Felipe VI abandonó este jueves el palacio de La Zarzuela para comer en un mítico restaurante italiano de Argüelles. El monarca quiso comer en Piú Di Prima, rincón predilecto de los amantes de la pizza, en el distrito de Chamberí.
El local se encuentra en la calle del Pintor Rosales. Sus recetas datan del siglo XV, que solía ser "la preferida de la nobleza italiana debido a su exquisitez: el Raviolone (no ravioli, debido a su tamaño) con crema de parmigiano, yema de huevo de corral, espinacas y trufa rallada en la mesa", indica la página web del establecimiento.
En su carta destacan delicias como los tagliatelle de pasta fresca con trufa y huevo escalfado (por 26 euros con trufa negra, y 44 con trufa blanca), su vittello tonnato (14 euros) o sus canelones de rabo de toro.
Asimismo, cuenta con una nutrida carta de vinos italianos. Como el Barolo, Brunello di Montalcino, Amarone della Valpolicella o Ripasso, por nombrar algunos.
"Dedicamos especial atención a la selección de ingredientes de la más alta calidad. Preparamos pasta fresca diariamente de forma artesanal, brindando a nuestros comensales una exquisitez que enamora el paladar". Esta vez, entre esos comensales no parecía estar la reina Letizia.
El espacio presenta "una decoración personalizada de inspiración italiana, resaltando detalles dorados y un ambiente cálido, logrando la máxima expresión de belleza y elegancia para brindar a nuestros comensales una velada excepcional".
Los platos rondan entre los 15 y los 45 euros y, entre algunos de sus platos, destaca el risotto de champán, parmesano y trufa, el canelón de rabo de toro y el pennette all'arrabbiata compuesto de salsa picante de tomate, ajo y guindillas.
"Un honor inigualable tener la distinguida visita de Su Majestad el Rey en Più di Prima. Nos sentimos profundamente agradecidos, será una velada única que quedará grabada en nuestra historia con el sello real de aprobación", señaló en local en su cuenta de Instagram.