Aunque dicen que no escuchan los vibrantes y ensordecedores aplausos que despiertan en las gradas durante su actuación (porque en su número de circo se encuentran haciendo impresionantes piruetas bajo una estruendosa lluvia a varios metros de altura), no cabe duda de que los acróbatas del dúo To be free le han robado esta Navidad el corazón al público madrileño en Circlassica.
Circlassica, el circo navideño de Madrid por excelencia de la familia circense fundadora del mítico Gran Circo Mundial, este año tiene entre su elenco a una pareja profesional y sentimental de artistas aéreos ucranianos que están causando sensación entre los más de 200.000 espectadores que los visitan.
Valentyn Shevchenko (32 años, Ucrania) y Yuliya Shevchenko (35 años, Bielorrusia) se encuentran de gira por circos de Europa, no por elección, sino por obligación: "Cuando empezó la guerra de Ucrania tuvimos que dejar Kiev, donde vivíamos. Huíamos de la guerra. Desde entonces no hemos parado de ir de circo en circo, de país en país, hasta que decidimos asentarnos en una ciudad para que nuestra hija (7 años) fuera a la escuela con regularidad. Elegimos España, Benidorm, por un circo donde conseguimos contrato", cuenta este matrimonio de artistas.
Los acróbatas acabaron en el mejor circo de Madrid esta temporada de Navidad gracias a Manuel González, uno de los tres hermanos circenses y socios fundadores de Productores de Sonrisas, la empresa que está detrás de Circlassica, el Circo de los Horrores, Juvenalia y las Mágicas Navidades de Torrejón de Ardoz.
"Los vi actuar hace dos años en Alemania en Flic Flac, que es uno de mis circos favoritos. Según terminó el show le dije a su agente 'ciérralo para que vengan a mi circo dentro de dos años'. Sin preguntar. No sabíamos lo que íbamos a hacer y luego resultó que los acogieron en Alicante porque habían vivido un infierno en Ucrania y el mundo del circo se volcó en priorizar la contratación de artistas ucranianos", recuerda Manuel González.
En Circlassica cada año cambian la actuación y la temática, pero el año pasado la familia González decidió rendir homenaje a sus raíces circenses.
Los hermanos han creado una historia que tenía como hilo conductor el Gran Circo Mundial que crearon junto a su padre en 1977. Así que esta Navidad han repetido con gran éxito.
Una historia de circo
Valentyn, que viene del mundo de la gimnasia artística, y Yuliya, que lleva actuando en circos desde los 8 años por vocación, se conocieron en un entrenamiento en Bielorrusia en 2018 y desde entonces se hicieron uña y carne tanto en lo profesional como en lo sentimental.
"Cuando la vi actuar y la conocí, le dije a mis amigos del circo que, lo siento, pero que los dejaba tirados para irme con ella", comenta entre risas mientras le lanza una mirada cómplice a su mujer.
Después de actuar por todo el mundo, China, Francia, Bélgica, etc., decidieron crear un hogar en Kiev, ya que ambos sienten que Ucrania es su patria. Cuando empezó la guerra, escaparon a España.
"Perdimos nuestro 'hogar' y decidimos asentarnos en Benidorm porque nos encanta vivir aquí. Todos los días hace sol, todo el mundo está chill. Después de esta situación tan depresiva, decidimos cambiar nuestra vida a mejor. De hecho, nos ofrecieron trabajar en un circo en Alemania y lo rechazamos para trabajar en Circlassica y estar en España", rememoran con una sonrisa Yuliya y Valentyn, los acróbatas aéreos que han cautivado al público madrileño con su emotiva historia y deslumbrante actuación desde las alturas.