Las conocidas actrices españolas Lisi Linder, Lorena López y Marta Belenguer son vecinas de Carabanchel Bajo desde hace años, como otros muchos del gremio. Todavía recuerdan cuando su barrio, San Isidro, quedó "despoblado de bares" por las diferentes crisis económicas y los pocos locales supervivientes son los tradicionales de barras de acero inoxidable, servilletas en el suelo y máquinas 'tragaperras'.

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Pero lo que no pudieron superar fue el cierre del ultramarinos Hermanos Merino (Alférez Juan Usera, 42), un colmado que servía de punto de encuentro entre vecinos, al que las actrices le tenían un cariño especial; sobre todo, Marta Belenguer: "Siempre digo que me puse de parto de mi segundo hijo allí comprando el pan".

Por ello, como homenaje a los hermanos José y Armando, abrieron en su lugar Merinas, un bar y ultramarinos que "ha sorprendido" y triunfa en el barrio. "Hacía tanta falta un punto de encuentro para el aperitivo y el afterwork", cuenta Lisi Linder, en la terraza de su bar, sentada junto a sus dos socias.

Lisi Linder, Marta Belenguer y Lorena López durante la entrevista, en la terraza de Merinas. Rodrigo Mínguez El Español

Sin buscarlo, y coincidiendo con grandes aperturas artísticas en el barrio como galerías y escuelas de teatro, la inauguración de Merinas en 2022 acabó siendo de las pioneras en esta última revolución gastronómica por la que está atravesando el distrito. "Quedan cuatro bares de toda la vida que tienen su público y que son maravillosos, pero nosotras queríamos un lugar que fuese acogedor, que te apeteciera estar desde el desayuno hasta la noche", cuentan las actrices.

En su caso, consistió en "evocar a un ultramarinos, conservando un poco lo vintage y de toda la vida, pero con un toque amable y cálido", explica Lorena López. De esta manera, Merinas es un acogedor espacio de cristaleras luminosas con mesas altas, bajas, barra y mostrador de embutidos, que se completa con una terraza exterior, decorada por un llamativo graffiti, en lo que antes era un "descampado de hierbas y cacas".

Interior de Merinas. Rodrigo Mínguez El Español

En este ultramarinos de barrio puedes desayunar, comer y cenar. Para empezar el día con buen pie, puedes pedir sus tradicionales tostadas, que ofrecen también con pan sin gluten o de trigo de sarraceno. A su vez, hay opciones muy saludables como el yogur con granola, el zumo natural... Además, su café es ecológico y cuentan con varios tés.

Su carta de comida pasa por clásicos madrileños, entrepanes y pequeños guiños a los lugares de nacimiento de Lisi, Marta y Lorena: Valencia y Cádiz. "Los super hits son la ensaladilla, los cortes de embutidos de ultramarinos y las gildas, que son un clásico para empezar el aperitivo. Tenemos tanto las típicas vascas como alguna de Cádiz con atún ahumado, atún rojo, queso Payoyo, etc.", enumera la gaditana Lisi.

Ensaladilla y gildas de Merinas. Rodrigo Mínguez El Español

Otros platos destacados son los embutidos italianos, los bocadillos, los molletes, el chicharrón y los sándwiches, como una 'revisión' del bikini con mayonesa de wasabi o el trikini de gorgonzola. La última novedad que está triunfando son los tacos mexicanos. El precio medio por comensal es de unos 15 euros.

Como ocurría en los ultramarinos de antes, su clientela es fija, hasta el punto de acudir solos porque saben que entre vecinos y artistas, siempre tendrán una cara conocida con la que charlar.

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Eso sí, 'las Merinas' avisan: "No es un ultramarinos de postureo". "Es un espacio para todo el mundo. No sólo actores, sino parroquianos, gente del barrio, familias... Es muy agradable", aclara Marta.

Lisi, Marta y Lorena abrieron Merinas hace dos años con mucha ilusión. Empezaron combinando sus trabajos de actrices con el de camareras, hasta que decidieron que lo mejor era una plantilla fija —formada por sólo mujeres—, para que el bar no sufriera sus ausencias entre rodaje y rodaje.

Marta Belenguer, Lisi Linder y Lorena López en la barra de Merinas. Rodrigo Mínguez El Español

Merinas es la reivindicación del barrio, el punto de encuentro entre vecinos y artistas, y el "tomarte una caña o un vino en un bar como en el centro de Madrid, pero sin tener que salir de Carabanchel", concluye Marta.