El mundo de las hamburgesas está viviendo una auténtica revolución y el joven cántabro Miguel Crespo no se lo quería perder. Por eso, dejó su trabajo de consultor de Big Data para abrir su propia hamburguesería en Santander con sólo 25 años: La Carnaza.
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Cuatro años después de haber resultado ser un auténtico éxito en su tierra, Crespo decide venir a Madrid, la ciudad que está siendo "la cuna de la revolución de las hamburguesas", asegura a Madrid Total, y lo hace abriendo su segundo restaurante en pleno barrio de Salamanca.
Lleva poco más de una semana en el número 7 de la calle Castelló y ya apunta maneras de que poco tiene que ver con el resto de restaurantes de la zona. Con toque rockero y desenfadado, este nuevo local está dispuesto a poner sobre la mesa música, comida y mucho disfrute entre panes y vinilos.
Miguel Crespo está al frente de La Carnaza desde que decidió cambiar el traje y la corbata de su puesto como consultor de Big Data por las zapatillas y los vaqueros para continuar con la tradición hostelera de su familia. Un trabajo que combina con su afición de ser granjero. "Tengo una quincena de vacas en una pequeña granja en Güemes -Cantabria-", explica el propietario de la hamburguesería.
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Carta de temazos
La carta está llena de exitazos dignos de la revista musical Billboard. En ella, una de las protagonistas es la Johny Cash, con mantequilla de cacahuete y una deliciosa fondue de quesos, puro espectáculo.
Crespo recomienda la Heidi, con base de champiñones y mayonesa trufada. "En la mesa la terminamos con un show cooking echando desde la sartén el queso fundido raclette", informa.
Con el más auténtico sabor mexicano llega La Llorona, cochinita pibil, queso gouda, pico de gallo y mayonesa de chipotle. Por otro lado, La Milonga tiene frescor y sabrosura, con su chimichurri que la vuelve tan seductora. La Sweet Home Alabama incluye pollo empanado súper crujiente y queso cheddar, un auténtico homenaje a la canción de Elvis Presley.
Como entrante, sus alitas de pollo no pueden faltar. Todas sus burgers y entre panes utilizan pan de la madrileña panadería Madreamiga donde todos sus panes se elaboran de manera artesanal.
El restaurante se ha afinado muy bien por el equipo de interiorismo de Zooco Estudio, responsables de algunas de las aperturas más sexis de los últimos tiempos tanto en Madrid como en Cantabria. Un restaurante donde contundencia, crudeza e informalidad conviven en un imaginario urbano, en un escenario desnudo y sugerente, en el que gastronomía, calle y arte se dan la mano. Del techo cuelgan banderolas con claims que tienen mucho que ver con el espíritu canalla del restaurante.
A Crespo, que vive en Madrid, no será raro encontrarlo supervisando este nuevo local con el que pasó de los números a los fogones. Un espacio hecho para querer quedarse alargando la sobremesa, escuchando buena música y pedirse uno de sus cócteles clásicos.