Ismael y Fernando Martín Hevia, en Hevia, el restaurante por el que se le conoce a su padre, al que le dedican su nuevo bar-colmado.

Ismael y Fernando Martín Hevia, en Hevia, el restaurante por el que se le conoce a su padre, al que le dedican su nuevo bar-colmado. Hevia

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Martín Tostón, el restaurante de Castelló en el que los 'hermanos Hevia' homenajean a su padre: "No lo ha podido disfrutar"

El nuevo restaurante-colmado del barrio de Salamanca lleva el apellido de uno de los taberneros más famosos de Madrid, que falleció el pasado 7 de enero.

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Ismael Martín-Hevia recuerda que a su padre, también Ismael, le conocían por el apellido de su madre, Hevia. "A cualquier parte de España que iba, lo llamaban así". Por eso, junto a su hermano, Fernando, han querido recuperar los apellidos originales de este reconocido hostelero madrileño llamando a su nuevo restaurante Martín Tostón.

"Es un homenaje, pero también justicia. Podríamos haber puesto sólo Martín, pero Tostón nos encanta. Tiene mucha personalidad y nos hace gracia", cuenta Ismael Martín-Hevia a Madrid Total.

De esta manera, Martín Tostón es el nuevo bar de los hermanos Martín-Hevia, que busca recuperar la esencia de los colmados de antaño, en la calle Castelló, 112, en el corazón del barrio de Salamanca.

Barra de Martín Tostón.

Barra de Martín Tostón.

Se trata de un concepto que fusiona la experiencia de bar y restaurante con la posibilidad de adquirir productos —"vendemos pan todos los días"— y alimentos gourmet —desde chacinas y embutidos ibéricos hasta laterío y vinos seleccionados— en un local de dos plantas de aire clásico.

Con una cocina continua que comienza a las 9.00 horas y se extiende hasta las 23.00 horas, en Martín Tostón puedes disfrutar desde desayunos, aperitivos, comidas y cenas.

Por la mañana alternan las tostadas con aceite de oliva y tomate, churros, porras y croissants recién hechos, con los sándwiches mixtos.

Al mediodía, el reloj marca la hora del aperitivo y toman protagonismo las chacinas —embutidos ibéricos de Arturo Sánchez—, el laterío —una selección de las mejores latas nacionales, como mejillones, berberechos, navajas, zamburiñas, almejas o ventresca de bonito— y las elaboraciones tradicionales, como las gildas, los torreznos, el salpicón de gambas o la ensaladilla rusa.

En la carta también hay lugar para platillos más elaborados y contundentes, pensados para la comida o la cena, como los callos, el rabo de toro, las albóndigas, los chipirones en salsa o el tartar de atún rojo; elaboraciones que ya han triunfado en su restaurante Hevia.

Siguiendo el estilo de compartir y picar, "algunos de los platos que más están gustando son los puerros confitados con salsa de espárrago o el brioche de carrillera ibérica", asegura Ismael, sumiller de formación. Todo acompañado de una cuidada selección de vinos con referencias nacionales e internacionales. El ticket medio es de 30 euros por comensal.

Estética de colmado

En el corazón del local, un expositor permite a los clientes adquirir, para llevar a sus casas, productos seleccionados como chacinas, quesos y embutidos. También cuenta con una estantería dedicada a productos gourmet como vinos, salsas, laterío y conservas que se pueden adquirir tanto para consumir en el local como para llevar.

Dividido en dos plantas, la superior tiene mesas altas y cuenta con un ambiente distendido; por otro lado, la inferior se distingue por su carácter más íntimo con mesas bajas. El personal, ataviado con corbata y delantal, refleja la filosofía del local: combinar un trato cercano y profesional con un estilo que evoca a los antiguos comercios.

Con este concepto, los hermanos Martín-Hevia rinden homenaje a su padre, Ismael Martín Tostón, una figura clave de la hostelería madrileña y española, que falleció el pasado 7 de enero. "No ha dado tiempo a que lo haya disfrutado. Lo hemos hecho por nosotros más que por él", lamenta Ismael.

Tras la apertura de otros dos establecimientos (Bar H Emblemático y ahora Martín Tostón), los hermanos —Ismael, sumiller y Fernando, cocinero de formación— han sabido consolidar el legado de la marca Hevia y la han elevado a la categoría de un clásico de Madrid.