Los coches más modernos suelen tener incorporados los llamados sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS, por sus siglas en inglés) que ayudan al piloto a detectar cuándo se está despistando, si invade el carril contrario o le impiden adelantar si viene otro coche.
Un sistema de seguridad para el conductor que, ahora, va a tener un bien comunitario. Y es que, la Comunidad de Madrid va a mejorar la seguridad vial de la región gracias a estos 'chivatos' capaces, incluso, de detectar puntos negros (tramos de la vía donde se producen muchos accidentes).
Tal y como han confirmado a Madrid Total fuentes de la Consejería de Transportes, el Gobierno regional va a invertir 3,5 millones de euros con el objetivo de analizar los datos de estos dispositivos en las carreteras madrileñas para mejorar, en la medida de lo posible, las vías de la región.
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Una especie de Gran Hermano con datos de los conductores madrileños que permitirá detectar tramos especialmente peligrosos por las notificaciones que den dichos sistemas.
Según los datos iniciales de la Consejería, que ha obtenido con dos estudios de campo, es posible ver un tramo de alta peligrosidad gracias a los avisos que dan los chivatos de los coches relativos a frenazos o volantazos. Todo ello, además, teniendo en cuenta las condiciones de ese día exactos, como el estado del firme o las condiciones meteorológicas.
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El proyecto que comanda el consejero Jorge Rodrigo se va a licitar mediante un contrato de 36 meses de duración y 3,5 millones de euros de inversión. Lo que se va a buscar es la empresa que cree el servicio de obtención, procesamiento y análisis de datos procedentes de vehículos conectados que circulan por los más de 2.500 kilómetros que conforman la Red de Carreteras de la Comunidad de Madrid.
El consejero, Jorge Rodrigo, ha explicado que "esa charla digital constante y masiva de los coches conectados puede ayudar a mejorar y modernizar la gestión de nuestras vías, agilizar los diagnósticos, acelerar la toma de decisiones bien informadas y conocer el comportamiento del tráfico".
"Y todo ello -finaliza el consejero- mediante técnicas de carácter no invasivo, con bajo coste de operación, y sin afección a los usuarios".
Dos pruebas piloto
A principios de 2023, la Consejería de Vivienda, Transportes e Infraestructuras ya realizó una primera prueba piloto en las carreteras madrileñas. En ellas, se comprobó que se puede mejorar la seguridad en las carreteras haciendo uso de los datos que proporcionan estos vehículos conectados.
Hay que recordar que este chivato salta en tiempo real para avisar al conductor en situaciones por ejemplo de somnolencia o de salidas de carril, puede contribuir a detectar tramos donde se hayan superado los límites de velocidad o no se haya respetado un semáforo.
Así, en el primer estudio que se realizó desde la Dirección General, se certificó "de manera inmediata" la eficacia de los semáforos que se cierran al superar determinada velocidad y que se respetan, aunque no multen; así como de los radares informativos que proyectan la rapidez a la que circulas.
Esto se consiguió porque la Consejería cruzó los datos de las multas con la de los chivatos que iban instalados en los coches viendo una relación entre el aviso y la velocidad del conductor.
Del mismo modo, se realizó un segundo estudio en una calle de la región con un "tráfico elevado y siniestralidad relevante", según información de la Consejería.
Ese informe concluyó que, cruzando la información que chivan los coches con datos de siniestralidad, condiciones meteorológicas y del equipamiento vial, se pueden detectar tramos potencialmente peligrosos.
Son localizaciones donde inicialmente no se había registrado siniestralidad y, sin embargo, se detectaron frenazos y "volantazos", gracias a los chivatos de los coches. Esto permitirá impulsar, en un futuro, actuaciones en línea con el "sistema seguro".
Esto, según la Consejería, abre las posibilidades de esta información que, además, es en tiempo real. Se puede usar para mejorar el análisis de los tramos con alta siniestralidad, analizar el comportamiento de los conductores en zonas conflictivas, valorar el estado del firme o detectar de tramos susceptibles de mejora. Incluso, y eso no lo confirma directamente la consejería, ver tramos donde la velocidad de los conductores es demasiado elevada.