"¿Qué habéis aprendido del primer año en el recinto de Villaverde?" "Muchas cosas". Así de sinceros respondían los directivos de Mad Cool a las preguntas de los medios después de las polémicas generadas alrededor de la primera edición del famoso festival madrileño en la que será su ubicación definitiva: el Iberdrola Music Experience.
Jóvenes saltando las carreteras, metros abarrotados, colapsos en las entradas y quejas de los vecinos ensombrecieron una edición brillante del Mad Cool en el que un cartel de primeras estrellas habían debido ser el único motivo de noticias. Por eso, este año, los organizadores quieren que no vuelva a ocurrir.
Así las cosas, los servicios de este Mad Cool se han reforzado en todas las áreas. Hasta los baños. La organización del festival ha confirmado que, en esta edición, Metro y Cercanías estarán abiertos en frecuencias de 10 minutos hasta las 4 de la mañana.
El festival ha invertido 400.000 euros para contratar los servicios de Cercanías y de Metro hasta una hora después de que terminen los conciertos, las cuatro de la mañana.
Según ha confirmado este diario, serán viajes sólo de salida. Es decir, desde el festival hasta el centro de la capital y saldrán cada diez minutos. La estación de Renfe que se va a habilitar es la de Villaverde.
También tratan de evitar que se repitan las imágenes de los jóvenes saltando por debajo de la autopista M-45. Lo harán, por un lado, aumentando los efectivos de seguridad (1.000 personas) y, por el otro, con ayuda del Ayuntamiento de Getafe.
El Mad Cool está trabajando con el Ayuntamiento getafense para poner en marcha buses lanzadera desde el municipio hasta el festival.
A estos autobuses lanzadera se le sumarán los que el festival pone en marcha todos los años y llegan también al centro de la capital. Aunque sobre la salida y el punto de recogida de estos últimos, habrá que esperar a la publicación del plan final.
Lo que sí saben ya es que la gente no va a coger las lanzaderas en la zona cercana a los vecinos porque prácticamente todo el festival se va a redirigir hacia la zona del polígono "tras haber escuchado a los vecinos".
Sobre los trabajadores de seguridad, con motivo de la edición que comienza en julio, el Mad Cool ha creado un servicio especial para guiar a los espectadores en la parte externa del recinto.
Tres accesos al recinto
Los accesos al recinto también fueron un problema para la organización. Por eso, este año van a pasar de tener un único punto para entrar en el festival a tres.
A este proyecto se suma, además, la decisión de reducir el aforo que se anunció en marzo. Para ser exactos, en esta edición Mad Cool ha pasado de 70.000 asistentes a 58.000. "Con menos gente, el espacio va a estar más preparado", apuntan.
También han cambiado cosas muy técnicas como los carriles de acceso. Las vallas que dividen el paso hacia el festival pasarán a ser 72, en lugar de las 50 que había en la anterior edición. Esas 72, además, estarán divididas en las tres entradas.
En el caso de los baños, el año pasado se ubicaron en el centro del festival. Algo que suele pasar en muchos grandes conciertos, pero no funcionó. "Molestaban y nos quitaban espacio", reconocen ahora.
Por eso, para esta ocasión, van a llevarlos al perímetro lateral y repartirlos por toda la zona. Además, también se va a aumentar el número de baños, aunque el público sea menor.
Un concierto siempre genera ruidos, y eso es algo que no ha podido evitar ningún gran artista o promotor, pero Mad Cool va a intentar reducir su huella de ruido en la zona, pasando de ocho a seis escenarios.
"Hemos cambiado dos escenarios de sentido para que no se dirijan hacia la parte de las viviendas", explican de este proyecto que, en resumidas cuentas, ha intentado tener la mejor de las relaciones con los afectados.