Vulcano, el dios del fuego en la mitología romana, era al que todos los artesanos que trabajaban con este elemento veneraban. Esos tiempos han quedado muy atrás, al igual que el oficio de la herrería, aunque todavía algunos lo preservan como un joven de Guadalix de la Sierra que lo ha modernizado para pasar a ser un "herrero contemporáneo".
Dejando un poco atrás el antiguo concepto de herrero, a sus 40 años, Daniel Torres se considera un "herrero del siglo XXI. La gente se sorprende porque soy joven, tengo tatuajes, no llevo barba ni soy del pueblo de toda la vida".
Nacido en Villaverde, siempre ha trabajado en fábricas y empresas relacionadas con el metal hasta que, en un periodo de crisis, decidió mudarse a Guadalix de la Sierra.
Hace ya 10 años que llegó a este pueblo madrileño de poco más de 6.000 habitantes, donde montó su propio negocio del metal. Así creo la Forja Daniel Torres en la que hace en su fragua tanto forja artística y cuchillería.
A su vez, sin perder nunca la esencia de la forja, Daniel es artista. Hace forja artística en fragua. "Diseñar y forjar es una de mis pasiones, dando al hierro formas únicas y rompedoras", apunta.
En este ámbito, "no tengo competencia", informa. De hecho, sólo conoce a uno o dos herreros más que hagan del metal un arte en la Comunidad de Madrid. La mayoría de sus elaboraciones son de forja artística. Bajo encargo prepara esculturas, cabeceros de camas, puertas, rejas, mesas...
Por otro lado, hace cuchillos, principalmente para chefs de alta cocina de toda España, ya que, al ser de tan buena calidad y personalizados, "suelen rondar los 300 y 500 euros", explica el herrero.
Entre los cocineros más conocidos para los que les ha forjado una de sus piezas está Lara Rodríguez de Kraken (Gijón), Javier Sanz y Juan Sahuquillo de Cañitas Maite (Casas Ibáñez), y ha hecho envíos a otros restaurantes gastronómicos de Palma de Mallorca y Madrid capital, entre otros.
Aunque es difícil vivir de ello, Daniel Torres ya cumple 20 años en el mundo del metal, en los que ha luchado por cambiar el concepto que tiene la sociedad de este histórico oficio, intentando mostrar estilos más modernos, contemporáneos y orgánicos, tanto en forja artística como cuchillería.