitaneado la oposición del Gobierno autonómico a la Lomloe, la conocida como 'Ley Celaá'. La Comunidad presentó un recurso en el Tribunal Supremo contra la Ley estatal por los currículos de Bachillerato.
Muy sonadas fueron, por otro lado, las palabras de Ossorio sobre los pobres. Ocurrió hace algo más de un año, cuando el consejero consideró que era un "error" el dato que daba un informe de Cáritas de que en la región había un millón y medio de habitantes en riesgo de exclusión social. Se preguntó, entonces, "dónde" estaba la cantidad de pobres que cifraba el citado informe. También desataron una oleada de críticas sus declaraciones en otoño sobre las muertes en las residencias durante la pandemia: "Las familias ya lo han superado".
La última controversia del número dos de Ayuso estalló en marzo, cuando confirmó que cobraba el bono social térmico para calefacción y agua caliente que otorga el Gobierno de España. La ayuda, pensada para paliar la pobreza energética entre los consumidores más vulnerables, la había recibido al ser parte de una familia numerosa.
Lasquetty, el 'ideólogo' fiscal
El titular de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty volvió a la gestión autonómica de la mano de Díaz Ayuso en 2019. Al igual que Ossorio, era un viejo conocido de la actualidad política madrileña. Hacienda es la tercera consejería que ocupa dentro de un Gobierno madrileño. Fue responsable de Sanidad entre 2010 y 2014, cuando dimitió tras fracasar su plan para externalizar la gestión de seis hospitales públicos durante la 'era Ignacio González'. Entre 2007 y 2010 fue el consejero de Inmigración y Cooperación de Esperanza Aguirre.
A Lasquetty se le sitúa en el ala más conservadora del actual ejecutivo autonómico. Entre sus labores están las de diseñar y ejecutar la política de bajadas de impuestos que se ha convertido en una de las banderas del Gobierno madrileño. En febrero, de hecho, recurrió ante el Tribunal Constitucional el impuesto a las grandes fortunas del Gobierno de Sánchez.
Hace unas semanas, Lasquetty enfadó a parte del colectivo de los sanitarios tras cerrar la puerta a la implantación de la jornada de 35 horas. Sus explicaciones no gustaron nada a los sindicatos. El responsable de Hacienda no solo reveló que no había proyecto para llevar a cabo esta reivindicación, sino que arremetió contra los sanitarios que, "teniendo su plaza de por vida", creen que, "a diferencia del resto de trabajadores, deberían trabajar 5 horas menos".