Por qué Ayuso técnicamente tiene razón en no dejar subir a Bolaños al palco, acierte o no políticamente
El Real Decreto que usa el Gobierno para criticar a Madrid sólo hubiera sido aplicable si el ministro hubiera subido a la tribuna como invitado.
2 mayo, 2023 20:33La imagen de la festividad de este 2 de mayo en Madrid no la protagonizan ni los galardonados por las medallas honoríficas de la Comunidad de Madrid ni la propia presidenta autonómica, Isabel Díaz Ayuso.
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El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ha sido el personaje principal de una jornada esperpéntica en la que todos (el Gobierno de España y el de la Comunidad de Madrid) han querido llevar razón.
Lo cierto es que Ayuso lleva razón, técnicamente hablando, haya acertado o no políticamente. El argumento principal de la Comunidad de Madrid es que Bolaños ha acudido al acto como acompañante de Margarita Robles, ministra de Defensa, y no como ministro, pues él no estaba invitado.
Esto se traduce en que todos los decretos de carácter protocolario que se aplican en este tipo de situación no se toman en consideración, pues Bolaños no acude como ministro del Gobierno de España.
Por eso, no se aplica el Decreto al que hace referencia el Gobierno cuando acusa a Ayuso de "politizar" el acto del 2 de mayo al saltarse lo que marca el Real Decreto 2009/1983. Ese decreto, como insisten fuentes de la Comunidad de Madrid, concreta cómo deben colocarse las instituciones en el acto. Pero al no haber subido el ministro ni estar invitado como tal, "no debe cumplirse".
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Según fuentes de la Comunidad de Madrid, ese decreto del que habla el Gobierno sólo habla de "posicionamiento". "Si hubiera subido a la tribuna se habría incumplido el decreto, pero no ha sido así", insisten.
El artículo 9 del capítulo 2 del Ordenamiento indica, concretamente, que "la persona que represente en su cargo a una autoridad superior a la de su propio rango no gozará de la precedencia reconocida a la autoridad que representa y ocupará el lugar que le corresponda por su propio rango, salvo que ostente expresamente la representación de Su Majestad el Rey o del presidente del Gobierno".
Por eso, acompañado a la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, estaban a su derecha el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Teodoro Esteban López; la presidenta de la Asamblea de Madrid, Eugenia Carballedo; y la ministra de Defensa, Margarita Robles.
A su izquierda se encontraban el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo; el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, y el vicepresidente de la Comunidad, Enrique Ossorio.
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La norma obliga respetar el orden establecido para las autoridades que forman parte de un acto oficial, y ese era el correcto. Si Bolaños hubiera subido, como invitado, debería haberse colocado junto a la ministra de Defensa.
La Comunidad de Madrid insiste en que el protocolo que invoca Moncloa sólo habría sido efectivo si el Ejecutivo autonómico hubiera extendido una invitación formal al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, cosa que no ha ocurrido.
Ayuso sí invitó a la responsable de Política Territorial y portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, por considerarla la "apta" para este cometido por ser la que se relaciona con las comunidades autónomas.
Al declinar la invitación y advertir de que en su lugar iría su compañero de gabinete, la sede de la Comunidad de Madrid informó a Moncloa de que el ministro no contaría con un lugar reservado en la tribuna de autoridades. Ahí Ayuso sí ha cedido y ha sentado a Bolaños en la primera fila junto a la ministra de Defensa, Margarita Robles; pero el veto para acceder a la tribuna sí se ha mantenido.
Ayuso se ampara a las razones más técnicas, aunque por todos es conocido que, tanto para actos de esta índole como para visitas a municipios, muchas veces Protocolo de la Moncloa intercambia ministros sin que eso suponga un cambio de estatus para el que acude al acto.
Tres horas de rifirrafe
Con la resaca de la jornada todavía resonando en la cabeza de más de un jefe de Gabinete, la pregunta ya no está sólo en quién lleva razón o no, sino en cómo ha podido pasar todo esto.
Hay que retrotraerse al 2 de mayo de 2022 cuando, Félix Bolaños, acudió como representante del jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, presidiendo los actos de la Comunidad. Hecho que Ayuso no le había perdonado todavía y que se ha cobrado este 2023.
Sin invitar al ministro de la Presidencia, Ayuso ha generado un caldo de cultivo perfecto para que todos los medios de comunicación estuvieran pendientes de si tenía asiento o no.
"Señorita, no se puede estar aquí". Con esa frase han apartado a Madrid Total de la primera fila del palco de autoridades cuando, móvil en mano, fotografiaba el nombre de Félix Bolaños.
Cuatro niños ucranianos y Margarita Robles iban a separar a la presidenta madrileña de Bolaños. Ahí parecía que se había acabado la guerra. Ayuso saludaba a Bolaños, le sentaba en primera fila y le nombraba en los agradecimientos al inicio de su discurso.
De hecho, esa paz se ha respirado hasta en el primer corrillo de Bolaños con los medios, cuando se ha dedicado a meterse con Feijóo y ha preferido no "entrar" en la polémica de su invitación o no al acto.
Hasta entonces, las posturas de ambas partes eran claras: Ayuso decía que Bolaños no estaba invitado y, por eso, acudía sólo como acompañante de Robles, quién ejercía el papel institucional del Gobierno de España.
Por otro lado, el Ejecutivo central afirmaba que Bolaños acudía en representación de Isabel Rodríguez, que sí había sido invitada, y, por tanto, debían de tratarle con su rango en la Moncloa.
Hasta ese momento, las opiniones discordantes del Gobierno y de la Comunidad de Madrid habían quedado en eso: opiniones. Todo ha cambiado cuando Bolaños, tras sus declaraciones, ha salido al patio para presidir el desfile militar y la jefa de protocolo de Ayuso, Alejandra Blázquez, se lo ha impedido.
"Le rogamos que cumpla la normativa", le ha pedido la jefa de protocolo, mientras que uno de los colaboradores de Bolaños insistía en que el "ministro de España tiene que subir".
"La representación institucional está perfectamente establecida con una ministra de España, estamos cumpliendo toda la normativa con respecto a la representación institucional. Si hubiera 23 ministros aquí, no subirían los 23 ministros", le reiteraba la miembro del equipo de Ayuso a Bolaños. Durante todo el desfile, Bolaños ha estado en una zona para autoridades, pero no en el palco de honor.
La Comunidad de Madrid ya había advertido a Bolaños que no tenía un sitio protocolario en la tribuna de autoridades, donde sí estaba Alberto Núñez Feijóo, como líder de la oposición; la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. La razón era clara: el ministro no estaba invitado a la ceremonia; pero esto no ha evitado lo que ha ocurrido.
Cuando ha acabado el desfile, Bolaños ha salido detrás del alcalde de Madrid y ha vuelto a la Puerta del Sol, donde los medios ya no le esperaban porque, supuestamente, tenía que ir a otro acto. Allí ha vuelto a hacer un corrillo y se ha quejado de las formas de la Comunidad y que no hayan tratado con respeto a un ministro del Gobierno de España.
El culebrón no ha terminado ahí. Justo cuando Bolaños abandonaba la Puerta del Sol, se ha topado con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, y han tenido una tensa despedida. Eso sí, con apretón de manos incluido.
Almeida ha invitado irónicamente a Bolaños a "una segunda vuelta" de este lío el próximo 15 de mayo en Cibeles, cuando se celebra el patrón de la capital, San Isidro. El ministro de la Presidencia ha insistido en que irá encantado, pero se ha quejado del trato que ha recibido en Madrid: "Si a mí me tratáis así, que soy ministro y madrileño, cómo no trataréis a los 7 millones de madrileños".
"Así os va", ha acabado Bolaños la conversación. "Así nos va, ganando según las encuestas", le ha contestado el alcalde con una gran sonrisa.