El hijo de Rodolfo Sancho, Daniel, que habría confesado el asesinato y descuartizamiento de un amigo suyo en una isla de Tailandia, había comenzado una exitosa carrera como chef en Madrid, tal y como reconocía su padre.
Además de en otros servicios, Daniel Sancho trabaja en una hamburguesería que ha abierto sus puertas hace pocas semanas en el centro de Madrid. Su open night la celebraron el 16 de junio en la calle de Espíritu Santo, en pleno barrio de Malasaña.
Boogie, que así se llama la hamburguesería, tiene una carta no muy extensa pero sí en las semanas que lleva abierta ha conseguido ser conocida por el intenso sabor de sus ricas burguers y por lo agradable del local.
En Boogie también se pueden tomar cookies y batidos, muy al estilo americano, con sabores que van desde la mezcla de banana con mantequilla de cacahuetes o de galleta maría; y unas patatas fritas con sabor a trufa y a queso parmesano muy ricas.
Fue el propio padre de Daniel Sancho, Rodolfo, el que aseguró el pasado mes de julio, que su hijo había iniciado esta aventura gastronómica y que le iba muy bien, tal y como aparece señalado en el perfil de Instagram del propio Daniel.
El actor español no dudó en confesar a la revista Vanitatis su debilidad por los platos que se sirven en este nuevo local madrileño ante la pregunta de dónde comería rico: "En el restaurante de mi hijo Daniel, que es chef. Se llama Boogie (Espíritu Santo 12) y está en pleno barrio de Malasaña, en Madrid; allí disfruto de unas hamburguesas de autor contundentes y riquísimas".
Además, hace un mes que la propia hamburguesería anunciaba que también se podía disfrutar de todos sus productos pero en casa, concretamente a través de la plataforma de Glovo, aunque este domingo no era posible adquirir nada por esta vía.
El precio medio de las hamburguesas en Boogie son de 10 u 11 euros y una de las que más éxito tiene entre el público es, sin duda, la Doble Cheese Bacon Burguer, con queso cheddar y la salsa propia del local, un secreto de la cocina.
El local cuenta con una decoración muy musical donde no faltan referencias a grandes estrellas del rock and roll como un enorme Elvis Presley que te recibe en el interior, lo que le da todavía más un gusto americano a cualquier pedido.
De hecho, junto a las papas fritas, también se puede pedir los bocaditos de patatas, al estilo hast brown o una especie de croquetas, muy propio de los menús de comida rápida anglosajones.