La familia del anciano que se suicidó en una residencia de Madrid ha alertado a la juez que investiga el caso de que unas imágenes de videovigilancia que resultan claves y que captaron lo ocurrido han sido hasta ahora ocultadas al Juzgado.
La magistrada instructora ya ordenó a la Policía que analizase las grabaciones que registraron el recorrido del hombre desde la enfermería hasta la cuarta planta del geriátrico Orpea Puerta de Hierro, desde la cual se arrojó al vacío el pasado 16 de julio. El paciente tenía 79 años y problemas mentales.
Recientemente, el Juzgado de Instrucción número 19 recibió dicho informe de la Policía. El agente que lo ha elaborado concluyó que las grabaciones examinadas por él "carecen de valor significativo para la investigación".
Pero en un escrito fechado la pasada semana, al que ha tenido acceso este periódico, Francisco Jiménez, el abogado de los hijos y la viuda, señala: "Hemos tenido conocimiento (...) de que el agente del Cuerpo Nacional de Policía (...) no había tenido la posibilidad de visionar la cámara que graba el ascensor y la puerta que supuestamente forzó [el anciano]".
La tesis de la dirección de la residencia es, precisamente, ésa: que el interno forzó una puerta y logró acceder así a unas escaleras de emergencia que conducían a la sala de calderas de la planta cuarta, desde la que se precipitó. La familia del fallecido tacha esta teoría de "contraria a las leyes de la naturaleza" y sospecha que algún trabajador de Orpea debió dejarse la puerta abierta.
Por ello, consideran que esas imágenes concretas —las de las cámaras que enfocaban esa zona— son claves para reconstruir el suceso. Y, en ese mismo escrito, reprochan que la clínica envió al Juzgado "distintas grabaciones, pero no esa, que es fundamental, actuando con absoluta mala fe".
Madrid Total ha tratado sin éxito de recabar la versión de la dirección de la residencia de ancianos sobre todos estos hechos.
La ventana
Tal y como consta en el atestado policial de los hechos, pasadas las cinco de la tarde del 16 de julio, el anciano fue atendido en la enfermería de la residencia por encontrarse alterado. Allí, fue medicado. En torno a las 19.30, logró, de una forma u otra, llegar hasta el último piso y se lanzó al vacío desde la cuarta planta.
"Sobre las 17.30, las trabajadoras del centro se percatan de que la puerta sita en la planta cero, con acceso a las escaleras de emergencia, se encuentra forzada. Que ella [la gobernanta], junto con otra de las trabajadoras, recorre las escaleras a fin de comprobar que se encuentra todo bien (...). Es entonces cuando observan que en la cuarta planta, donde se encuentra el cuarto de calderas, la ventana del mismo se halla abierta. Al asomarse, pudo observar el cuerpo de [nombre omitido] en el voladizo de la primera planta", detalla el atestado policial, basado en las declaraciones de la gobernanta del centro Orpea Madrid Puerta de Hierro.
En otro reciente escrito, los hijos y la viuda solicitaron a la juez que ordenase analizar "el adecuado funcionamiento de las puertas de seguridad, dotadas de un código para hacer saltar la alarma, así como el hecho de que puertas y ventanas pudieran ser forzadas por un interno", ya que no creen que esto último sea posible.
Y así lo ha ordenado la juez. Ya ha encargado a la Policía que analice "la idoneidad de las medidas de seguridad" del geriátrico, especializado en salud mental. El fallecido tan sólo llevaba diez días interno en él cuando se quitó la vida.
Sufría una "sintomatología depresiva con tristeza", según reseña su historial médico, que recoge también "dos recurrencias depresivas (en 2019 y en 2021)".
Hace no mucho, le fue detectado un "deterioro cognitivo" y diagnosticada una "demencia con cuerpos de Lewy". Este trastorno cerebral, entre otras consecuencias, provoca alteraciones en el estado de ánimo y el pensamiento e, incluso, alucinaciones. Un informe policial consultado por este diario confirma que la causa de la muerte es "etiología suicida (precipitado)".
Tras caer al vacío, el cadáver quedó en el voladizo de la primera planta del centro, justo encima de la puerta de acceso principal, y tuvo que ser retirado por los bomberos y trasladado al Instituto de Medicina Legal, que certificó el suicidio.