Santana Choux es la pastelería dedicada a los únicos pastelitos franceses que comía la abuela de Annabelle Culty, los choux à la crème. "Se llama Sebastiana Santana, tiene 91 años, es española y emigró a Francia por la guerra. Los choux es el único dulce francés que ha comido en su vida", apunta Anna tras el mostrador de su nueva tienda, ubicada en la planta principal del Mercado de Antón Martín.
El choux à la crème es, sin duda, uno de los dulces más emblemáticos de la pastelería francesa. "El 50% de mi clientela es de Francia y me dicen siempre que es un sabor que les lleva a la infancia. Además, sorprende, porque no lleva mucha azúcar, entonces no empalaga y gusta mucho", apunta Anna con su característico acento francés.
Este bollito relleno de chantilly, crujiente por fuera y cremoso por dentro, ha sido reinterpretado por la joven pastelera de forma innovadora, con diferentes variedades que incluyen rellenos de chocolate, pistacho, frambuesa, y hasta opciones sin gluten. La repostera también hace chouquettes, que no llevan relleno.
Nacida en un pequeño pueblo de la Provenza francesa, Vaison La Romaine, y tras ver que no disfrutaba trabajando de lo que había estudiado, en el sector de los negocios, Anna se graduó en pastelería en la prestigiosa Escuela Ferrandi de París, para después recaer en Madrid para abrir Santana Choux en 2022 en una esquina de Chamberí (calle Viriato, 37).
Tras ofrecer por primera vez en la ciudad este delicioso clásico de la pastelería francesa, ha cautivado a la gran población francesa que hay en la capital y los madrileños han quedado sorprendidos por la novedad y calidad de sus sabores.
Hasta este momento Anna ha sido la única empleada y la encargada de hacer unos 240 choux y chouquettes al día. Dos años después crece con su segunda tienda en Antón Martín y añade a su primera empleada para centrarse en esta nueva tienda, que sigue el mismo concepto que la primera. Además, desde que abrió ofrece servicio de catering de bodas, empresas privadas e instituciones francesas como el Institut o la Embajada.
"Tenemos nueve sabores de choux: chocolate, pistacho, café, frambuesa, limón, avellana, vainilla, caramelo y limón; también tenemos el sabor del mes. Chouquettes hacemos sin azúcar con pepitas de chocolate; y salados, como el de queso emmental, y con pipas de calabaza y sal. "¡Qué raro!, me dicen. Y luego les gusta", bromea la pastelera.
Además de los choux à la crème, se pueden encontrar otras delicias de la repostería francesa, basadas en la misma masa choux, como el Saint-Honoré y el Paris-Brest, que se pueden acompañar de un café, un té, un chocolate caliente o un zumo en las mesitas que tiene en su puesto de mercado.
Para Navidad, eventos, cumpleaños, bodas... hace árboles de choux (18 choux por 34,20 euros). En estas fechas termina el árbol con una estrella dorada de decoración. A su vez, hace roscones de reyes rellenos al estilo Paris-Best (7,50 euros el individual).
Los choux los hace Anna artesanalmente en el día y tienen un precio de 1,80 euros. La caja de cuatro, en la que puedes escoger los sabores que quieras, cuesta 6,80 euros. Los chouquettes cuestan 0,60 euros la unidad.
Con su atención al detalle, Santana Choux sigue apostando por ofrecer una experiencia única. Lo que espera conseguir en el nuevo puesto de Antón Martín es conocer a todos sus clientes, al igual que en su pastelería de Chamberí. "Es algo muy personal. Me temo que voy a perder clientes por estar ahora en las dos tiendas. Ellos quieren hablar conmigo...", lamenta Anna.
Pero el éxito está siendo tal que la joven francesa espera poco a poco poder ir abriendo nuevos rincones dedicados a los choux à la crème, hasta que todo Madrid conozca esta emblemática delicia gala.