La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el delegado del Gobierno, Francisco Martín, han escenificado este lunes la fría relación que existe entre el Ejecutivo de la Puerta del Sol y el Palacio de La Moncloa.
Y es que, aunque entre la Real Casa de Correos, sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid, y el Palacio de la Moncloa, complejo que alberga la Presidencia del Gobierno de España, haya menos de 5 kilómetros; las posturas entre los dos ejecutivos nunca pudieron parecer más distantes.
Ante la atónita mirada de un centenar de asistentes, el delegado del Gobierno ha querido usar su discurso para interpelar a Ayuso. Se ha dirigido a ella directamente y ha utilizado sus 12 minutos de intervención (aunque tenía pautados siete) para criticar su gestión de la Comunidad, dejando de lado el motivo por el que estaba llamado a asistir: el 45 aniversario de la Constitución Española.
Desde el equipo de Ayuso han tachado la actitud de "torpe y provocadora". Palabras que se quedan cortas si se analiza la tensión que se ha vivido en la Real Casa de Correos.
Es cierto que en anteriores ediciones la que fuera delegada del Gobierno, Mercedes González, lanzó alguna 'indirecta' a la postura del Partido Popular o de la propia Ayuso sobre diferentes cuestiones de ámbito nacional. Eso sí, siempre con la Constitución como marco de dichos reproches y sin una interpelación directa.
Lo llamativo es que, en esta ocasión, Francisco Martín sí se ha dirigido directamente a la líder de los populares madrileños. "La Justicia social, presidenta, es defensa de la Constitución", ha declarado Martín mirando a los ojos a la líder regional.
Lo ha hecho, también, para hablar de la gestión de la Cañada Real, la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), de la "desigualdad de la región" o, incluso, de la guerra entre Israel y Hamás. Temas que nada tenían que ver con el acto que se celebraba.
Sus palabras no han sido bien acogidas por un patio interior de la Real Casa de Correos que se había engalanado para la ocasión y que susurraba mientras que intervenía el delegado. Es más, apenas se han escuchado aplausos a su discurso. Algo que ha resaltado el equipo de colaboradores de la presidenta.
La propia expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, o el portavoz del PP en la Asamblea, Carlos Díaz Pache, han materializado el malestar de la sala frente a las cámaras.
Por ejemplo, Díaz Pache ha acusado al delegado del Gobierno de atacar "a quien no debía" en lugar de "defender la Constitución de ataques" que vienen, entre otros lugares, "del Consejo de Ministros".
Esperanza Aguirre, en la misma Real Casa de Correos, se ha acercado a los medios para criticar al Delegado por hacer un discurso "nada institucional" y usarlo para hablar "de los temas que él quería sacar. "Pero no del día de la Constitución o del espíritu de la Constitución", ha zanjado.
El patio de butacas también ha elevado el tono de sus susurros cuando el propio delegado del Gobierno ha confundido a uno de los padres de la Constitución. Tras leer en su discurso una frase de José Pedro Pérez Lorca, el delegado se la ha atribuido a "José Antonio Pérez Lorca".
Algunos han visto en su gesto un desconocimiento de uno de los padres de la Constitución, otros un mal asesor (pues el discurso estaba previamente escrito) y otros un simple lapsus.
Sea como fuere, que el propio Delegado no haya tenido el tino de corregirse a sí mismo, se ha interpretado como ejemplo más del desapego a lo que significa la Transición por parte del Ejecutivo nacional.
En estas ocasiones, la presidenta de la Comunidad de Madrid suele realizar un discurso emotivo, plagado de loas al Estado de Derecho, en los que hay una intención política, pero siempre disimulada.
Para muestra, el discurso de este mismo lunes. En él ha hablado de la amnistía y de los golpes a la Carta Magna pero sin nombrar ni al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ni a sus socios. La única vez que ha dicho la palabra "amnistía" ha sido para parafrasear al expresidente del Gobierno Felipe González.
Tensión 'acumulada'
Muchos de los asistentes a la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid han mostrado su asombro por el discurso de Francisco Martín. Más aún después de la semana de reproches cruzados que se había vivido entre el Gobierno nacional y la Comunidad de Madrid por la invitación de autoridades al acto de Puerta del Sol.
La presidenta aseguró, tras no ser invitada a la inauguración del AVE Madrid-Asturias, que no iba a volver a contar con nadie del Gobierno central para un acto suyo.
El delegado del Gobierno sí, puesto que ya estaba invitado al acto de manera formal, pero ningún ministro. Y así ha sido.
Ayuso, al contrario que otros muchos líderes regionales, celebra este acto del día de la Constitución como algo personal. Un proyecto al que este mismo año ha querido dar su 'toque' trayendo a perfiles más jóvenes e, incluso, una ponencia de la ex fiscal general del Estado Consuelo Madrigal.
Según fuentes cercanas a la presidenta, ha sido este modelo innovador el que no ha permitido que la Delegación del Gobierno y el equipo de Ayuso hayan enviado las invitaciones con una rúbrica conjunta.
Este mismo lunes, el delegado ha vuelto a tender la mano a la Comunidad de Madrid para "organizar este acto de manera conjunta", aunque en su discurso no se interpretaba esa actitud conciliadora.
Así, desde el equipo de Ayuso apuestan por seguir abriendo el público a la ciudadanía e implicando a "los más jóvenes" en actos como el celebrado este lunes en la Puerta del Sol. De nuevo sin ministros y con un aforo mucho más limitado.
¿El aforo? Desde el Gobierno de Madrid 'echan' la culpa al espíritu navideño. "Ponemos el Belén ya porque hemos comprobado que así puede venir más gente a verlo y pueden disfrutarlo un tercio más de los madrileños", finalizaban.