"Son historias que duelen, pero que son realidad", dice Patricia Vargas. Es colombiana, tiene 57 años y lleva ocho de ellos refugiada en España. Llegó a Madrid como consecuencia de un "terrible conflicto" cuando vivían en su país. Actualmente, trabaja como cocinera en el centro de Carabanchel de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
Es esta la que ha organizado, junto con Patricia y otros refugiados, una nueva iniciativa en la que mostrar la cultura de su país de origen en la ciudad que los ha acogido. 'Acoge un plato' presenta un recetario con algunas de las elaboraciones gastronómicas más tradicionales de seis personas procedentes de seis naciones distintas.
En total 24 recetas de Sudán, Camerún, Guinea Conakry, Venezuela, Marruecos y Colombia. Todas hechas con productos que se pueden encontrar en los mercados madrileños, uniendo así culturas.
Patricia y Mohamed: refugiados en España
"Cocinar es mi vida", exclama Patricia. Ella presenta un plato típico de su tierra: Colombia. "El ceviche me hace recordar a mis padres y a mi Pacífico", explica a Madrid Total la mujer que lo define como un plato fresco y costero.
Empezó a cocinar de pequeña con su madre, que también era cocinera. A los 15 años empezó a vender su propia comida entre vecinos y conocidos. Unos años antes de salir de su país había abierto su propio restaurante.
En 2015 llegó a Madrid huyendo de su pueblo en Colombia por culpa de las amenazas que sufrían ella y su familia por parte de grupos paramilitares debido a un conflicto que habían tenido con su hija pequeña, de 14 años por aquel entonces. "Si les denunciaba, nos mataban. Me di cuenta de que teníamos que irnos de allí".
Llegó a la capital española gracias a otra hija, la mayor, que llevaba viviendo en España 25 años. Patricia llevaba años sin verla, por lo que emigrar "fue una experiencia dura". Su hija menor y su hijo mediano la acompañaron y se instalaron con su madre en Madrid. "Al principio empecé cuidando a una señora. A los siete meses pedí asilo en CEAR". Ahí vivió dos años y acabó trabajando con ellos.
"Lucho, duermo, trabajo y vivo con CEAR", asegura la colombiana que se siente agradecida con la comisión que le "dio todo". De hecho, comenta que ya tiene la residencia. "Me llegó esta semana. Yo siento que este es mi país. Es mi casa y yo de aquí no me voy".
Por eso, presenta un "ceviche madrileño", ya que "hay muchos tipos". "Este está hecho a mi manera, con productos de los mercados de aquí. Pero los que se hacen en Colombia son un poco distintos".
La mujer explica que en su país de origen este plato es un manjar que no puede permitirse todo el mundo. "Lleva gambas, por ejemplo, un alimento que aquí es muy común, pero que en Colombia es un lujo muy caro".
Sane Mohamed procede de Guinea Conakry. Tiene 26 años y llegó a España hace unos cinco huyendo de su país donde era amenazado. Después de pasar por Cádiz y Sevilla, realizó un curso como cocinero en las cocinas de CEAR. Su objetivo es abrir un restaurante donde enseñar la cocina de su país, como el arroz con pollo que le enseñó su madre.
Aunque no quiere dar muchos detalles sobre su pasado, cree que una forma de trasladar un pedacito de sus orígenes a la ciudad que le ha acogido es a través de las recetas que se ha traído de allí.
Por eso el joven presenta su sopa de bontai y arroz, un plato que allí se suele hacer una vez al mes. Explica que se elabora con una salsa de grano de palma sobre una base de arroz, acompañado de pescado, normalmente. "Para mí es un gran placer estar en este proyecto. Yo pienso que la cocina no tiene fronteras", expone.
El recetario de 'Acoge un plato'
Como Patricia y Mohamed, otros refugiados han querido enseñar también sus recetas. Lionel Zukam de Camerún, Lisbet Carolina Sotillo de Venezuela o Abdelhakim Abelhaj de Marruecos son algunos de los que cuentan sus orígenes con recetas de todo tipo como los buñuelos camerunenses, los tostones venezolanos o el zaalouk. En una publicación con páginas ilustradas por el dibujante Mariano Martín.
"Nos pareció una de las maneras más poderosas de sensibilizar a la sociedad sobre la acogida. Son personas que han sufrido persecución y que vienen de conflictos bélicos. La intención es acercarnos a través de lo cotidiano. Así estas personas puedan explicar y popularizar las recetas de sus países. Hacer de la comida un instrumento de integración", explica Mauricio Valiente, director de CEAR.
Una actividad en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid y los mercados de la ciudad, en los que se puede encontrar productos nacionales con los que elaborar recetas de otros lugares. "Es un aporte que hacen los refugiados a la sociedad madrileña", comenta el director sobre la obra que se puede adquirir gratuitamente en su página web.
"Ofrece la capacidad de intercambiar y conocer culturas distintas", dice Concepción Díaz de Villegas, Directora General y Comercio, Hostelería y Consumo del Ayuntamiento de Madrid, durante la rueda de prensa de presentación del recetario. Ella opina que este libro es para sus autores "una de las mejores maneras de sentirte en casa". "Y Madrid es una ciudad que hace que todo el mundo se sienta en casa, porque aquí no se es madrileño por haber nacido en Madrid. Se es madrileño por estar en Madrid", termina.