La oferta gastronómica que encontramos en los festivales de música es, por suerte, cada vez más amplia y de mejor calidad. Escuchar buena música en directo y al aire libre empieza a ser compatible con comer rico.

En los meses de junio y julio, el Jardín Botánico de la capital no es sólo un lugar de ensueño para visitar, sino que se transforma por las noches en un escenario en el que disfrutar de la mejor música y comida.

Desde 2016, el Real Jardín Botánico Alfonso XIII de la Universidad Complutense de Madrid acoge las Noches del Botánico, un festival que reunió a más de 150.000 asistentes en su última edición y ha sido premiado como el Mejor Evento del Año.

Hasta el 31 de julio, el festival ofrece conciertos como el de esta noche de miércoles, el de María José Llergo y Mahalia, y en los próximos días se dan cita artistas destacados como Julieta Venegas, Chuchos Valdés, Pixies, Take That o Javier Camarena con la Orquesta de la Comunidad de Madrid, entre otros.

La música de las Noches del Botánico se complementa con unos once foodtrucks gourmet. Además, el festival marca la diferencia ofreciendo servicio de mesa, por lo que no tienes ni que levantarte de tu asiento durante el concierto, siendo de los pocos del país con esta opción.

Puesto de Armando. Fer Gonzalez

Entre los puestos de comida está este año como novedad Armando, el delivery de comida mediterránea de Familia La Ancha, con su burger San Jacoba de escalope, las croquetas de jamón, la mítica tortilla Velazqueña o, de postre la famosa, tarta de queso de Fismuler.

También está Grosso Napoletano con sus pizzas de diferentes sabores, el foodtruck de Navidul con sus bocadillos, tablas de ibéricos y quesos, y bocados de pulled pork, el de Campofrío con sus alitas y finges de pollo, el puesto de Maway (de Mawey) de comida mexicana, y la parte vegana la pone Better Balance.

A su vez, Noches del Botánico tiene puestos propios en los que ofrecen focaccias, perritos calientes y hamburguesas y una vinoteca que patrocina la prestigiosa bodega Ramón Bilbao. Y deja hueco para un último bocado dulce, pues dentro del festival hay un puesto de helados de Aconcagua.

Vivir la música en la naturaleza con una buena gastronomía que acompañe es posible hasta el próximo 31 de julio en las Noches del Botánico.