La excavación arqueológica de la Plaza de Cervantes, en Alcalá de Henares, ha sido todo un éxito: el refugio antiaéreo que se estaba buscando se ha localizado en perfecto estado de conservación.
Este refugio, pensado para la población civil durante la guerra, se construyó en el extremo norte de la plaza durante 1938. Pero, hasta esta misma semana, no se tenía constancia de que siguiera en pie.
Hace unas semanas, el concejal de Patrimonio del Ayuntamiento de Alcalá de Henares, Vicente Pérez, explicaba a Madrid Total que buscaban el refugio a 'ciegas'.
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Hasta ahora, sólo existía un croquis del mismo, publicado en su día por José García Saldaña, y una foto aérea, evidenciando su posición en aproximadamente el cuarto septentrional de la plaza, y con dos accesos.
Así, tras tres semanas de excavaciones, Pérez aseguraba que había diferentes opciones: que estuviera derruido, lleno de agua, relleno de escombros con restos de una iglesia cercana, o intacto. Era la mejor opción y, finalmente, la que ha ocurrido.
Por eso, ahora, desde el Ayuntamiento tienen clara cuál va a ser la finalidad de este recinto. Van a musealizarlo con paneles informativos que sirvan para contar la historia de Alcalá de Henares durante la Guerra Civil española.
Eso sí, no será algo inmediato. Desde la concejalía aseguran que tienen que esperar al próximo año, cuando se pongan a reformar la Plaza Cervantes.
Este importante proyecto para la Ciudad Patrimonio de la Humanidad se complementará con la apertura al público de este refugio civil. Probablemente, el de mayor tamaño y envergadura constructiva, y de carácter público en la ciudad.
Las salas del refugio están prácticamente diáfanas. Y es que, según los documentos de la época, el refugio estaba preparado para acoger un millar de personas, pero Vicente no ve posible esta cifra.
Miguel de Cervantes
Una de las hipótesis iniciales es que el refugio estuviera rellenado con los escombros de la iglesia de Santa María, que fue incendiada el 29 de julio de 1936 y posteriormente demolida. Pero, al contrario, fueron los sillares de esta iglesia los que se usaron para la construcción del refugio.
De hecho, según los cronistas de la época, fue en esa iglesia, Santa María, en la que se bautizó a Miguel de Cervantes. Por lo que, entre los muros de este refugio están las piedras de la pila bautismal del gran escritor alcalaíno.
En este momento, Patrimonio de Alcalá de Henares está documentando el refugio en su totalidad, realizando un levantamiento completo, a fin de localizar cada uno de los elementos tales como respiraderos, otra puerta de acceso o el sistema de iluminación.
Que el interior del búnker esté intacto es llamativo pero, lo más sorprendente de todo, es que hasta la escalera de acceso al recinto está muy bien conservada. Se puede ver a la perfección los ladrillos que la configuran.
En el interior no hay mucha decoración, pero se conservan a la perfección los recubrimientos de bombillas y los diferenciadores eléctricos, así como una balda que sigue en el mismo lugar que hace casi un siglo.
Vicente recuerda que, cuando accedieron al refugio, lo hicieron "con mucha precaución" porque había una alta "concentración de gases".
Una de las cosas más llamativas es el sistema eléctrico que se sostenía en cerámica, algo muy característico de los años 30. Además, todavía se conservan los automáticos de palanca.
Los operarios están en la fase de limpieza para poder categorizar los aportes que han ido entrando por los respiraderos desde la Plaza Cervantes. "El forjado de hormigón está en perfecto estado. Está muy bien conservador y se ve la tramazón de las tablas de madera sobre las que lo hicieron", explica a este diario.
El refugio está dividido en dos tramos de unos 18 o 20 metros. Con 2,30 metros de ancho y 2,10 metros de alto. En el cemento se conserva todavía grabada la fecha en la que se levantó: 1938. Algo que "confirma" lo poco que se conocía hasta ahora del refugio.
Desde el Ayuntamiento no quieren apresurarse con los tiempos ni desvelar cómo va a ser el proyecto que va a acoger este refugio, aunque sí confirman que allí dentro se van a "contar esos años de la guerra en Alcalá de Henares".
"Es un espacio perfecto para contar lo que pasó y aprender este gran desastre", afirma el concejal, que apuesta por el uso de paneles en las paredes del refugio.