Mónica García lleva varias semanas esquivando a la prensa y la pregunta del millón: "¿Te vas al Ministerio?". Ni bromas comparando el menú de la sede del Paseo del Prado y la Asamblea de Madrid, ni indirectas (muy directas) han hecho a la "médico y madre" pronunciarse sobre su futuro.
Nunca ha dicho que "sí", pero tampoco que "no". Ha respondido con una sonrisa, bromas y evasivas que de uno al otro lado del arco parlamentario se toman como un "se va".
"Ha perdido dos elecciones contra Ayuso y Lobato está marcando un perfil que casi les adelanta en las pasadas elecciones. Es su momento", señalan desde los pasillos de la Cámara regional ubicada en Vallecas.
El murmullo de que Mónica García se prepara para dar el salto a la política nacional no lleva sonando poco tiempo. Su buena relación con Yolanda Díaz, líder de Sumar, y su perfil claramente sanitario la hacen una de las mejores candidatas para ocupar una de las carteras que le 'tocan' a los de Díaz en el reparto del Gobierno en coalición.
Antes, la alargada sombra de Pablo Iglesias podía influir en contra de la diputada regional, pero ahora, con Podemos muy debilitado en las negociaciones, no hay nada que se imponga entre Díaz y el sillón de ministra.
¿Tres carteras o una?
Se desconoce si, en el plan del Gobierno de Sánchez de unificar ministerios, García se puede convertir en una nueva María Luisa Carcedo.
La política socialista, desde 2018 a 2020, ocupó la cartera de Sanidad, Consumo y Bienestar Social que, con la llegada del primer gobierno de coalición, se dividió en tres departamentos estancos: Sanidad (Salvador Illa), Alberto Garzón (Consumo) y Derechos Sociales (Pablo Iglesias).
Una cosa en la que coincidirían también Carcedo y García es en que ambas son médicas y es algo que siempre se agradece por parte del sector sanitario. Aunque no sea una condición sine qua non de que sean buenas gestoras, el sector suele preferir alguien del gremio del que se presupone que conoce sus problemas.
"Pero bueno, eso no siempre es así, hemos tenido ministras sanitarias que no han sido buenas gestoras", reconocen personalidades de los órganos colegiales de España quienes, a su vez, apuntan a que lo que no les 'encaja' es su perfil político.
Mónica García ha defendido, durante años, una lucha frontal con la sanidad privada y con algunas compañías farmacéuticas. De hecho, desde su agrupación, Más País, se propone crear una industria del medicamento propia. Es decir, gestionada por el Estado. Modelo que ella misma llevó en su programa regional en las últimas elecciones, como adelantó Madrid Total.
Su carácter combativo contra estos dos pilares esenciales en el mundo sanitario hace que muchas de sus caras visibles hayan mostrado un rechazo frontal hacia su condición de "ministeriable".
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Eso sí, García ha sido, a su vez, un ejemplo de lucha por los derechos de los profesionales sanitarios abanderando la lucha por sus derechos cuando los profesionales sanitarios han ido a la huelga.
Aun así, hay que recordar que el Ministerio de Sanidad, pese a su envergadura frente al paseo del Prado, está prácticamente vacío de áreas en las que Mónica García podría influir en lo que respecta a los derechos de los trabajadores.
Aunque tuvo importancia durante la gestión de la pandemia de la Covid-19, a efectos prácticos, no tiene apenas competencias. La gestión de la sanidad la ejecutan las regiones, el Ministerio tiene labor de coordinación en algunos aspectos que, en sí mismos, también están 'externalizados' como es la Agencia Española del Medicamento (AEMPS) y la futura Agencia de Salud Pública.
Donde sí tendría 'mano' Mónica García sería en proyectos como la digitalización de parte del sistema sanitario, la compatibilidad entre la historia clínica del sistema público y el privado u otros planes que se coordinan desde Sanidad como el de refuerzo de la Atención Primaria o el de cuidados Paliativos. Ambos con un proyecto sobre la mesa pero todavía sin desarrollar.
Otro de estos proyectos importantes en los que García sí podría poner negro sobre blanco es en la lucha anti tabáquica. Desde María Luisa Carcedo, el Ministerio de Sanidad amontona una reformada Ley Antitabaco que llega a prohibir fumar en las terrazas. En su momento se evaluó el coste político de ponerla en marcha y se paró.
Negar tres veces
La última vez que García tuvo que evitar esa pregunta fue este mismo miércoles, en la primera jornada de la sesión de investidura.
Aunque la preguntaban por su hipotético futuro como ministra, García respondía con evasivas y valorando positivamente las medidas en materia sanitaria anunciadas por el candidato a la investidura, Pedro Sánchez.
"Soy una entusiasta de la sanidad pública, soy una firme defensora del Sistema Nacional de Salud, como uno de los ejes vertebradores de nuestra sociedad, así que todo lo que sea avances en esa materia serán bienvenidos y, por supuesto, nosotros arrimaremos el hombro", ha añadido.
En este punto, ha vuelto a poner en valor al Sistema Nacional de Salud como un "eje fundamental" del Estado del Bienestar y de la sociedad española y que su defensa es "la ruta principal" que debe tener el Gobierno. Una declaración de intenciones que (de nuevo) no ha tenido una respuesta clara.